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Parana » Informe Digital
Fecha: 01/09/2025 01:29
La caída en el consumo ha transformado drásticamente el panorama de las panaderías en Argentina; además de la disminución en la producción, se reportan cierres de miles de establecimientos. Según el presidente del centro de panaderos de Merlo y referente de CIPAN, Martín Pinto, en los últimos 18 meses se han cerrado 14.000 panaderías en todo el país, lo que pone de manifiesto la magnitud de la crisis que atraviesa este sector. Con más de tres décadas de experiencia en el rubro, Pinto explicó que la situación actual obliga a los panaderos a operar muy por debajo de su capacidad instalada. Detalló que “solo seis de cada diez máquinas están encendidas” y que la producción se ha reducido a la mitad. Esta merma en la actividad se traduce directamente en la oferta disponible en los comercios, donde la variedad de productos se ha limitado a unos pocos básicos. “Antes en el mostrador tenías una gran variedad: panes, facturas, sándwiches. Hoy la realidad es muy distinta. Trabajamos con lo justo y apagamos equipos para ahorrar energía y evitar pérdidas”, expresó. Pinto indicó que el consumo de pan ha caído un 50% en el último año y medio, un dato que considera de suma importancia, dado que el pan es un alimento que, en muchos países, actúa como indicador del nivel de pobreza. “La gente ha comenzado a hacerse su propio pan para ahorrar, porque prefiere utilizar ese dinero para comprar leche o carne”, señaló Pinto semanas atrás. Además, los costos de producción del pan continúan aumentando por encima de la inflación, debido al disparo en los precios de las materias primas. La harina de 25 kilos pasó de $3.500 a $15.000, la levadura de primera marca de $700 a $2.500 el medio kilo, y la grasa de $18.000 a $28.000. A esto se suma el incremento en los servicios públicos. Asimismo, la reducción en la demanda ha forzado a las panaderías a modificar sus estrategias de producción, priorizando exclusivamente los productos esenciales y fabricando solo por encargo. La situación es aún más grave en el caso de las facturas, un producto emblemático en la mesa argentina. “Se venden un 85% menos. Ya ni siquiera se ofrece la docena del día anterior al 50% de descuento. Hoy las panaderías producen por pedido, con dos o tres productos básicos, y las heladeras están apagadas porque lo que no se vende se tira”, afirmó Pinto. De acuerdo con los precios que reporta el Indec sobre una “selección de alimentos, bebidas y otros artículos” para el Gran Buenos Aires (GBA), el precio del kilo de pan “tipo flauta” fue en julio de $3.661, lo que implica un aumento del 3% en el último mes, del 37,4% en el último año y del 104% en los últimos 18 meses. Además, el precio promedio del “pan de mesa”, más industrial y en envase de 390 gramos, fue el mes pasado de $2.977, lo que representa un aumento del 0,5% en relación a junio, del 20,5% en comparación con julio de 2024 y del 87% respecto a enero de 2024. El sector panadero no es el único que enfrenta una profunda crisis a causa de la retracción en las ventas: en el último año se cerraron 16.000 kioscos en todo el país. Por primera vez, el total de estos comercios ha caído por debajo de los 100.000, lo que representa un retroceso sin precedentes en las últimas décadas. El sector advierte que la situación es crítica y los precios siguen en alza, incluso en un contexto de desaceleración de la inflación. “El kiosco es como la postal de una ciudad o de un pueblo, pero están cerrando por diversas razones. La principal es la recesión que se vive desde hace tiempo”, declaró Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), en diálogo con Radio Rivadavia. El directivo de UKRA también señaló que, además de la caída del consumo, los kioscos deben enfrentar la competencia de cadenas que no operan bajo las mismas condiciones que los kioscos tradicionales. “Productos que antes solo se encontraban en un kiosco hoy aparecen en farmacias con golosinas, supermercados chinos con cigarrillos, o verdulerías con heladeras que venden bebidas”, afirmó. La crisis se evidencia también en rubros como el de restaurantes y hoteles, donde el aumento de costos y la baja demanda complican la viabilidad del negocio.
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