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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 28/08/2025 17:50
Mientras Concordia se mantiene como la ciudad más pobre del país, el exgobernador multiplicó su fortuna personal a casi 400 millones de pesos. En Concordia, el hambre es paisaje. Las cifras la ubican año tras año como la ciudad más pobre del país, con barrios enteros donde los comedores son el único salvavidas para miles de chicos. Esa es la realidad de los entrerrianos. Ahora bien, ¿qué dejó Gustavo Bordet después de más de una década como intendente de Concordia y dos mandatos como gobernador de Entre Ríos? Una provincia estancada, con pobreza estructural y sin rumbo productivo. Y al mismo tiempo, un patrimonio personal que creció a niveles obscenos. La Oficina Anticorrupción reveló que el exgobernador y actual diputado duplicó su patrimonio en un solo año: pasó de $202 millones a casi $396 millones. No hablamos de un empresario agropecuario ni de un industrial exitoso. Bordet hizo toda su carrera desde la política. Su riqueza no nació de la producción, sino de la función pública. El inventario del poder Su declaración patrimonial parece el catálogo de una inmobiliaria de lujo: Casas y departamentos en Concordia y Paraná. Lotes de terrenos por toda la provincia. Campos heredados y donados. Cocheras, propiedades para alquiler, cuentas en dólares y plazos fijos. Una multinacional inmobiliaria con sede en la ciudad más pobre del país. Traición al voto A diferencia de otros legisladores que ya eran empresarios o productores antes de llegar al Congreso, la riqueza de Bordet nació únicamente de la política. Esa es la verdadera traición: haber usado el voto popular para enriquecerse mientras la provincia se hundía en el atraso y la dependencia. La casta en su máxima expresión El caso Bordet es el símbolo perfecto de cómo la política en Argentina dejó de ser un servicio para convertirse en un negocio personal. Entre Ríos no es pobre porque le falten recursos: es pobre porque sus dirigentes convirtieron la función pública en un atajo hacia la riqueza.
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