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  • Estudio científico reveló más de 67 especies de hongos en el Islote Curupí

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 28/08/2025 11:41

    Investigadoras de la UNL registraron más de 67 macrohongos en el Islote Curupí. El estudio aporta datos clave para la conservación y gestión ambiental. Un reciente estudio científico realizado por investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) reveló una sorprendente diversidad de hongos en el Islote Curupí, reserva natural del municipio ubicada en el río Paraná. Se dataron “más de 67 especies de macrohongos”, organismos esenciales para el equilibrio ecológico ya que “os hongos cumplen un rol fundamental en los ecosistemas: actúan como descomponedores naturales, reciclando la materia orgánica muerta de plantas, animales y otros organismos. Esta función vital ha llevado a su evolución en una gran variedad de formas y estrategias de dispersión, convirtiéndolos en uno de los grupos biológicos más diversos del planeta”. Con el fin de investigar la diversidad y la riqueza de los macrohongos en el Islote Curupí, un equipo de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), formado por la doctora Wanda Polla, la licenciada Gabriela Rodríguez y la becaria Claudia Malinowski, se puso en contacto con la asociación ambientalista A Ñangarecó Nderejhé y con la Municipalidad de Paraná, quienes gestionan en conjunto las actividades permitidas en esta área natural protegida, la pierna de la capital entrerriana. Malinowski, comentó que inició su formación en investigación científica gracias a una cientibeca, lo que la impulsó a trabajar intensamente en el campo. En esta labor recolectó y analizó muestras obtenidas del área siguiendo los protocolos establecidos. Su investigación fue minuciosa, usando microscopía óptica y claves taxonómicas de referencia nacional para identificar las especies. Como resultado de este trabajo, identificó 65 especies de macrohongos, con la mayor diversidad de especies durante las temporadas de otoño y primavera. Especies registradas Entre las especies registradas se encontró Leucocoprinus cretaceus, Auricularia cf. auricula-judae, Schizophyllum commune e Hypoxylon rubiginosum. “Muchas de estas especies son importantes desde un punto de vista ecológico, alimentario y sanitario”, se apuntó. Además de ser claves en los procesos naturales de descomposición, los hongos pueden funcionar como bioindicadores, revelando el estado de salud de los ecosistemas. Por esta razón, su estudio no solo aporta conocimiento científico, sino también herramientas para la conservación y gestión ambiental de áreas sensibles como el Islote Curupí, se agregó. “Este trabajo constituye un primer paso en la caracterización fúngica de la región y busca incentivar futuras investigaciones como el análisis de especies según sus utilidades en función de los saberes etnomicológicos. Esto permite fortalecer la valoración y protección de estos ecosistemas únicos del litoral argentino”, explicó la investigadora. La investigación titulada “Diversidad de macrohongos para la contribución del mapeo y saberes etnomicológicos en la región litoral” se desarrolló en el Islote Curupí de Paraná. El equipo estuvo conformado por integrantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y contó con la colaboración de la Asociación Ambientalista A Ñangarecó Nderejhé, representada por Elías Sigura, guardaparque de Entre Ríos que cumple funciones en el islote. Además, se sumó una estudiante becada en el marco de una cientibeca, lo que permitió realizar un relevamiento durante dos años. Como resultado, se registraron más de 67 especies de macrohongos. Entre los objetivos principales figuraron identificar y conservar el material micológico, utilizar equipamiento microscópico de alta tecnología en el Laboratorio de Procesamiento y Análisis de Muestras (FHUC-UNL), aplicar claves taxonómicas para la determinación de especies y participar en instancias formativas de investigación. Sobre los hallazgos Los hallazgos poseen relevancia ecológica, alimenticia y sanitaria, dado que los hongos cumplen un rol clave en la descomposición de materia orgánica y funcionan como bioindicadores de la salud de los ecosistemas. El estudio, además de aportar conocimiento científico, brindó herramientas para la conservación y la gestión ambiental. Los macrohongos son especies que presentan cuerpos de fructificación, es decir, estructuras reproductivas visibles a simple vista, también conocidas como setas, carpóforos o esporomas. Estas pueden variar en forma, color y tamaño, y se consideran tales cuando superan el centímetro, ya que pueden ser observados sin ayuda de instrumental. A diferencia de los microhongos –como mohos y levaduras–, sus estructuras son complejas y pueden asemejarse a sombreros, trufas, pelotas, vasijas o estantes. En cuanto a los ejemplares relevados en el Islote Curupí, se determinó que son característicos de la región. Esto se debe a múltiples factores, como la pertenencia a la ecorregión del Espinal, la vegetación nativa, las condiciones del suelo, la influencia del río Paraná y la estacionalidad propia de los ecosistemas templados y subtropicales. La investigación constituyó el primer aporte al conocimiento micológico de la zona, con el objetivo de contribuir al mapeo de los macrohongos regionales. Algunas de las especies halladas cuentan con potenciales aplicaciones. Schizophyllum commune posee propiedades anticancerígenas y biotecnológicas; Daldinia concentrica presenta acción antifúngica y se la conoce como “yesca” para encender fuego; Auricularia auricula-judae es valorada en la cocina oriental; mientras que Coprinus domesticus y Leucocoprinus cretaceus podrían emplearse en procesos de biorremediación, especialmente en la degradación de hidrocarburos. El relevamiento no registró especies de alta toxicidad ni venenosas. Sin embargo, se recomendó mantener precaución al manipular hongos en la naturaleza, evitando el contacto con boca, nariz u ojos y lavando las manos tras tocarlos. En ningún caso se detectaron ejemplares peligrosos para la salud humana por contacto o ingestión. El equipo resaltó la importancia de observar y recolectar solo con fines científicos, ya que los hongos cumplen una función esencial como descomponedores y recicladores de nutrientes en el ambiente. Taller interactivo Finalmente, el Grupo Funga adelantó la realización de un taller interactivo y una muestra fotográfica titulada “Diversidad fúngica del Litoral: Un acercamiento a los macrohongos en la región del Paraná, Argentina”. El encuentro se llevará a cabo el 1 de noviembre de 2025 en la Sala Mayo del Puerto Nuevo de Paraná, en el marco del proyecto “Ciencia En Territorio: La FHUC junto a vos”. La actividad contará con la participación de Wanda Polla, Gabriela Rodríguez y Claudia Malinowski, y es organizada por la FHUC-UNL, la Municipalidad de Paraná y la Asociación Ambientalista A Ñangarecó Nderejhé. Fuente: Era Verde

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