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Parana » Informe Digital
Fecha: 28/08/2025 03:42
Ricardo Arriazu, uno de los economistas más influyentes entre el círculo rojo y el propio Presidente Javier Milei, cuestionó ayer numerosas decisiones tomadas por el equipo económico tras la eliminación del cepo cambiario. Reiteró su desacuerdo con el esquema de bandas cambiarias establecido con el FMI, aunque recomendó aprovechar esta situación: “El Gobierno está comprometido a que el dólar no supere el límite de la banda y tiene suficientes recursos para evitarlo. Todos deberían estar realizando carry trade”. “El Banco Central dispone de reservas líquidas, aunque no propias, por USD 25.000 millones. Y solo tiene vencimientos por USD 1.800 millones hasta fin de año”, explicó Arriazu. Así, sugirió que el poder de fuego del BCRA para sostener el límite de la banda cambiaria (actualmente en torno a $ 1.460) es más que suficiente en los próximos meses. Detrás de este razonamiento está la premisa de que las altas tasas de interés seguirán superando la devaluación del tipo de cambio, lo que convierte este en un buen momento para realizar inversiones en pesos. “En este instante, todo el mundo debería estar haciendo carry trade, pero no lo están haciendo porque falta confianza”, aseguró el economista. “Este techo está aprobado por el FMI y cuentan con los dólares necesarios para defenderlo. ¿Por qué la gente duda? Por la política”, explicó. Las tasas continuaron su ascenso debido al fuerte ajuste monetario del Banco Central. Ayer, los bancos ofrecieron un 64% anual en pesos para captar plazos fijos de grandes inversores (según se desprende de la tasa TAMAR). Por su parte, el Tesoro estableció una tasa efectiva anual del 75,6% para la colocación más corta, la LECAP, con vencimiento el 30 de septiembre. Arriazu habló en un panel organizado por la Cámara de Agentes de Bolsa, donde también participó el politólogo Sergio Berensztein. En ese espacio, criticó muchas de las medidas de política económica implementadas tras la liberación del cepo cambiario. “En Argentina, el dólar no puede flotar porque es unidad de cuenta. Adoptar un esquema de bandas nos costó más inflación de la que habríamos tenido en otro contexto, y además, la economía alcanzó un techo en febrero y ahora ha comenzado su descenso”, afirmó. Sin embargo, se mostró relativamente optimista de cara al 2026. “Ahora enfrentamos el problema de las inundaciones, pero en general el suelo ha recuperado la humedad que necesitaba. Estoy estimando un aumento de la cosecha para el próximo año del orden de los USD 6.000 millones”, sugiriendo que el año próximo la situación en el ámbito cambiario será más favorable. Además, persiste la expectativa de una reducción del riesgo país que permita al Gobierno restablecer su acceso a los mercados internacionales. “El problema central -aseguró- sigue siendo que los inversores se mantienen escépticos sobre si el país realizará un verdadero cambio. Más que riesgo kuka, yo diría que es directamente riesgo Argentina. Esto se hace más evidente cuando observamos cómo el Congreso aprueba leyes que solo buscan empujar hacia un nuevo default”. Arriazu se mostró convencido de que el Gobierno hará todo lo posible para evitar que el tipo de cambio se dispare, incluso sugirió que al equipo económico le gustaría un precio un poco inferior al actual, más cerca de los $ 1.320. “No creo que hayamos dejado atrás el traspaso de la subida del dólar a los precios, como muchos sugieren. Desde mi perspectiva, lo que ocurrió fue la caída de los precios de varias materias primas en el mercado internacional, lo que se tradujo en una baja en el mercado local. Además, muchas empresas tienen un elevado stock y no les queda otra opción que ir reduciendo gradualmente los precios para poder vender”, concluyó.
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