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» Diario Cordoba
Fecha: 26/08/2025 07:14
Algunas señales son inequívocas: algún que otro hueco donde poder aparcar; menos sombrillas en la playa y menos gente corriendo o andando por el paseo marítimo; a partir del próximo domingo, 31 de agosto, dejará de llegar a Fuengirola este periódico y no tendré que recorrer 2 km. hasta llegar al supermercado donde lo compro. (Por cierto, en ese supermercado, no han llegado a decírmelo claramente, pero me han dado a entender que están encantados de que, por fin, nos vayamos los cordobeses -quiero suponer que también los sevillanos, los madrileños y demás españoles, que si no sería un agravio comparativo- que no hacemos más que, según ellos, gastar poco y dar mucha lata. Claro. Cabe pensar que los ingleses, irlandeses, finlandeses, daneses, suecos, noruegos..., que se han ido a pasar el verano a sus respectivos países de origen, dejando sus apartamentos de aquí bien alquilados, gastan mucho y no dan lata ninguna. En los chiringuitos comentan que ahora es cuando viene el turismo de calidad. De verdad que no tengo gana de continuar investigando estas opiniones porque terminaría ofendiéndome seriamente). Algún lector recordará aquello que conté de que mi padre dividía el verano en tres partes: preveraneo, veraneo y posveraneo, aclarando que el veraneo, según el diccionario, consiste en pasar las vacaciones de verano en un lugar distinto del que se reside habitualmente. Para la mayoría de nosotros -salvo los que pertenezcan a ese selecto grupo de turismo de calidad- las dos primeras fases han concluido o están a punto de concluir. La tercera fase, como la película de Spielberg, puede llegar a ser un poco extraterrestre. Depende de lo que nos encontremos al regreso. Lo primero será poner la casa en marcha y llenar de nuevo el frigorífico si, en el mejor de los casos, sigue funcionando; algunas veces los electrodomésticos muestran su rebeldía en el momento menos oportuno. Todo mezclado con la tristeza, cansancio y malhumor causados por el síndrome de la vuelta al trabajo. Luego está la otra vuelta, la del cole -incluyendo en cole cualquier nivel de enseñanza: primaria, secundaria, bachillerato, universidad, máster (los mejicanos, tan influenciados por los gringos, en esto no se dejan llevar y dicen maestría, cosa que me encanta)- con todos los gastos que lleva aparejados... la vuelta a la normalidad, si se puede considerar normal la vida que llevamos. Mientras preparo las maletas, oigo el graznido de las gaviotas mezclado con el sonido de las olas al romper. Hago un descanso y me asomo a la terraza. Una luz distinta añade al paisaje el filtro de la melancolía. *Académica
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