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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 26/08/2025 05:24
El joven gualeguaychuense caído en Malvinas fue ascendido póstumamente a cabo. Su hermana Elsa recibió el Diploma de Honor en un emotivo acto, donde compartió cartas que Carlos escribió desde las islas, con un mensaje de amor y entrega a la Patria. Lunes, 25 de Agosto de 2025, 18:14 Por Lautaro Silvera El pasado 22 de agosto, en el Salón Azul del Senado de la Nación, se realizó un homenaje al soldado entrerriano Carlos Gustavo Mosto, oriundo de Gualeguaychú, caído en la Guerra de Malvinas a los 23 años. En la ceremonia, el combatiente fue ascendido póstumamente a cabo y se entregó un Diploma de Honor a su hermana Elsa Mosto, quien representó a la familia. El acto contó con la presencia de ex combatientes, familiares y autoridades, y estuvo atravesado por los recuerdos y el reconocimiento a la entrega del joven estudiante de Medicina que se ofreció como voluntario y murió en combate. “Lo que viví fue algo muy emocionante. Es la primera vez que recibo un diploma de honor a nombre de Carlitos”, contó Elsa a EL ARGENTINO. “Cuando me llamó Nicolás Kasanzew, corresponsal de guerra en Malvinas, acepté enseguida. Fue un homenaje muy especial”. Las palabras de Elsa y la voz de Carlos Durante el acto, Elsa compartió fragmentos de las cartas que Carlos enviaba desde las islas a su familia. Sus palabras conmovieron al público, que en varios pasajes se puso de pie. Sobre el final, ya sin hoja para leer, continuó con su oratoria improvisada, donde expresó el gran amor y compromiso que “Carlitos tenía y tiene por la patria. “Él amaba su Patria, amaba su tierra, amaba su bandera, amaba sus Malvinas, y por eso entregó su vida”, expresó Elsa. Entre los textos que leyó, se destacan mensajes que reflejan la serenidad y la fe del joven combatiente en medio de la guerra: “Nunca vi tan hermosa mi bandera como cuando la vi en Malvinas por primera vez”. En muchos pasajes de la charla Elsa deja en claro que en momentos de recordatorios y homenajes, no es ella quien habla sino su hermano. “Yo no soy nadie, es Carlitos quien habla por mí”. Yo siempre digo que no soy yo quien habla, es Carlitos que me acompaña. Ese día lo sentí más que nunca”. Elsa también leyó fragmentos que aún conserva de las cartas que su hermano enviaba a la familia desde las islas. “Yo desde un principio hablé con Dios para ponerme a su voluntad, que Él disponga de mi vida en esta guerra. Yo estoy tranquilo y sin miedo”. Con respecto a lo que Carlos pensaba de los soldados del bando contrario, Elsa relató lo que su hermano pensaba de ellos en esos escritos que quedaron registrados. “Ellos también son seres humanos, y por obra y gracia de Dios, hermanos nuestros. Si me toca morir, por Dios y por mi patria me siento feliz”. Recuerdos que perduran Elsa señaló que las palabras de su hermano mantienen plena vigencia en la actualidad: “Los fragmentos de Carlitos deben ser una enseñanza de vida. Hacia el amor, hacia que no tengamos odio, y sobre todo, que amemos nuestra Argentina, que es lo que más necesitamos en este momento”. El reconocimiento también contó con la participación del coronel José Ricardo Baneta, quien fuera jefe de Mosto en las islas y que recordó con emoción su valentía. A lo largo de los años, la familia conservó con cariño las cartas enviadas por Carlos, aunque algunas se perdieron por el deterioro del tiempo. Sin embargo, varias de esas palabras pudieron recuperarse gracias a personas que se cruzaron con él durante la guerra, como Marcela Calvo, una joven de Pehuajó que había intercambiado correspondencia con el soldado y que, décadas después, entregó a Elsa una de aquellas cartas plastificada para preservarla. Un compromiso de memoria Elsa aseguró que seguirá difundiendo la historia de su hermano: “Mientras Dios me dé vida, salud y memoria, yo voy a hacer conocer quién fue y quién es Carlitos. Él no fue a Malvinas solamente por él, fue por todos los argentinos. Y entregó lo más valioso que tenemos: la vida”. En el cierre de la entrevista con EL ARGENTINO, recordó también sus visitas a las islas, donde pudo ver la tumba de su hermano, primero bajo la placa que decía “Soldado argentino solo conocido por Dios” y luego con su nombre grabado. “He tenido la oportunidad de ir dos veces a nuestras islas. Una fue cuando todavía la placa decía ‘Soldado argentino solo conocido por Dios’, y después en 2018 cuando ya estaba la placa con su nombre. La primera de esas placas se encuentra en la catedral de Gualeguaychú”. Por último, Elsa contó que junto a familiares y allegados están encarando un proyecto para recabar testimonios de quienes compartieron momentos con Carlos en las islas. “Estamos conversando con todos los compañeros que estuvieron con él, aunque sea unos minutos. Queremos seguir transmitiendo el mensaje de Carlitos”. “Que este diploma de honor no quede en el olvido”, concluyó. “Carlitos y todos sus compañeros se merecen todos los honores”.
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