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» Elterritorio
Fecha: 26/08/2025 02:17
Paola Vieira (44), esposa del capataz de la construcción que la habría atacado el pasado 10 de agosto y masacrado a sus dos hijos, pasó a sala común y el parte médico se celebra en su familia, entre tanto pesar. Su hermano y segundo sobreviviente del hecho, Hugo (50), contrajo neumonía en el hospital y está bajo atención médica lunes 25 de agosto de 2025 | 12:15hs. La última semana de agosto comenzó con noticias que se reciben como una bocanada de aire en la familia de Paola Vieira (44), una de las sobrevivientes de la masacre en una vivienda del barrio posadeño San Lorenzo y esposa del posible agresor, José Ferreyra (47), quien el pasado 10 de agosto atacó a machetazos a sus dos hijos para después quitarse la vida. La mujer permanecía hasta la semana pasada en terapia intensiva en el hospital Madariaga, después de una descompensación general tras recibir la fatal noticia de los homicidios de sus hijos de 13 y 21 años. Su situación médica era delicada y la atención de su núcleo familiar estaba puesta en su recuperación, dado que hasta necesitó de asistencia respiratoria mecánica. Finalmente, y después de 12 días en UTI, la mujer -que cursa un embarazo de 3 meses- pasó a sala común y sigue bajo atención médica multidisciplinaria. Por otro lado, su hermano Hugo (50), otro de los que sobrevivió del múltiple homicidio en el barrio San Lorenzo, también continúa hospitalizado y, actualmente, bajo tratamiento médico por una infección de neumonía que habría contraído en el hospital. Ambos están fuera de peligro. Mientras las familias Vieira y Ferreyra depositan sus energías en colaborar con lo necesario para que la salida del centro médico de los hermanos atacados -que esperan sea pronto- sea llevadera, entre tanto sufrimiento. Conmoción en Posadas Para muchos, los detalles del macabro hecho parecieran ser sacados de una película: los jóvenes de 13 y 21 años fueron víctimas de homicidio, se presume, en manos de su propio padre, quien después de lo sucedido -y de atacar con un machete a su esposa y a su cuñado- decidió quitarse la vida. Entre el estupor, familiares confiaron a este medio que es difícil encontrar palabras: “Estamos muy mal, apenas podemos hablar”, compartió a El Territorio Florencio Vieira, abuelo de los hermanos fallecidos en las afueras del cementerio La Piedad, donde hace dos semanas fueron despedidas las víctimas. Los restos de Evelyn, Mariano y Ferreyra fueron acompañados por una multitudinaria procesión, silenciosa pero que acaparó todo el tránsito de la avenida Almirante Brown hasta llegar al cementerio posadeño. Los hermanos -que habrían sido atacados entre la tarde y noche del domingo 10 de agosto- fueron sepultados uno al lado del otro, con ofrendas florales y retratos que inmortalizan sus rostros y quiénes fueron. Carina, una de las hermanas de los sobrevivientes, contó entonces a El Territorio sobre la relación que mantenían con el agresor y la cotidianidad que tenían sus dos sobrinos. “José era muy posesivo. No la dejaba juntarse con sus hermanos, con sus padres. Era muy celoso, loco”, describió la mujer. A ello compartió con angustia: “Nosotros igual seguíamos viéndola, festejamos cumpleaños en su casa, y él se encerraba en la pieza”. Si bien el malestar era notorio en el matrimonio -y hasta la mujer había comenzado los trámites de divorcio tres semanas antes del homicidio- nadie esperaba que tal situación pudiera ocurrir.
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