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  • El súper fruto que trajo Sarmiento a la Argentina y que hoy exporta el 70% de su producción

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 25/08/2025 18:37

    La nuez pecán transformó su propia historia en la agricultura argentina y hoy captura la atención de los principales exponentes del sector agropecuario. Su potencial productivo, la versatilidad de su cultivo y la creciente demanda internacional marcan la agenda de estas plantaciones que, según datos sectoriales, ya superan las 4000 toneladas anuales en el país. El origen de la nuez pecán remonta a la cuenca de los ríos Mississippi-Missouri, en la zona centro-sur de los Estados Unidos. Su arribo histórico a Argentina ocurrió cuando Domingo Faustino Sarmiento introdujo las primeras semillas de esta especie, abriendo el camino para su expansión local. A pesar de su origen extranjero, el suelo argentino demostró ser apto para el desarrollo de este fruto, lo que impulsó a productores y viveros a invertir en tecnologías, genética y prácticas agronómicas adaptadas a nuevos desafíos. En la actualidad, alrededor del 70% de la producción local de nuez pecán se exporta a destinos destacados, entre ellos la Unión Europea, Rusia, Medio Oriente, Estados Unidos y, desde hace pocos meses, China. La apertura del mercado chino consolidó la expectativa de crecimiento entre los exportadores argentinos, aunque todavía persisten limitantes relacionadas con el volumen y la preparación de los envíos, según reconocen referentes del sector. Uno de los principales protagonistas en la cadena del pecán es el Vivero Santa María, situado en La Criolla, dentro de la colonia San Bonifacio, Entre Ríos. Este establecimiento se mantiene operativo desde la década de 1940. Juan, el abuelo de la familia, impulsó el primer desarrollo y, desde entonces, la gestión familiar continuó bajo la responsabilidad de Carlos Alberto Pellichero, propietario actual. La estructura productiva del vivero incluye el desarrollo de cítricos bajo cubierta, como lima, limón, quinoto, pomelo, naranja y kumquat, con una superficie de 1,5 hectáreas destinadas a la obtención de unas 120.000 plantas al año. Sin embargo, desde el año 2004, el foco principal se trasladó hacia el pecán, luego de una vinculación tecnológica con el INTA para el acceso a material genético proveniente de los Estados Unidos en el marco del proyecto ProPecán. Desde el vivero explicaron que la adopción de genéticas apropiadas y la acreditación técnica facilitaron el crecimiento de la producción. En la actualidad producen unas 80.000 plantas anuales, unas 35 hectáreas por año a raíz desnuda, e incursionan en el desarrollo en maceta con una superficie menor. También cuentan con plantaciones propias de pecán y de cítricos y una unidad para acondicionamiento y mantenimiento de las nueces. La versatilidad del pecán responde a su capacidad de adaptación. El fruto se desarrolla en distintos tipos de suelos y climas y, en Argentina, está presente en al menos 13 provincias. Entre ellas figuran Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Chaco, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba y Salta. El crecimiento se acompañó mediante la selección de variedades de ciclo corto y de clima frío, lo que permitió que el cultivo llegue inclusive hasta áreas cercanas al límite con Río Negro. El contexto actual otorgó protagonismo a la exportación, motor fundamental para el sector. De acuerdo con datos de la Cámara Argentina de Productores de Pecán, el 70% de la producción nacional se destina al exterior. Es un buen año para las peladoras y para quienes apostaron a dar valor agregado, con una demanda amplia y envíos que se organizan de forma cuotificada. Los principales compradores internacionales incluyen a la Unión Europea, Rusia, Medio Oriente y Estados Unidos. La apertura del mercado a China —un destino calificado como “desabastecido”— inaugura nuevas perspectivas, aunque las primeras exportaciones aún son limitadas por cuestiones logísticas y de preparación. En el mercado interno, la nuez pecán circula entre numerosos elaboradores y pymes. El crecimiento en este segmento se proyecta de manera gradual, con la aparición de nuevos productos impulsados por la innovación industrial, en un proceso similar al del pistacho. La rentabilidad del cultivo de pecán comienza a evidenciarse desde el octavo año, una característica que condiciona la inversión. Las primeras nueces aparecen entre el tercer y el quinto año, dependiendo de las variedades. A partir de los ocho años el cultivo empieza a generar ingresos y, entre los 15 y 20 años, se estabiliza en el máximo de producción. En el país existen plantas de más de 50 años y, en Estados Unidos y México, los mayores productores del mundo, ejemplares que superan el siglo de vida. Uno de los hitos recientes que marcó el avance de la nuez pecán en Argentina es la alianza entre el Vivero Santa María y el establecimiento La Matera, un campo escuela de carácter sustentable impulsado en el partido de Mercedes, provincia de Buenos Aires, por el cantante Abel Pintos. El predio cuenta con 120 hectáreas y unas 12.000 plantas de pecán, además de un vivero muestrario de cítricos, áreas de energías renovables, equipamiento de la empresa John Deere y un galpón dotado de máquinas peladoras. El espacio se abre a visitas educativas de alumnos de diferentes escuelas, que conocen el proceso productivo y los avances relacionados con energías alternativas y modernización en el campo. En 2022, La Matera selló su alianza con el Vivero Santa María, que asumió el rol de proveedor de los ejemplares de pecán para el proyecto. El cantante fue designado “embajador de la nuez pecán” por su promoción y compromiso con el desarrollo del cultivo, acompañado de iniciativas de difusión y acciones para ampliar el mercado. Los desafíos que enfrenta la producción de nuez pecán involucran a distintos actores del sector y a las cadenas de valor. La integración de prácticas tecnológicas adaptadas, la selección genética, el desarrollo de nuevas unidades de acondicionamiento y el fortalecimiento de alianzas empresariales delinean el presente y el futuro del fruto en el entramado agroproductivo argentino. El desarrollo del pecán argentino puede observarse en la multiplicidad de sus plantaciones, en la diversificación de sus destinos comerciales y en el crecimiento sostenido de los viveros especializados. La referencia de campos con más de medio siglo de antigüedad y la proyección de aquellos que inician la producción en el corto plazo ilustran las expectativas de inversión y largo plazo. Las apuestas conjuntas entre productores, viveros y referentes culturales contribuyen a posicionar el cultivo e impulsar su expansión interna y en el plano internacional. Las historias familiares al frente de los viveros, las vinculaciones tecnológicas con entidades como el INTA, la apertura de nuevos mercados y la utilización de variedades adaptadas al clima y al ciclo de producción local se unen en un panorama donde el crecimiento de la nuez pecán involucra innovación, tradición y alianzas estratégicas. El avance de este cultivo, seguido por profesionales y agrónomos, incluye desde el diseño de sistemas productivos y tecnológicos hasta el desarrollo de nuevos productos elaborados para el mercado interno. El impacto de la nuez pecán trasciende lo estrictamente productivo y marca agenda en el sector agroindustrial, con proyectos donde destacan la interacción entre conocimiento técnico, inversión de largo plazo y cooperación entre empresas, productores y referentes del ámbito cultural.

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