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Parana » APF
Fecha: 25/08/2025 18:30
Mariana Barbitta, que asiste a Julián Christe, acusado del femicidio de Julieta Riera, que tenía 24 años cuando el 30 de abril de 2020 cayó, en circunstancias que se investigan, desde el octavo piso del edificio del Instituto del Seguro, en Paraná, recusó al juez Juan Malvasio por una presunta relación de “amistad íntima” con el querellante, Pedro Fontanetto. La resolución se conocerá el miércoles 27 a las 12.30. Las referencias al casamiento del querellante en pandemia al que asistió el juez. lunes 25 de agosto de 2025 | 18:21hs. El juez del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Alejandro Cánepa, dará a conocer el miércoles 27 a las 12.30, su resolución respecto del pedido de la defensa de Julián Christe, a cargo de Mariana Barbitta, para que se aparte del proceso al juez del mismo Tribunal, Juan Malvasio, para seguir entendiendo en el proceso que se sustancia contra aquel por el femicidio de Julieta Riera. Fiscalía y querella se opusieron a la recusación y solicitaron que el juez siga al frente del proceso. La joven tenía 24 años cuando el 30 de abril de 2020 cayó al vacío desde el octavo piso del edificio del Instituto Autárquico del Seguro, ubicado en peatonal San Martín, enfrente a Plaza 1 de Mayo, de Paraná, cuando estaba con Christe, con quien mantenía una relación de pareja. El 15 de abril de 2021, Christe fue hallado culpable por un jurado popular pero la sentencia fue anulada por la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que anuló el veredicto al hacer lugar al recurso de impugnación extraordinaria presentado por la defensa, contra la sentencia de la Cámara de Casación Penal, Sala I, que rechazó el recurso de casación contra la condena a prisión perpetua. La resolución de la Sala Penal, integrada por la vocal Claudia Mizawak y los vocales Daniel Carubia y Miguel Ángel Giorgio, ordenó revocar en todas sus partes la sentencia impugnada y anular el debate celebrado ante el jurado popular, y disponer la realización de un nuevo juicio. pero el veredicto fue anulado por la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ). Todas las partes recurrieron este fallo y el legajo está en la Corte Suprema de Justicia, que deberá determinar si se acata el fallo del STJ y se hace un nuevo juicio, del que la defensa adelantó que no procedería por el principio que establece que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho, por lo que correspondería dictar la absolución; o corresponde esta última salida. Christe pidió la palabra y cuestionó a Malvasio porque ya no cree en él. Sostuvo que le revocó la prisión domiciliaria que venía cumpliendo son fundamentos. Añadió que siquiera sacó “un pie” de la casa en la que cumplía la medida cautelar, destacó que la alarma de la tobillera no sonó porque no violó el perímetro y dijo que fue hasta la puerta a recibir a su hijo, lo que quedó registrado en una foto que se utilizó para probar el presunto quebrantamiento de la orden judicial. También cuestionó, con razón, que tampoco recibió un llamado de atención por lo que fue un supuesto primer incidente. Tensa audiencia Cánepa manejó con mucha diplomacia y prudencia una audiencia en la que se jugó más que la recusación de un magistrado puesto que la acusación se sintió agraviada por los términos de los fundamentos de la recusación, y respondió los planteos de la defensa casi en términos personales. En este sentido se criticó que la defensa presentó como evidencia del supuesto vínculo de “amistad íntima” entre el juez Malvasio y el querellante Fontanetto, sendas notas periodísticas que dieron cuenta del casamiento del querellante, que se celebró en plena vigencias del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por la pandemia del Covid-19. Solapadas, las críticas pretendieron socavar el prestigio de los medios y de sus propietarios, de los que señalaron que tienen cuestiones con el Ministerio Público Fiscal (MPF). Relaciones ocultas Barbitta cuestionó que al primer pedido de recusación que presentó contra Malvasio porque generó en su defendido un fundado temor de imparcialidad por haber sido, hasta salir sorteado como juez del proceso, fiscal y haber actuado en otro juicio por jurados donde el jurado emitió veredicto de culpabilidad, la “oculta” relación de amistad íntima entre el juez y el querellante. Malvasio accedió al cargo de juez tras haber sorteado todas las instancian constitucionales para lograrlo. La defensora sostuvo que este nuevo pedido se fundó en la relación de “amistad íntima” entre el juez y el querellante, que encontraría su confirmación en la foto que se conoció en plena pandemia en la que se observó a Malvasio –que en ese momento era fiscal- con el ex legislador peronista y suegro de Fontaneto, Alejandro Bhaler, en el casamiento del ahora querellante. También cuestionó que el otro querellante, Germán Palomeque, también fue fiscal y se habría desempeñado en el cargo en forma concomitante con Malvasio. La defensora cuestionó que Malvasio ocultó aquella relación y actuó en el proceso. Destacó que la vocal del STJ, Susana Medina, cuando le tocó actual en el legajo se excusó porque ambas se cruzaban en encuentros relacionados con la situación de la mujer en el Poder Judicial y ambas presiden sendas agrupaciones vinculadas con aquella importante temática. También sostuvo que Malvasio reconoció en un informe que presentó rechazando su recusación, que fue patrocinado ante el Consejo de la Magistratura, en el concurso para acceder como juez, por el querellante Fontanetto. No son amigos El fiscal, Santiago Alfieri, realizó dificultosas piruetas argumentativas para oponerse a la recusación del juez. Señaló que se objetó la honestidad del MPF y del Poder Judicial al enervar acusaciones sin fundamentos y destacó que la defensa no pudo aportar evidencia de que Fontanetto y Malvasio sean “amigos íntimos” y defendió al recusado al sostener que la amistad era con el suegro del querellante y que fue al casamiento invitado por el ex legislador. A su turno, Fontanetto, visiblemente afectado -previamente recibió un llamado de atención del juez porque se reía cuando la defensa desnudaba los vínculos que sostiene, le generan temor de parcialidad a su asistido- negó en reiteradas oportunidades ser amigo “íntimo” del juez. En una expresión que llamó la atención, cuestionó a Barbitta como una abogada de Buenos Aires que tienen la “maña” de los abogados porteños que usan la recusación para dilatar los procesos, y manifestó que algunos abogados locales recurren a aquella herramienta constitucional porque “no saben qué hacer para que no condenen a sus defendidos”. Fontanetto describió cómo son las relaciones en una ciudad como Paraná, donde en el Poder Judicial todos se conocen. En este sentido sostuvo que es común que distintos actores judiciales se crucen en el club, Fontanetto es coach del equipo de rugby del Club Atlético Estudiantes (CAE), donde compartió la práctica con el fiscal Alfieri, de los “cuatro o cinco restaurantes donde nos cruzamos”, y del ejercicio de la profesión. Lo que intentó ser una manifestación de una cotidianeidad citadina y funcional que no conllevaba una relación de amistas muy estrecha, se pudo interpretar como una confirmación de relaciones que ponen en cuestionamiento la imparcialidad necesaria del rol de la judicatura. (APFDigital)
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