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» Elterritorio
Fecha: 24/08/2025 10:49
La primera denunciante de Ángel L. advirtió que además podría estar vinculado a un hecho de tenencia de Masi. Exigió que se reactive su causa judicial en Misiones. domingo 24 de agosto de 2025 | 3:00hs. El exempleado forestal fue preso dos veces en Puerto Esperanza y carga con más de diez denuncias por grooming. El dolor y la impotencia de una madre resuenan en el relato de Valentina. Su hijo, hoy ya adolescente, fue víctima de grooming y abuso sexual en 2021 por parte de un exempleado de una reconocida empresa forestal radicada en Puerto Esperanza. El acusado fue arrestado el pasado 13 de agosto en General Acha, localidad de La Pampa, por otras siete denuncias por el mismo delito, pero recibió prisión domiciliaria por condiciones de salud. Horacio Ángel L., vecino de la familia y padre del mejor amigo del niño en aquel momento, lleva más de una decena de causas. Y aunque sigue supeditado a una investigación judicial por grooming y abuso sexual simple en Misiones, en marzo de este año decidió mudarse a tierras pampeanas con su esposa, a quien la entrevistada acusó de cómplice y de encubrir las agresiones que el misionero habría cometido por tanto tiempo. Se sospecha que el sujeto también estaría vinculado a delitos de tenencia de material de abuso sexual infantil. Pero por este cargo todavía no hay un expediente judicial iniciado. Los recuerdos de aquella situación todavía duelen, pero la lucha de Valentina por lograr justicia y una condena ejemplar sigue intacta. En diálogo con El Territorio, la mujer recordó las maniobras cruentas del sospechoso, quien lograba entablar vínculos de confianza y cercanía con sus víctimas, invitándoles incluso a jugar a la play o a hablar por redes. Según contó, habría más damnificados en Wanda y en Puerto Rico, de donde es oriundo. “Él con mi hijo fue bastante delicado el proceso que hizo, porque fue como que adquirió su confianza, porque le decía que le ‘iba a enseñar a ser hombre’”, reconstruyó. Las primeras señales de alerta surgieron de forma casi inesperada, cuando el chico jugaba en la casa de su amigo y el padre de éste le mostraba imágenes obscenas o pornografía: también le hizo ver material de abuso sexual infantil. El vínculo que inició con charlas “en confianza” y “entre hombres”, pronto escaló a encuentros cada vez más incómodos para el joven, reconoció. La mujer aseguró que el detenido “tenía una obsesión” con cierto aspecto de la práctica sexual. “Le decía a mi hijo que, si lo hacía, que le mande una foto”, detalló. Posible tenencia de Masi La mujer relató a este diario que, tras cambiar el teléfono y darle el suyo en desuso a su hijo, el agresor siguió acosándolo-cuatro años atrás- por WhatsApp. “Mi hijo empezó a darse cuenta que algo no estaba bien y me contó que Ángel le escribía, yo le dije que no le conteste”, recordó. La situación escaló cuando el propio joven, ya advertido por un adolescente del barrio sobre la peligrosidad del hombre, le contó a su mamá lo vivido y el miedo que sentía. Siguiendo el relato, el agresor le había mostrado “videos de otros menores, a los que les decía ‘sus pibitos’” y lo incitaba a enviarle material íntimo, con la obsesión de que el menor “tenga una eyaculación”, precisó. A los mensajes, le siguieron toqueteos en el auto, cuando el menor compartía paseos o actividades con la familia de su amigo. La revelación llegó con la fuerza de la lluvia y su confesión fue suficiente para hacer la primera denuncia el 24 de enero del 2021. “En una semana creo que ahí él se dio cuenta de que lo que este hombre le estaba ‘ayudando a descubrir’, porque así lo hacía pasar, no estaba bien”. Tras la denuncia, la Policía allanó la casa del acusado y secuestró su celular, donde se confirmó la existencia de contenido sexual. Fue detenido el 26 de enero y excarcelado el 1 de febrero. Familias en General Acha repudiaron la prisión domiciliaria de Ángel L. El caso no tardó en llegar a oídos de otros adolescentes del barrio Apsa -presuntas víctimas del hombre- quienes se acercaron a la familia del chico. “Ellos vinieron a mí, muy sentidos por haber minimizado esto. Me decían ‘por no hablar antes, le pasó esto a tu hijo’”. A pesar del tiempo transcurrido, los jóvenes conservaban mensajes de texto que evidenciaban el modus operandi del hombre. Esto habría sido clave para comenzar la investigación y que se sumaran más denunicas. En apenas una semana, el sujeto ya tenía cuatro cargos por grooming y una por abuso sexual simple, que lo llevaron a ser detenido nuevamente hasta mediados de marzo, cuando fue liberado bajo fianza. La batalla por la sanación Las consecuencias de aquellos abusos se manifestaron pronto en la salud de la víctima. Valentina compartió que, poco después de denunciar el hecho, debieron mudarse del barrio. No obstante, al enterarse de la situación, los vecinos del nuevo hogar comenzaron a hacerle bullying al chico, lo que habría agudizado su situación. Con un diagnóstico de TDAH e hiperactividad, el siguiente paso fue acudir a ayuda profesional. La gravedad de lo vivido fue tal que hasta había afectado el vínculo entre madre e hijo: “Él comenzó a controlar cómo me vestía, se ponía agresivo, hasta intentó lastimarse”, recordó con pesar. “Mi hijo estaba atemorizado”, confesó la madre, quien reconoció que el apoyo psicológico y psiquiátrico fue crucial para ayudar al adolescente a salir adelante. Hoy, el chico vive en Chile con su abuela materna, y aunque aún toma medicación, la cantidad que necesitaba se redujo notablemente, lo que en la familia celebran y reciben como un paso notable hacia su recuperación. Expectativas por un juicio El caso por abuso sexual simple ya fue elevado a juicio el año pasado. Sin embargo, por cambios en la representación de la querella, el expediente no tuvo mayores avances. Poco después de enterada de la detención de Ángel L. en La Pampa, la mujer juntó valentía y se reunió con el fiscal a cargo, del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, a quien sintió “comprensivo”. Según contó, el letrado le aseguró que “va a hacer lo posible para agilizar esto, porque estamos hablando de una persona enferma”. La investigación inicial y la declaración del menor en Cámara Gesell ratificaron la seguidilla de hechos violentos. “Era clarísimo que estábamos hablando de una persona enferma”, reiteró la madre. Mientras tanto, une fuerzas con familiares de los niños víctimas de acoso en La Pampa, quienes días atrás se manifestaron en repudio a la residencia del exempleado forestal en esa provincia y a que esté con prisión domiciliaria. “Es un enfermo, un perverso”, describió la mujer. En simultáneo, también apuntó contra la pareja del agresor, a quien acusó de cómplice. “Ella está totalmente consciente de que también está involucrada en esto. Incluso antes de mudarse intentó desvincularse de él haciendo una exposición policial”, relató Valentina para quien esa exposición policial demostraría cierta complicidad. Mientras, la familia de la víctima espera que la causa se retome y el hombre sea condenado.
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