Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Esperanza para aprovechar el día

    Gualeguay » Debate Pregon

    Fecha: 24/08/2025 03:04

    En la tradición hebrea aparece –según la biblia- la consigna que dice “no te prives de pasar un buen día” palabras citadas por el recordado papa Francisco en su exhortación a los jóvenes. Y Jesús de Nazaret- según Mateo- decía en su sermón del monte: “No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción”. Es evidente que en nuestro modo de vivir – en este agitado siglo XXI-hay semillas del veneno de la decadencia y la degradación de nuestra condición humana y se hace difícil esa realidad. Es por eso que en nuestros días se ha difundido una práctica que se llama Mindfulness o Atención Plena con el propósito de lograr prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés y aceptación. Fue un tal Jon Kabat-Zinn, quien en EEUU introdujo esa práctica para el tratamiento de problemas físicos, y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés. Este tipo de atención permitía aprender a relacionarse de forma directa con aquello que está ocurriendo en sus vidas en cada momento presente para tomar conciencia de la realidad de cada uno, dando oportunidad de trabajar con el estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al aislamiento, reaccionando de manera automática. Es que la “atención plena” de la que hablamos tiene que ver con la reconciliación del momento presente, del instante en que estás aquí y ahora. Por otro lado, se dice que la nostalgia es exceso de pasado, el stress exceso de presente y la ansiedad un exceso de futuro: las tres realidades se hacen presente en el alma de nuestra gente en medio de la multitud. Por eso es que para llegar a la “atención plena” del presente es necesario saber de dónde uno viene teniendo en cuenta la identidad que da la historia personal en medio de una comunidad y saber a dónde uno va, es decir tener un proyecto de vida que nos lance al futuro. Nadie puede “aprovechar su día” si no percibió desde su corazón el camino recorrido y por recorrer. Si en la historia de un joven-por ejemplo- apareció la vocación de médico su ayer indica que hoy tiene que aprovechar su día en función del estudio para mañana ser profesional de la salud. Sin la identidad que da el pasado y sin el rumbo que da el proyecto la atención se vuelve difusa y caótica y es por tanto imposible “aprovechar el día”: A quien no sabe quién es porque no sabe de dónde viene y a dónde va siempre le costará mucho estar en el momento presente. Agreguemos por último que para lograr esa atención plena es importante detenerse, demorarse, meditar, meditar y rezar si somos creyentes. Nadie que viva acelerado todo el día, toda la semana logrará la “atención plena”, nadie que “viva a mil” podrá narrar su biografía y describir sus proyectos para aprovechar su día en relación a esas dos variables que son la del pasado y la del futuro. En definitiva, intentar vivir con intensidad cada jornada y cada momento tiene que ver con la historia personal y con el futuro percibido como proyecto de vida. De ese modo puede establecerse la verdadera esperanza para el corazón humano, para las familias, y las civilizaciones.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por