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Parana » APF
Fecha: 22/08/2025 12:30
El índice medido por la Universidad Torcuato Di Tella registró su peor valor desde septiembre de 2024, arrastrado por el temor a un enfriamiento de la economía y la caída de la percepción tanto personal como macroeconómica. La caída fue general en todos sus componentes: las expectativas de compra de bienes durables retrocedieron 15,2% en el mes, la percepción sobre la situación macroeconómica disminuyó 13,7% y la personal, 12,9%. viernes 22 de agosto de 2025 | 12:23hs. Tras la disparada de los diferentes tipos de cambio en julio y el descenso de las tasas de interés, agosto comenzó con una disminución en la cotización del dólar y un encarecimiento del dinero, lo que alimentó temores de los analistas sobre un posible enfriamiento de la actividad económica. Este escenario tuvo una repercusión negativa en la confianza de los consumidores y sus expectativas de gasto a corto plazo. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) mensual descendió 13,9% respecto de julio y acumuló una caída interanual del 3,7%, según el informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella, elaborado por Poliarquía Consultores a partir de encuestas realizadas en cuarenta grandes aglomerados urbanos, entre el uno y el catorce del mes. El indicador se ubicó ligeramente por debajo de los 40 puntos, lo que representa el nivel más bajo desde septiembre de 2024 y la disminución porcentual intermensual más significativa desde diciembre de 2023. En aquel entonces, el gobierno de Javier Milei heredó un severo atraso cambiario y un rezago tarifario en los servicios públicos, factores que anticipaban una fuerte corrección con el consecuente impacto en los presupuestos familiares. La caída fue general en todos sus componentes: las expectativas de compra de bienes durables retrocedieron 15,2% en el mes, la percepción sobre la situación macroeconómica disminuyó 13,7% y la personal, 12,9 por ciento. Resulta notable el cambio de humor en los hogares respecto de un año atrás, a pesar de que entonces la tasa de inflación mensual era más del doble y una economía hoy estancada mostraba niveles 6% inferiores a los actuales: la percepción macro cayó 18,4% y el índice de situación personal descendió 8,1%. Solo la decisión de compra de bienes durables e inmuebles se mostró positiva, con un incremento del 37,6%, aunque esto implicó casi 50 puntos porcentuales menos respecto al ritmo de crecimiento registrado hacia finales del año pasado. De esta forma, el índice general interrumpió una seguidilla de cuatro meses con mejoras mensuales y ocho meses de avances interanuales. Al analizar los resultados por estrato socioeconómico, el relevamiento de la Universidad Torcuato Di Tella detectó una clara divergencia: el indicador se redujo 18,33% en los hogares de menores ingresos y 10,27% en los de ingresos más altos. Esta brecha muestra que el deterioro del ánimo social no es homogéneo y pone en evidencia la persistencia de la desigualdad en la percepción del contexto económico. Balance en la gestión Milei Durante los primeros veinte meses de gestión de Javier Milei, el índice general de confianza del consumidor aumentó apenas 0,3%. No obstante, los distintos componentes muestran comportamientos dispares: la situación personal se redujo 3%, la percepción sobre la economía general retrocedió 24,3%, mientras que las expectativas de compra de bienes durables experimentaron una mejora del 90,9%, aunque partiendo desde niveles históricamente bajos. El análisis regional exhibe, asimismo, comportamientos heterogéneos: en el interior del país el indicador creció 9,8% y alcanzó los 46,4 puntos; en la Ciudad de Buenos Aires cayó 8,3% (37,1 puntos) y en el Gran Buenos Aires bajó 3% (también en 37,1 puntos). La evolución de la confianza del consumidor guarda una relación estrecha con variables como la dinámica de la inflación, el empleo y la oferta de crédito. El detalle por plazos revela que “Las Condiciones Presentes, que reflejan cómo perciben actualmente los consumidores su economía y la general, cayeron 14,89% respecto de julio, aunque todavía permanecen 21,76% por encima del nivel de agosto de 2024. Las Expectativas Futuras descendieron 13,10% intermensualmente y acumularon un retroceso de 16,36% en el último año”. Los datos actuales permiten concluir que la población valora mejor su situación presente que sus perspectivas a futuro. El mejoramiento responde principalmente al crecimiento de ingresos y a una inflación que logró retroceder, permitiendo recomponer parcialmente el poder adquisitivo. Sin embargo, persisten grandes desafíos para recuperar el optimismo: la estabilidad del mercado cambiario, la evolución del empleo y el acceso al crédito determinarán el rumbo de la confianza durante los próximos meses, publicó InfoBae. La tendencia descendente del índice en agosto representa una advertencia para el consumo y un indicio de desconfianza con respecto al futuro inmediato. La caída en todos los indicadores evidencia el impacto de la coyuntura financiera y del clima de incertidumbre sobre las decisiones de gasto de las familias argentinas. Solo una mejora sostenida en los ingresos reales y en el mercado laboral podría revertir este deterioro en la percepción social y generar un repunte en el ánimo de los consumidores hacia fin de año. En definitiva, la confianza del consumidor atraviesa uno de sus momentos más críticos de los últimos años, con fuertes diferencias entre sectores sociales y regiones del país. Los próximos meses serán clave para definir si el proceso de estabilización macroeconómica es capaz de consolidarse y devolver optimismo a una sociedad que hoy mira el futuro con cautela. (APFDigital)
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