Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Sofía Fernández, la influencer que desafió la perfección en redes: maternidad, terapia y el sueño de una familia real

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/08/2025 06:38

    Ellas by GWM - Sofía Fernández Sofía Fernández es modelo e influencer argentina que saltó a la popularidad televisiva como “azafata” en los programas de Guido Kaczka. En redes sociales comparte contenidos de lifestyle y fitness, y suele enfocarse en temáticas como la maternidad. En su biografía de Instagram se presenta como “Mamá de Oli” y publica con frecuencia escenas de su vida familiar y cotidiana. Su comunidad supera el medio millón de seguidores entre las diversas plataformas. En abril de 2025, se casó en Florianópolis, Brasil, con el empresario Nicolás González, padre de su hija Olivia. Ahora la pareja se prepara para recibir a su segunda hija, Pili, consolidando la familia desde el amor. “Nuestro corazón explota de amor, emoción, nervios y no les voy a mentir un poquito de miedo jaja pero WOWW lo deseábamos tanto”, publicó en su cuenta oficial con la imagen de la ecografía. Sofía Fernández comparte su experiencia de crisis de pareja, terapia y el desafío de construir una familia sólida en poco tiempo. (Fotografía: Adrian Escandar) Luli: — Tenés una historia hermosa para contar, pero también, con tu mensaje, desmitificás ciertos patrones que en redes suelen mostrarse como “perfectos”. Me parece espectacular que alguien de una vez por todas diga: “Che, pará, yo buscaba toda esa perfección que veía en las redes y, siendo una chica de redes, eso no es real”. Sofía: — Claro, tal cual (Risas). Luli: — ¿Me podés contar cómo eran esas charlas con tu terapeuta? ¿Cómo lográs desarmar esa idea de perfección que surge hoy en día? Sofía: — Después de mucha terapeuta porque creo que este mundo te lleva a querer ser perfecta y a la autoexigencia. Hablé mucho de aceptarme, quererme, valorarme con lo que tengo y lo que soy, con cómo soy y distinguir mis sueños. Porque a veces estás mirando el jardín de al lado y decís: “Pero ¿qué quiero realmente yo?” Cuando entendí eso, todo se calmó y encontré esa paz. Luli: — ¿Sentías que ser influencer y referente del mundo fitness te generaba ansiedad? ¿Te costaba separar la vida real del trabajo? Sofía: — Sí, me pasaba que me daba culpa comer algo que no fuera de una chica fitness. Hasta que entendí que primero hay que ser persona y que ser fitness no significa comer 100 por ciento saludable, todo contado y pesado. Pero fue un trabajo largo que me cuesta hasta el día de hoy disfrutar al 100%, la comida o darme el lujo de no entrenar. No estaba dentro de mis posibilidades no entrenar. Y creo que la maternidad y la familia hacen que cambien tus prioridades. También mucha terapia y el trabajo interno. Fue muy lindo poder comunicarlo porque creo que hay muchas mujeres que se sienten identificadas, así que eso es lo que más gratitud me da. Luli: — Es como un manto de honestidad entre tanta pose que uno ve en redes. De golpe que alguien se pare y diga: “Nunca voy a ser tan impecable como lo que veo en mis redes” y es agotador... Sofía: — Es que siempre hay mujeres más marcadas, más fitness, más exitosas y también menos. Pero uno consume y se está comparando constantemente y eso es lo feo de las redes sociales: tanta perfección. Me pasó que dije: “Yo no quiero mostrar todo perfección porque no es real, no es verdad”. Luli: — Y también la mirada del otro, ¿no? Los comentarios con críticas que siempre vienen de mujeres. ¿Por qué pasa eso? Sofía: — Es impresionante. Somos las que más luchamos por nuestros derechos, pero también las que más nos golpeamos entre nosotras. Y no sé si hay un porqué. Me cuesta entenderlo y la verdad es que no sé qué pasa, pero ahí estamos como en constante mirada hacia el costado y no hacia una. Luli: — También sucede con los vínculos, con las relaciones personales. Mirás al costado y son esas familias perfectas, con sonrisas espectaculares y atardeceres soñados. ¿Esta gente no discute? ¿No se pelea? (risas). Sofía: — Claro. Lo ves y decís: “¡Ellos son muy felices!” Y no siempre es así. Gracias a Dios tengo a mi marido, Nico, que me baja tierra y cuando discutimos, y a mí me angustia mucho, él me dice: “Todas las parejas discuten”. Uno quiere estar siempre bien, sonriendo y que todo sea perfecto. Pero no es así. “Es normal, es natural y es humano no ser iguales o colapsar”, me dice. Luli: — Es más, desconfiaría de las parejas que no discuten... Sofía: — Claro. Luli: — Lo mencionaste a él y me parece súper interesante que en su momento compartías con tu comunidad que a vos en el amor no te iba bien. Se te ve divina, super amorosa y una dice: “¡¿Cómo no le va bien en el amor?!” Sofía: — Si yo tengo que hablar de mis exnovios, los amo a cada uno de ellos. Les deseo realmente la felicidad más grande que pueda existir porque siento que tuve mucha suerte de los novios que tuve. Luli: — Pero los querés lejos... Sofía: — Sí, los quiero lejos (risas). Siento que no funcionaron tal vez más por mí que por ellos. Siempre me sentí muy amada, cuidada, pero yo tenía muy presente que quería ser mamá, que quería casarme, muy Susana. Realmente ese fue mi anhelo más grande y en Nico vi lo mismo. Me pasó que en la primera cita pusimos todas las cartas sobre la mesa. Yo tenía 25 años, él 28 y fue tipo: “Yo quiero ser papá de muchos hijos, yo quiero ser mamá de muchos hijos, yo quiero viajar, yo también. Me encanta el casamiento, a mí también y quiero un ´para siempre´”. Yo sé que capaz que en la actualidad en esto de tolerar solo hasta un punto, yo tal vez sea un poco más conservadora, pero para mí la tolerancia en la sociedad ahora es casi nula. Una cosita que no nos gusta y miramos para otro lado o decimos: “Bueno, prefiero estar sola”. Que está buenísimo también, pero no es algo que a mí o a mi pareja nos pase. Él tiene a sus padres que pasaron por mucho y siguen juntos y es el gran ejemplo de ambos. Yo los veo como un gran referente de pareja y soñamos con eso. En esa primera cita estabamos vibrando lo mismo y surgió todo así en tiempo récord (risas). La honestidad en redes sociales y la exposición de su vida personal generaron identificación y apoyo entre sus seguidoras. (Fotografía: Adrian Escandar) Relaciones personales, vínculos y la búsqueda de la familia ideal Luli: — ¿Qué sentías internamente con la maternidad y con las ganas de formar una familia? Sofía: — Me pasaba que, antes de conocer a Nico, me agarró mucha ansiedad no tanto por el trabajo o el éxito personal, sino por la familia. Tenía 24 años y para mí ya era muy grande porque pensaba: hasta que conozco una persona, nos enamoramos, convivimos, pasa el tiempo y es prudente ser papás, ya está, yo ya soy grande. Porque yo quería ser mamá de 150 hijos. No me daban los números y me empezó a agarrar mucha ansiedad. Lo que más trabajaba en terapia era eso, entender la edad que tenía, que las cosas llegan a sus tiempos y de soltar y confiar. Luli: — ¿Y por qué pensás que te pasaba eso a los 24, con tanta ansiedad por no encontrar pareja para formar una familia? Sofía: — Yo creo que es el anhelo de no haber tenido a esa familia tradicional y por ahí ser un poquito más estructurada. Yo no tuve un papá presente, tuve una mamá muy joven que bancó todo sola y no tuvo buenas parejas. Entonces, siento que desde muy chica yo anhelaba que no me pasara eso. Quería tener un hombre que me amara, tener hijos, un buen pasar y que no nos falte como nos faltó a nosotras. Luli: — El miedo a repetir la historia, ¿no? Sofía: — Exacto, a repetir un patrón. Lo que más trabajé en terapia es no repetir patrón. Yo no quería tener una mala persona al lado, por eso te digo que amo a todos mis ex, siento que son excelentes personas. Luli: — No tenía que ver con que fuesen malos tipos, sino con que no estaban en la misma sintonía que vos. ¿Qué te decía tu mamá cuando vos le decías eso siendo tan chica? Sofía: — Yo siempre tuve la posibilidad de estar en pareja. Y lo que por ahí me hacía entender mi mamá era los tiempos y que vaya más tranquila. Yo con todas mis parejas conviví, no sé, a los dos meses. Todo demasiado intenso. Toda mi vida fue demasiado intensa. Entonces, mi mamá me decía: “Disfrutá con amigas, viajá, ahorrá para tus cosas”. Y yo era tipo no, quiero la familia y luchaba por eso con cada persona con la que estaba. No tanto por estar de novia, sino para que calme el tema de la familia. Luli: — ¿Tu miedo era no poder ser mamá? ¿No llegar a tener hijos? Sofía: — Sí, era mi miedo. Tenía terror de no poder ser mamá. Y, con mis ex, no todos, pero muchos, re querían. Pero hay algo, una intuición femenina o llamalo como quieras, que sabés que tal vez no sea la persona correcta y eso es frustrante: tener que frenar un sueño tan grande por ser consciente y responsable porque si hay algo que yo sabía y tenía muy claro es que quería un buen padre para mis hijos. Luli: — ¿Qué indicios te dio tu pareja para considerar que iba a ser un buen padre? Sofía: — El anhelo en un hombre para mí era un tanto extraño. Él me dijo: “Mirá que yo quiero ser padre joven”, como parte del código de relación y tenía 28 años. Y siento que esa determinación era igual a la que yo tenía. Estamos hablando el mismo idioma. Aparte lo que decía iba de la mano con su accionar. Obviamente, que cuando quedé embarazada pasamos una crisis tremenda porque nos estábamos conociendo. Habían pasado solo tres meses… Luli: — ¿A los tres meses de conocerlo, quedaste embarazada sin buscarlo? Sofía: — A los dos meses de convivencias. No, en realidad fue rebuscada. Fue la bebé más deseada de este mundo. Luli: — Pero pese a ser buscada y que al minuto quedaste embarazada, pasaron una fuerte crisis... Sofía: — Esto es un detalle que creo que nunca lo conté. Yo quedo embarazada y justo una semana antes habíamos dicho de frenar la búsqueda porque era tanta la discusión que teníamos, constante, que dijimos: “Primero estemos bien, firmes, sólidos como pareja para traer un bebé al mundo”. Luli: — ¿Pero a los tres meses por qué se peleaban? Sofía: — Estuvimos un mes de viaje, fuimos a ver el Mundial y después nos fuimos a Europa a pasar fin de año. Como que tanta intensidad, empezás a conocer mucha persona, 24/7 de viaje, era mucho. Pero ¿qué pasó? Yo estaba embarazada y las hormonas las tenía en Jamaica (risas). Él no me reconocía a mí y yo tal vez no me reconocía a mí misma tampoco. A mí me pasaba internamente que decía: “Yo no estoy siendo yo. Hay algo raro”. Estaba muy irritante, muy sensible, todo me causaba llanto, todo era drama. Y si bien soy una persona súper sensible, esto estaba siendo exacerbado. Luli: — Embaraza, en crisis y ¿qué pasó después? Sofía: — Terapia de pareja (risas). A los tres meses, terapia de pareja. Nos hizo muy bien. La recomiendo. Uno piensa que: “Yo no voy a llegar a esto”. Pero en esto que hablo de la tolerancia, hubiese sido más fácil decir: “Mirá, no funcionamos. Veamos cómo vamos a ser buenos padres separados”. Eso tal vez es lo más normal o coherente de escuchar hoy en día. Pero él me hizo ver de que hay que luchar por el amor, por la familia y por la unión. Y fue hermoso, nos entendimos un montón en el proceso. Luli: — En un periodo en donde en general empezás a salir y te mandás mensajitos, vos ya estabas embarazada y con crisis de pareja. Sofía: — Sí. Es una locura. Hoy cumplo tres años con Nico y estoy esperando mi segunda bebé. En tres años, me casé, tuve dos hijas, tenemos otra perrita ahora de dos meses. Nuestra familia se transformó en una sola. La verdad que es un caso de éxito, pero muy arriesgado, demasiado arriesgado. Funcionó, pero no sé si se lo recomendaría a alguien. Pasamos por mucho, pero hoy siento que tomé una decisión espectacular con el hombre que encontré para que me acompañe en la vida y con el padre de mis hijos. Ser padres es mucha responsabilidad, dividir tareas… Luli: — Más el laburo, porque vos seguís a full con tus redes, con tu marca. Sofía: — No paro un minuto y él me acompaña mucho, me apoya, ama que trabaje, me tira siempre para adelante. Fue muy arriesgado, pero fue muy exitoso. Luli: — ¿Y con vidas tan distintas cómo se conocieron, Sofi? Sofía: — Nos conocimos por Instagram. Teníamos gente en común, pero creo que nuestra comunicación central fue Instagram. Y creo que me ganó por cansancio (risas). Me respondía las historias, yo de vez en cuando también, porque no me dejaba parecer hermoso. Luli: — Te gustaba, pero creías que no estaba alineado a tu deseo... Sofía: — Claro, me parecía hermoso a mí, pero sentía que no era una posibilidad. Lo tenía totalmente bloqueado y me costó desbloquearlo también, pobre. "Yo tenía muy presente que quería ser mamá y casarme", confesó Sofía en diálogo con Luli Fernández. (Fotografía: Adrian Escandar) Redes Sociales Luli: — ¿Qué creés que tuvo tu historia para que impactara tanto en las redes y en tu comunidad, al punto de que un montón de chicas se sumaran y siguieran el minuto a minuto de lo que iba pasando? Sofía: — Creo que siempre fui muy clara en las redes de mi deseo de la familia. Entonces, siento que eran como amigas diciendo: “¡Lo lograste!”. Yo iba al programa de Guido y yo decía: “Quiero ser mamá”. Es un deseo que nunca oculté. Tenía 18 años y lo decía con anhelo. Hoy las chicas me ponen en los comentarios: “Lo lograste, qué hermosa familia formaste, no puedo creer el hombre que encontraste”. Y aparte yo expuse a todas mis parejas. Fueron viviendo el minuto a minuto de mi vida. Jamás oculté nada… Luli: — ¿En algún momento te sentiste juzgada? Sofía: — Re. En el embarazo de Oli, yo creo que habré bajado como sesenta mil seguidores. Porque me desaparecí de las redes. Sentí que no quería que nadie opinara de que tuve un hijo rápido, de si lo tuve, con quién y por qué. No quería que nadie opinara porque ya había demasiadas versiones sin que yo mostrara tanto. Luli: — ¿Esa baja estrepitosa de seguidores tuvo que ver con que la mayor parte de tu comunidad son mujeres? Sofía: — Siento que muchos fueron hombres, también. En mi trabajo expuse bastante el cuerpo y al estar soltera, en esa búsqueda y contarlo, también genera esa minicomunidad de seguidores, candidatos. Además, tiene que ver con la cuestión de usar el Instagram. Si vos lo tenés inactivo, es imposible generar comunidad. Creo que fue un conjunto de cosas. Pero mi decisión fue preservar esto que es tan sagrado como un hijo, fue fundamental. No tenía ganas de sumarle a mi vida personal el estrés de redes en ese momento. Cambios personales, gratitud y la importancia de la paz interior Luli: — Si pudieses tomarte un mate con vos hace un par de años atrás, ¿qué te dirías? Sofía: — Que disfrute más, porque yo me pasé mucho tiempo muy triste por ese sueño. Uno puede luchar por un éxito laboral o por un viaje, pero que venga el amor y la familia, eso te excede. O sea, podés intentar buscarlo, pero esas cosas pasan... Siento que le diría: “Tranquila, va a suceder”. Disfruta esto porque hoy, siendo mamá, estando casada y siendo una persona muy en paz, me siento feliz y plena. Pero antes me pasaba que no era feliz por querer esto y digo: “¡Qué picardía!" Tuve un pasado muy lindo y por ahí no lo disfruté al 100, tanto con el trabajo como con los vínculos y los viajes. Siento que ese anhelo tan grande por ahí tapó un poquito el disfrute del ser presente. Luli: — Cuando uno puede ir detrás de aquello que anhela, independientemente del bagaje de por qué estás detrás de ese sueño, el universo termina conspirando a tu favor. Sofía: — Sí, total. Yo creo que muchas de estas chicas que se sienten por ahí identificadas con este deseo de ser mamá, me preguntan: “¿Cómo hiciste?” Yo creo que lo decía tanto desde lo más profundo de mi corazón, que no hubo opción de que Dios no me escuche (risas). Tenía que pasar porque realmente desde lo más profundo de mi alma era mi mayor deseo y es el día de hoy que no lo naturalizo. Tener una familia, tener hijos y estar bien es como una cosa normal para alguien de afuera, pero para mí no. Es un sueño y no lo naturalizo. Todos los días me levanto con una persona buena, cariñosa, atenta, que se tiene que ir a trabajar, pero espera que nos levantemos para saludarnos… Luli: — Es no minimizar aquello que durante tantos años de verdad estuviste buscando y agradecerlo. Sofía: — Y superó lo que yo estaba buscando. Siento que tengo una hija maravillosa y uno anhela un marido maravilloso, pero la familia de mi marido también es lo más. Es un ejemplo a seguir en todos los aspectos de generosidad, bondad, es una familia que está bien económicamente, pero que viene de abajo, que la luchó y son personas sencillas, simples, engamamos todos perfecto. Luli: — Para ir cerrando, siempre me gusta preguntarle a mis invitadas si pudiesen elegir una foto de un momento de su vida, para volver a vivirlo. ¿La tuya cuál sería? Sofía: — La primera que se me viene sin pensarlo es el nacimiento de mi bebé. Nico se ríe porque yo siempre digo que fue un sueño mi parto y él me dice: “¿Cómo fue un sueño si gritabas como una loca del dolor?” (risas). Y yo lo recuerdo mágico. En ese momento frené y agradecí muchísimo a Dios. Me acordé mucho de ese sueño que yo tenía y no lo podía creer. Fue impresionante, necesitaba que me pellizquen. Para mí fue realmente fue mágico. No tengo otra palabra.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por