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Parana » Informe Digital
Fecha: 22/08/2025 00:51
Las recientes lluvias, que superaron los 100 milímetros en amplias regiones agrícolas, han consolidado un favorable escenario hídrico para el final de la campaña de trigo y proporcionado humedad esencial para el inicio de la siembra de maíz. Sin embargo, en los sectores ya afectados por excesos, anegamientos e inundaciones, como el centro oeste bonaerense, estos acumulados han incrementado la preocupación de productores y dirigentes rurales, que ya evalúan modificar sus planes de siembra y anticipan retrasos en la implantación. Hasta ayer, según datos de La Bragadense, Los Toldos encabezó los registros con 148 mm, seguido por Chivilcoy con 123 mm, Comodoro Py y Bragado con 120 mm, y General Arenales también con 120 mm. En otras localidades, los acumulados fueron significativos: O’Brien, 114 mm; 25 de Mayo y Suipacha, 100 mm; Vedia, 95 mm; 9 de Julio, 86 mm; y Saladillo, 84 mm. Se agravaron las inundaciones en el centro oeste bonaerense En diálogo con LA NACION, Pablo Mercuri, especialista del INTA, señaló que el mapa de las lluvias recientes muestra que las áreas con más de 100 mm se concentraron en el norte de la provincia de Buenos Aires, especialmente en el nordeste, y en el sur de Santa Fe, afectando principalmente la zona centro-este de la región núcleo. “Las áreas que estarán afectadas por el agua son sectores bajos y de media loma, que generalmente, salvo algunas zonas deprimidas, se recuperan rápidamente con la llegada de días más soleados y sin lluvias significativas”, afirmó. Respecto a los partidos ya afectados en el centro oeste de la provincia de Buenos Aires, Mercuri indicó que “existirán secuelas, aunque no se registraron acumulados tan altos”. Sin embargo, se prevé que la recuperación en estas áreas sea más lenta. Campos y caminos anegados en 9 de Julio Por otro lado, en otras partes del oeste de la provincia de Buenos Aires, Córdoba y el oeste de la zona núcleo, “las lluvias han sido beneficiosas para sostener y recuperar los niveles de almacenamiento de agua en el suelo”, necesarios para los rebrotes de pasturas y las siembras de maíz temprano. Mercuri resaltó la importancia del agua para los cultivos de la campaña de fina, trigo y cebada, que están en crecimiento. “Los trigos en crecimiento también van a requerir agua en la próxima semana, por lo que contar con buenas reservas en el suelo es muy beneficioso”, destacó. En Bolívar, el presidente de la Sociedad Rural local, José Gabriel Erreca, explicó que en la zona se registraron entre 60 y 80 mm en promedio, lo que “aggravó la situación” ya existente. El dirigente advirtió que este escenario se presenta en un momento clave: “A 20 o 25 días del inicio de la siembra de la gruesa, complica los planes y atrasará todo”. También enfatizó la dificultad adicional por el estado de los caminos rurales: “Si estaban complicados hace diez días, con esto están aún peor”. Aun así, destacó algunos factores positivos a corto plazo: las mayores horas de luz, el alargamiento de los días y la presencia de viento, que ayudan a escurrir parte del agua acumulada, aunque “secar es imposible”. Subrayó que no hay margen para trabajos estructurales y que lo único que queda es esperar: “En algunos campos se orea un poco más, pero las calles siguen siendo canales. El panorama es complejo.” Se agravaron las inundaciones en el centro oeste bonaerense El presidente de la Sociedad Rural de 25 de Mayo, Darío Sabini, informó que en un lapso de día y medio se acumularon entre 90 y 110 milímetros en un partido que ya enfrentaba un alto grado de anegamiento. Advirtió que la siembra de girasol y maíz temprano, prevista para el 20 de septiembre, “está seriamente en riesgo”, y que la ganadería también está comprometida debido a la falta de superficie para aprovechar los verdeos de invierno y la napa alta que perjudica el desarrollo del campo natural. Según explicó, el acumulado anual en la zona ya oscila entre 900 y 1100 mm, un nivel que condiciona cualquier planificación. Aseguró que la situación de los productores es “complicada en alto grado” en la zona sur del partido, donde la superficie dedicada a cultivos de invierno se ha reducido considerablemente. “Los caminos también están complicados por el alto nivel de agua en las cunetas; el ingreso de agua al sur y este del partido es grave”, enfatizó. En Carlos Casares, el dirigente rural Mario Raymundo recordó que entre septiembre de 2024 y agosto de 2025 se registraron 1500 milímetros, frente a una media histórica de 900. En este contexto, aseguró que la siembra de maíz, que debería comenzar a mediados de septiembre, no podrá llevarse a cabo, al igual que la de girasol y soja en octubre. Estimó que solo en noviembre podrían iniciarse las siembras, lo que inevitablemente conllevará menores rendimientos por el acortamiento del ciclo. Hay fuerte preocupación en 9 de Julio por la situación en los campos Raymundo también describió un severo impacto en la lechería. Mencionó que un tambo en el sur del partido, con mil vacas, se vio obligado a mudarse y otro tuvo que vender vacas. “Las distintas actividades están seriamente comprometidas: la ganadería enfrenta falta de pasto, la agricultura, retrasos, y los productores enfrentan enormes dificultades para moverse dentro del partido”, expresó. En 9 de Julio, el director de la Sociedad Rural local, Nicolás Capriroli, subrayó que la situación se agravó con las últimas lluvias. “El agravante son 100 mm más: en algunos lugares, 50; en otros, 110. Es una cantidad considerable de agua. Pensar que durante tres años no tuvimos lluvias abundantes, y ahora todas son de 50, 60, 100 mm. Estamos acumulando entre 1200 y 1500 mm, dependiendo de la zona del partido.” El dirigente advirtió que estos valores superan ampliamente el promedio anual de 900 mm, a los que se sumarían las precipitaciones de primavera, que podrían agregar otros 400 o 450 mm. “Sería aún más catastrófico”, alertó. Según explicó, un informe satelital del INTA del 19 de julio ya mostraba que el 40% del partido estaba afectado por anegamientos, aunque el impacto real podría ser mucho mayor. “La superficie afectada es prácticamente el doble de eso. No quiero exagerar, pero tal vez el 80% del partido de 9 de Julio esté comprometido”, afirmó. En este escenario, Capriroli señaló que la superficie de trigo se redujo y parte de lo sembrado se perdió por encharcamiento. Los cultivos de invierno que todavía resisten, como trigo, cebada o avena, “están en buen estado, pero un exceso hídrico en el sistema radicular no es favorable”. De cara a la campaña gruesa, la incertidumbre domina los planteos. “Estamos en plena tarea de preparar los campos para la siembra gruesa, que debería comenzar a partir del 15 de septiembre con los maíces, seguido de girasol y soja. Pero con el 80% de la superficie afectada, no sabemos cuántas hectáreas podremos sembrar”, indicó. Capriroli agregó que el impacto trasciende lo productivo: “Todo esto golpea fuertemente desde lo socioeconómico a la comunidad y a la región”, remarcó. En este contexto, según informó la Sociedad Rural de 9 de Julio, integrantes de esta entidad, INTA 9 de Julio, el Círculo de Ingenieros Agrónomos, la Regional Aapresid 9 de Julio-Carlos Casares y Funuesa se pronunciaron sobre la situación en la zona. “Las entidades, tanto la Sociedad Rural como las técnicas, coincidieron en que la producción de todo el partido se resiente, se está generando un estrés financiero, preocupación por la economía local y un fuerte reclamo para que tanto Nación como provincia, sin dejar de lado al Municipio, intervengan con ayuda de máquinas viales. Advirtieron que la cadena productiva se verá afectada”, indicaron.
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