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  • Condenado a 18 años de prisión por matar a un músico chamamecero en una fiesta de cumpleaños

    » La Capital

    Fecha: 20/08/2025 19:42

    Martín Orellano era músico. Tocaba el acordeón en el conjunto chamamecero Esencia del Litoral . En septiembre de 2022 fue al cumpleaños de un amigo en la zona sudoeste de Rosario y se encontró con un muchacho que había maltratado a su hija mayor mientras estuvieron en pareja. Lo enfrentó, discutieron y cuando intentaron calmarlos su oponente sacó un revólver y le disparó al pecho. El asesinato se debatió en un juicio que terminó este miércoles con la condena al acusado, Marcelo Moreira, de 35 años, a 18 años de prisión. Moreira fue sentenciado como autor de aquel homicidio cometido un sábado a la noche cuando empezaba una fiesta de cumpleaños en La Vincha y avenida 1907, en el barrio conocido como Territorio. El tribunal integrado por los jueces Hebe Marcogliese, Silvia Castelli y Florentino Malaponte le impuso 18 años de condena por los delitos de homicidio agravado y por la portación ilegal de arma . En cambio, fue absuelto por la duda del delito de privación ilegal de la libertad, conducta de la que estaba acusado por haber escapado de la fiesta tras obligar a su novia a subir a la fuerza a su auto. Martín Carlos Orellano tenía 42 años. Era padre de cuatro hijos, músico y empleado en una empresa de limpieza. A los 27 años había empezado a tocar el acordeón, instrumento que tocaba su padre de manera amateur. “Fue a un maestro dos o tres clases y después sacaba los temas solo, era innato” , contó a este diario su papá durante el velorio, rodeado por los músicos litoraleños que acompañaban a su hijo. Desencuentro La noche del asesinato estaban tocando en un encuentro chamamecero cuando los invitaron a la casa de un amigo de Martín. Este hombre, José L. festejaba su cumpleaños y el de su esposa en la avenida 1907, cerca de Uriburu al 5300. Al llegar se encontró con Moreira, su ex yerno, a quien le reprochó que maltratara a su hija mayor mientras fueron pareja. Entre la discusión y el disparo, contaron los asistentes a la fiesta, pasaron segundos. “Lo invitamos porque Martín era mi gran amigo y el otro apareció. Todos lo conocemos y encima sale con una prima mía. Nunca pensé que podía pasar esto”, relató consternado a La Capital, al día siguiente, el dueño de casa. El hombre estaba a un costado del patio y cuando se acercó al parrillero a controlar el fuego escuchó el griterío. “Martín le tiró un manotazo al pibe y yo fui a separarlos. Pero cuando agarré a Marcelo para alejarlo este chico sacó un revólver y le disparó a Martín”, contó José, que estuvo a punto de ser alcanzado por el disparo. >>Leer más: Festejaban un cumpleaños, discutieron y lo asesinó de un tiro en el pecho Los testigos contaron que apenas Martín cayó herido al piso el atacante tomó por la fuerza a su pareja y la arrastró hasta su auto Renault 11 para huir. La fiscal Georgina Pairola planteó en el juicio que no permitió que nadie se acercara, mientras hacía ademanes con un arma de fuego. Desde allí fue hasta una casa del barrio Santa Lucía, liberó a su novia y dejó a un sobrino al cuidado de un familiar. Pasó por su casa del pasaje 1746 al 2100 y finalmente escapó en una moto. En el domicilio la policía encontró un arma calibre 32 descargada. Despedida En la fiesta cumpleaños, en tanto, Orellano había quedado tendido en el piso. Los pocos invitados que habían llegado llamaron a la policía y a una ambulancia. “El sabía que estaba fea la cosa. No dijo mucho, sólo respiraba mal y un ratito después murió en los brazos —evocó José a este diario—. La gente de la ambulancia no sabía dónde era el lugar y se quedó parada por Uriburu. Al rato largo lo vinieron a buscar”. La autopsia, detallada en el juicio, consignó como causa de muerte una hemorragia masiva de tórax. “Mi hijo era buena persona, sobre todo eso”, lo recordaría al día siguiente su padre en una casa fúnebre cercana al parque Independencia. Contó que él habían llegado muchos años antes desde Fortín Olmos, en Santa Fe al norte. Todos sus hijos nacieron en Rosario. Martín convivía con él y los unía la música: “Trabajaba mucho y formó familias, se casó jovencito y no le fue bien. Tenía cuatro hijos, le menor de un año y medio. Era un hombre alegre y trabajador”.

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