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  • Fin de la ciclogénesis en el AMBA: en 36 horas llovió el promedio de agosto

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/08/2025 16:32

    En tres días llovió en el AMBA lo mismo que en todo agosto, la ciclogénesis dejó acumulados de más de 70 milímetros según el SMN - (Imagen Ilustrativa Infobae) Con más de 100 milímetros caídos desde el lunes a la noche, la ciclogénesis que afectó al Área Metropolitana de Buenos Aires comienza a dar señales de cierre, aunque dejó un registro inédito: en apenas 36 horas llovió lo mismo que suele acumularse durante todo agosto. El fenómeno, que puso en alerta a gran parte del centro y norte del país, provocó inundaciones, complicaciones en la vida cotidiana y ráfagas que alcanzaron los 78 kilómetros por hora. Desde el lunes, un sistema de baja presión comenzó a generar lluvias intensas, ráfagas de viento y anegamientos en distintos puntos de la región. Aunque el panorama comenzó a mostrar una leve tendencia a la mejora, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantuvo este miércoles una alerta amarilla por precipitaciones y fuertes vientos. El SMN mantuvo el alerta amarilla en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, con riesgos por lluvias intensas y probabilidad de granizo El episodio no solo afectó a la Ciudad de Buenos Aires y a sus alrededores, sino también a amplias áreas del centro y norte del país. La situación obligó a las autoridades a mantener un monitoreo constante y a recomendar precauciones a la población. La acumulación de agua, que en algunas localidades superó los 100 milímetros en pocas horas, igualó el promedio habitual de todo agosto. Los registros del SMN afirman que cayeron 122 mm en Sauce Viejo, 116 en Pergamino 116 en Junín, 107 en Merlo y 105 en Paraná. Los especialistas explicaron que este tipo de procesos atmosféricos se caracterizan por el desarrollo de intensos vientos asociados a sistemas de baja presión. La ciclogénesis, como se denomina técnicamente, no suele manifestarse con fuerza en esta época del año en el área rioplatense. Por eso la alerta generó una atención especial. Según el SMN, las ráfagas oscilaron entre los 70 y los 80 kilómetros por hora, lo que obligó a extremar cuidados por la caída de ramas, anegamientos repentinos y dificultades en la movilidad urbana. El fenómeno meteorológico generó inundaciones y ráfagas de hasta 78 km por hora, afectando a gran parte del centro y norte del país Los primeros efectos se sintieron con crudeza desde el lunes por la noche, cuando una sucesión de tormentas dejó calles anegadas, interrupciones en el transporte y complicaciones en barrios con deficiencias de drenaje. “El área bajo alerta irá siendo afectada progresivamente por vientos del sudoeste u oeste, con velocidades de 30 a 50 km/h y ráfagas que pueden alcanzar los 65 a 80 km/h”, advirtió el SMN en su último comunicado oficial. La descripción técnica refleja lo que muchos ciudadanos vivieron como una tormenta prolongada, con casi 40 horas de precipitaciones intermitentes. El temporal mostró el carácter cambiante de estos sistemas: momentos de calma relativa seguidos por descargas intensas de lluvia y ráfagas que obligaban a resguardarse. Aunque la advertencia más grave, la de nivel naranja, ya fue levantada, la persistencia del alerta amarilla mostró que el fenómeno aún no concluyó del todo. Entre las localidades más afectadas figuran La Plata Quilmes Lomas de Zamora San Miguel Escobar y San Fernando entre muchas otras (NA) Un temporal con impacto regional Más allá de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores inmediatos, la influencia de la ciclogénesis alcanzó a una extensa franja del territorio argentino. En la provincia de Buenos Aires, casi todo el territorio —excepto el extremo sur— quedó bajo vigilancia meteorológica. Allí se esperaron vientos del sudoeste de entre 30 y 50 kilómetros por hora, con ráfagas de hasta 80. La lista de distritos afectados incluyó a La Plata, Berisso, Ensenada, Almirante Brown, Quilmes, Avellaneda, Lomas de Zamora y Florencio Varela, además de municipios del interior como Chascomús, Dolores, General Lavalle, Pergamino, Junín, Chivilcoy y Nueve de Julio. El fenómeno se proyectó hacia provincias vecinas. En Entre Ríos, las zonas de Colón, Gualeguaychú, Islas del Ibicuy y Concepción del Uruguay estuvieron dentro del área de riesgo. En Santa Fe, la advertencia alcanzó a localidades del sur como Rosario, Villa Constitución y San Lorenzo. En Córdoba, las ciudades de Río Cuarto, Villa María y Marcos Juárez también sintieron el impacto de los vientos. Incluso en el norte de La Pampa, localidades como General Pico y Realicó experimentaron condiciones similares. El alerta también rige en amplias zonas de Buenos Aires Santa Fe Córdoba Entre Ríos y La Pampa con ráfagas de hasta 80 kilómetros por hora La magnitud de la cobertura geográfica explica la atención que generó la ciclogénesis. Este tipo de procesos puede describirse como el nacimiento o la intensificación de un ciclón extratropical. Se forma cuando masas de aire de diferente temperatura se encuentran y generan un sistema de baja presión que, al rotar, provoca vientos intensos y precipitaciones. Aunque el término suele asociarse a huracanes o tifones en regiones tropicales, en latitudes medias puede dar lugar a tormentas severas y temporales como el que afectó a la Argentina esta semana. En paralelo, las provincias del noroeste enfrentaron otro fenómeno meteorológico: el viento Zonda. En lugares como Salta, Jujuy y Catamarca, ráfagas cálidas y secas redujeron la visibilidad y elevaron el riesgo de incendios forestales. Esa combinación de situaciones mostró la complejidad del mapa climático en el país, donde distintos sistemas conviven y exigen atención simultánea. La perspectiva a corto plazo indicó un alivio parcial. Para el jueves se anticipa un día sin lluvias y con nubosidad variable, aunque con vientos todavía presentes pero menos intensos, en torno a los 50 kilómetros por hora. El viernes, en cambio, se esperaba el regreso de chaparrones, con ráfagas de hasta 50 km/h. El fin de semana, según el pronóstico, ofrecía una tregua: cielos despejados, temperaturas más bajas y vientos que no superarían los 30 km/h. Según el SMN el área bajo alerta será progresivamente afectada por vientos del sudoeste de entre 30 y 50 km por hora con ráfagas de hasta 80 Una advertencia sobre la vulnerabilidad urbana El episodio del AMBA dejó varias lecciones sobre la relación entre la ciudad y los fenómenos climáticos. Por un lado, puso en evidencia la capacidad de los sistemas de alerta temprana. El SMN informó de manera constante sobre la evolución del temporal, lo que permitió que la población contara con tiempo para tomar recaudos. Sin embargo, también se vio la fragilidad de la infraestructura urbana frente a lluvias que superaron ampliamente el promedio mensual. La intensa caída de agua expuso las dificultades de drenaje en varios barrios del conurbano bonaerense y la necesidad de fortalecer sistemas pluviales. Las imágenes de calles convertidas en ríos improvisados recordaron que la vulnerabilidad urbana no depende únicamente de la magnitud del fenómeno, sino también de la preparación de cada comunidad para enfrentarlo. La ciclogénesis se asocia a sistemas de baja presión que generan fuertes vientos, en este caso alcanzó gran parte del centro del territorio - Europa Press Desde el SMN insistieron en que el cambio climático podría intensificar este tipo de eventos. La mayor disponibilidad de humedad en la atmósfera, combinada con variaciones de temperatura más extremas, favorece la aparición de sistemas de baja presión con características similares a la ciclogénesis observada esta semana. Aunque no todos los temporales se explican por ese factor, la tendencia global refuerza la necesidad de estar preparados. Y remarcaron la importancia de seguir las recomendaciones oficiales durante alertas amarillas. Aunque no se trate del nivel más alto de peligro, implica riesgos para la población, sobre todo en espacios abiertos y en la circulación vehicular. Las ráfagas de viento pueden provocar la caída de ramas y carteles, mientras que la acumulación de agua genera complicaciones en barrios vulnerables. El diluvio acumuló en un solo día 70,3 milímetros de agua en el AMBA un volumen equivalente al promedio habitual de todo agosto (Imagen Ilustrativa Infobae) En este contexto, la coordinación entre organismos de emergencia, municipios y ciudadanía resulta clave. La experiencia reciente mostró que, a pesar de las mejoras tecnológicas en la previsión, la vida cotidiana puede verse alterada por fenómenos que superan las marcas históricas en pocas horas. La diferencia entre un evento de alto impacto y uno manejable suele residir en la preparación previa y en la capacidad de respuesta inmediata. El temporal que atravesó el AMBA y gran parte del centro del país será recordado por la intensidad de sus lluvias y por la fuerza de sus vientos. Fue, además, un recordatorio de que incluso en regiones acostumbradas a la variabilidad climática, los fenómenos atmosféricos siguen desafiando las previsiones. Al mismo tiempo, abrió un debate sobre la necesidad de mejorar la resiliencia de las ciudades frente a un escenario en el que la sorpresa meteorológica parece ser cada vez menos excepcional.

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