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  • La fascinante historia de los árboles y cómo su evolución modeló la vida humana

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/08/2025 04:38

    El libro del día: “The Genius of Trees” (El genio de los árboles) de Harriet Rix El aroma de la madera, esa fragancia que nos impulsa a acercar la nariz a las páginas de un libro, encierra una historia evolutiva mucho más profunda de lo que solemos imaginar. Harriet Rix, consultora británica en ciencias forestales, sostiene que la afinidad humana por el olor de la madera y la comodidad que sentimos al rodearnos de árboles no es casualidad, sino el resultado de una relación milenaria en la que los árboles han moldeado no solo el entorno, sino también la biología y la cultura de nuestra especie. En su obra más reciente, The Genius of Trees (El genio de los árboles), publicada por Vintage, Rix explora cómo estos organismos han ejercido una influencia decisiva sobre la vida en la Tierra, desde la formación del suelo hasta la configuración de nuestras propias huellas dactilares. La autora, según The Guardian, rechaza la tendencia a atribuir cualidades humanas a los árboles, como la capacidad de “hablar” o “amar”, una visión popularizada por investigaciones sobre las redes subterráneas de micelio que conectan a los árboles en los bosques. Aunque reconoce el valor de los estudios pioneros de Suzanne Simard sobre el intercambio de recursos entre árboles, Rix advierte que “poner un rostro mamífero y maternal a los gigantes del bosque es una traición a la complejidad de un organismo que puede tener miles de años”. Para ella, reducir la existencia de un pino longevo como Matusalén, con sus 5.000 años de historia, a relatos simplistas sobre el intercambio de azúcares resulta “asombrosamente trivial”. El shihuahuaco, árbol milenario en la selva peruana (Foto: EFE / ONG Arbio) La verdadera genialidad de los árboles, argumenta Rix, reside en las soluciones evolutivas que han desarrollado para enfrentar los desafíos de la vida en la Tierra. Este ingenio se manifiesta en la capacidad de los árboles para liberar terpenos, compuestos aromáticos que no solo perfuman el aire, sino que también contribuyen a la formación de nubes y la generación de lluvias, expandiendo así sus propios hábitats. Además, la dulzura de sus frutos ha sido clave para atraer animales, incluidos nuestros ancestros simios, incentivando la dispersión de semillas y, según la autora, incluso favoreciendo el desarrollo de cerebros más complejos. Rix sostiene que “nuestros dedos hábiles –y nuestras huellas dactilares– evolucionaron para sujetar sus ramas”, y que “nuestros sueños nacieron en los nidos fragantes y seguros que construimos en sus copas”. En un recorrido que abarca desde los bosques nubosos de La Gomera hasta los enebros de Baluchistán, Rix describe cómo los árboles han transformado el planeta. Según relata en The Guardian, estos organismos han convertido un mundo de roca estéril y tormentas en un entorno fértil y diverso. Han fragmentado la piedra para crear suelo, canalizado las aguas de inundación en ríos, oxigenado la atmósfera y reverdecido los desiertos. Elemento por elemento, los árboles han aprendido a dominar el agua, el aire, el fuego y la tierra, así como a influir en hongos, plantas, animales y seres humanos, siempre en función de su propia agenda evolutiva. El Ginkgo biloba tiene un valor sagrado en la cultura japonesa: volvió a brotar un año después de padecer la bomba de Hiroshima. Conocido también como "el árbol de los cuarenta escudos", puede llegar a vivir 1500 años La autora remonta el origen de esta influencia a un momento mucho anterior a la aparición de los primeros animales terrestres. Rix describe cómo, durante el Cámbrico, una afortunada alga verde logró sobrevivir a la radiación ultravioleta en tierra firme, lo que marcó un punto de inflexión evolutivo. “Que las plantas aprendieran a sobrevivir y utilizar la luz ultravioleta fue un rayo”, escribe, ya que permitió el surgimiento de una nueva química en un entorno completamente distinto: la tierra seca. A salvo de los depredadores marinos, estas células fotosintéticas iniciaron un camino que desembocaría en la complejidad de los árboles actuales. A lo largo de su obra, Rix evita las explicaciones simplistas y recurre a descripciones detalladas de hábitats contemporáneos para ilustrar la sofisticación bioquímica y evolutiva de los árboles. Su enfoque, según el medio, no se detiene en especulaciones sobre la conciencia o la inteligencia arbórea, sino que se centra en la capacidad de estos organismos para transformar el mundo y, en el proceso, modelar la vida humana en aspectos tan inesperados como la postura corporal o la formación de las huellas dactilares. Descubren en Pasco, Perú, una especie inédita de árbol andino en una reserva que sobrevivieron desde la era del Pleistoceno The Genius of Trees se presenta así como una invitación a reconsiderar la relación entre los seres humanos y los árboles, no desde la perspectiva de la empatía o la proyección emocional, sino desde el reconocimiento de una influencia profunda y estructural. Como concluye Rix, “genio es una palabra demasiado pequeña para todo esto”.

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