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  • Rescataron un cachorro de puma yaguarundí que apareció en una casa en la provincia de Santa Fe

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 18/08/2025 18:34

    La Guardia Rural Los Pumas intervino en Santa Fe tras la aparición de un puma yaguarundí en la puerta de una vivienda (Foto. Policía de Santa Fe) Dos situaciones distintas, ocurridas con pocos días de diferencia en Santa Fe y Salta, pusieron en evidencia el hallazgo de ejemplares jóvenes de felinos originarios de esta zona de América del Sur. Por un lado, un cachorro de puma yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi) volvió a aparecer en entornos urbanos. Por su parte, una cría de puma había sido adoptado como mascota por una familia. El primer episodio se registró en la ciudad de San Justo, provincia de Santa Fe. Según informó el medio La Capital, un vecino se comunicó con la Guardia Rural “Los Pumas” para advertir la presencia de un felino silvestre que, aparentemente desorientado, se encontraba en la puerta de su casa. Al llegar al lugar, personal de la Sección N° 16 constató que se trataba de un cachorro de puma yaguarundí, que estaba siendo contenido por un hombre mayor de edad. Con las medidas de seguridad correspondientes, los efectivos lograron capturarlo sin causarle lesiones y notificaron a especialistas en fauna silvestre. Posteriormente, el animal fue trasladado a la ex Granja La Esmeralda, ubicada en la ciudad de Santa Fe, donde será evaluado por personal técnico. Desde allí, indicaron que el ejemplar permanecerá en observación antes de ser reintegrado a su entorno natural. En el operativo intervinieron la Dirección General de Manejo Sustentable de Fauna y el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe. Las autoridades informaron que el ejemplar rescatado en Salta no podrá ser reinsertado en su hábitat natural (Crédito: El Tribuno) El segundo caso tuvo lugar en la provincia de Salta, donde un llamado anónimo alertó sobre la presencia de un joven que mantenía un animal silvestre en su vivienda. La División Policía Rural y Ambiental acudió al lugar señalado y, tras iniciar las averiguaciones, el propio involucrado, de 25 años, reconoció espontáneamente que tenía en su poder un cachorro de puma, tal como detalló Radio Salta y reprodujo El Tribuno. Durante el procedimiento, los uniformados encontraron no solo al animal, sino también un cuero que correspondería a la misma especie. El joven entregó al felino de manera voluntaria y sin oponer resistencia. Actualmente, el cachorro está siendo evaluado por un veterinario especializado. Sin embargo, los especialistas advirtieron que, debido a las condiciones en que se encontraba, no será posible devolverlo a su hábitat, por lo que se buscarán alternativas de alojamiento y cuidado a largo plazo. Ambos operativos, aunque distintos en sus circunstancias, expusieron una problemática común: la creciente presencia de fauna silvestre en ámbitos domésticos o urbanos, una situación que genera preocupación entre las autoridades ambientales y que exige respuestas coordinadas entre organismos provinciales y fuerzas de seguridad. El yaguarundí, un felino americano El yaguarundí es uno de los felinos más distribuidos de América Latina pero su población es reducida y su estado real sigue siendo un misterio (Mongabay) El yaguarundí o Herpailurus yagouaroundi pertenece al linaje de los felinos americanos, aunque a simple vista no resulta fácil de reconocer. No tiene manchas, ni rayas, ni un pelaje llamativo. Es alargado, de patas cortas, con orejas redondas y una cola desproporcionadamente larga. Su peso varía entre 3,5 y 9 kilos, y su coloración presenta dos variantes: una rojiza y otra gris oscura, que pueden aparecer en la misma camada. Su apariencia lo asemeja más a una nutria que a un gato. “Algunos dicen que se parece más a una nutria”, dijo Arturo Caso, presidente de Predator Conservation. Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como especie de “preocupación menor”, su estado real es incierto. Los registros de cámaras trampa, los estudios satelitales y las observaciones directas han resultado escasos y dispersos. Este carnívoro de cuerpo alargado y sin manchas vive en bosques densos y zonas rurales donde caza aves roedores peces e insectos durante el día (Mongabay) Anthony Giordano, fundador de la organización SPECIES, llevó a cabo una revisión profunda de informes científicos, avistamientos y estudios de campo en toda América. Su conclusión fue contundente: “Basándome en lo que sé y sospecho sobre el yaguarundi en su área de distribución, abogaría por una mayor conservación de varios hábitats neotropicales muy amenazados”. Comportamiento distintivo como felino Investigadores advierten que la pérdida de hábitat y la fragmentación ambiental podrían aislar poblaciones y poner en riesgo la supervivencia del yaguarundí (Foto: Andina) Su comportamiento ecológico también lo distingue. Mientras que la mayoría de los felinos son activos durante la noche, el yaguarundí prefiere moverse durante el día. Esta adaptación posiblemente le permitió evitar conflictos con depredadores más grandes como el jaguar, el ocelote o el puma, que dominan las horas nocturnas. Además, se desplaza sobre todo por el suelo, aunque también puede trepar y saltar con agilidad. Habita selvas tropicales, bosques de espinos, praderas, galerías ribereñas y zonas agrícolas con alta presencia de roedores. En algunas regiones, incluso fue observado capturando peces con sus patas delanteras. La expansión de la frontera agropecuaria y la urbanización masiva han fragmentado los paisajes donde solía prosperar. En particular, las tierras bajas tropicales, uno de sus hábitats predilectos, enfrentan una pérdida acelerada. En ese contexto, la aparición de ejemplares en áreas residenciales no solo genera sorpresa, sino preocupación. Se trata de una especie que evita el contacto con el ser humano, por lo que su irrupción en zonas urbanas puede interpretarse como un indicador de estrés ambiental. El yaguarundí es diurno sigiloso difícil de registrar con cámaras y fue subestimado durante décadas por no ser carismático ni víctima del tráfico ilegal (Crédito: x @CVCAmbiental) Sin embargo, su papel ecológico es clave. Actúa como regulador de poblaciones pequeñas, se adapta a diversos entornos y mantiene conexiones funcionales entre los fragmentos de hábitat donde sobrevive. En los Estados Unidos, donde estuvo presente históricamente, su situación es incierta. Desde 1976 está considerado en peligro, pero los avistamientos recientes son dudosos o escasos. En el Parque Nacional Big Bend, Texas, un estudio recopiló descripciones de testigos que mencionaron un animal similar a una nutria. Aunque no existen registros concluyentes, Giordano no descarta que subsista una población relicta, aunque remarcó que se requieren estudios de campo para confirmarlo. La historia del yaguarundí sintetiza varios de los desafíos actuales para la conservación de la biodiversidad en América. Se trata de una especie con baja visibilidad, sin atractivo comercial, con pocos estudios sistemáticos y una distribución amplia pero discontinua. Su actividad diurna es una adaptación que le permite evitar a carnívoros mayores como jaguares o pumas con los que comparte parte del territorio (Profepa) Los registros obtenidos por Harmsen y el mapa de distribución elaborado a partir de ellos representan un avance sustancial. No obstante, los investigadores insisten en que son apenas un punto de partida. El modelo ecológico podrá refinarse a medida que se incorporen más datos de cámaras, nuevas observaciones de campo y estudios genéticos. También es fundamental identificar corredores biológicos que permitan conectar las poblaciones aisladas, en especial en las zonas más afectadas por la deforestación y el desarrollo humano. A diferencia de otros grandes felinos, el yaguarundí no fue víctima del tráfico ilegal de pieles, lo que en cierta forma lo protegió de la caza directa. Sin embargo, eso no lo libró de amenazas. La destrucción de su hábitat, la contaminación de ríos, el uso de pesticidas en áreas rurales y la pérdida de presas naturales lo pusieron en riesgo. Su estrategia de permanecer fuera del foco no bastó para garantizar su futuro. Su biología, su relación con otros carnívoros y su capacidad de adaptación desafían las categorías habituales. El reto ahora es traducir ese misterio en acciones concretas. Protegerlo implica conservar no solo a un felino olvidado, sino a toda una red de ecosistemas fragmentados que sustentan a decenas de especies.

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