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Parana » ER 24
Fecha: 18/08/2025 17:05
Impunidad obscena: Diego Lara y García Garro, juntos en el Tribunal de Cuentas La escena, lejos de ser un gesto institucional, desnuda la lógica de autoprotección de un poder político que no conoce límites. García Garro aparece presentado como “asesor jurídico adjunto” del Tribunal de Cuentas, el organismo que supuestamente debería controlar los recursos públicos. El mismo apoderado del PJ, ahora en el rol de contralor. El zorro cuidando el gallinero La foto sintetiza una contradicción insalvable: el PJ coloca a su representante partidario en el organismo de control y lo legitima como asesor. El resultado es grotesco: el fiscalizador y el controlado sentados a la misma mesa, definiendo líneas de trabajo “conjuntas y coordinadas”. No es la primera vez que Lara convierte al Tribunal de Cuentas en un club de amigos al servicio del poder político. Su gestión ya arrastra críticas por frenar investigaciones sensibles y mirar para otro lado en los grandes negociados de la provincia. Ahora, con García Garro en escena, el blindaje se vuelve pornográfico. El rol de Stratta y el reparto de cargos Vale recordar que García Garro fue designado en el Senado por Stratta en un proceso lleno de irregularidades, y que su permanencia en el Jurado de Enjuiciamiento también lo coloca en el centro de una red de protección mutua: controla, acusa, defiende y al mismo tiempo se autoprotege. Un verdadero comodín político y jurídico. Un sistema cerrado El sistema de poder entrerriano no deja fisuras: los mismos nombres circulan en todos los espacios de decisión, ya sea en el Ejecutivo, la Legislatura, el Poder Judicial o los organismos de control. La fotografía de Lara y García Garro juntos no es un accidente: es la confirmación de un pacto. Un pacto que, lejos de garantizar transparencia, la pulveriza. Conclusión Lo que debería ser un límite institucional se ha transformado en una postal de la decadencia. El PJ oficializa a su apoderado como asesor del órgano que debe auditarlo, y lo exhibe con total desparpajo. El poder político entrerriano se muestra sin pudor, y lo hace con un gesto que sólo puede definirse de un modo: pornográfico.
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