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Concordia » Saltograndeextra
Fecha: 16/08/2025 10:24
La histórica cumbre entre Vladímir Putin y Donald Trump en Alaska marca un posible punto de inflexión en la crisis ucraniana. Tras casi tres horas de diálogo directo, ambos mandatarios anunciaron avances y la posibilidad de una próxima reunión en Moscú, mientras Europa adopta medidas de precaución ante la filtración de información sensible. En un histórico encuentro celebrado en la base militar Elmendorf-Richardson, en Alaska, los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladímir Putin y Donald Trump, coincidieron en la necesidad de retomar el diálogo bilateral tras más de cuatro años sin cumbres directas. La reunión, que duró casi tres horas, se desarrolló en un ambiente “constructivo y de respeto mutuo”, según ambos mandatarios. Putin señaló que durante este período las relaciones bilaterales “se hundieron a su nivel más bajo desde la Guerra Fría” y destacó la importancia de pasar de la confrontación al diálogo. Subrayó que la situación en Ucrania representa “amenazas fundamentales” para la seguridad nacional rusa, y expresó la disposición de Moscú a garantizar la seguridad de Ucrania como paso hacia una solución duradera. Trump afirmó que se lograron “algunos avances” y “grandes progresos”, aunque reconoció que persisten puntos clave sin acuerdo. Además, adelantó que informará a la OTAN y al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, sobre los resultados y planteó la posibilidad de una cumbre trilateral si se cumplen ciertas condiciones. El mandatario estadounidense también destacó que “ahora depende realmente del presidente Zelensky” alcanzar un acuerdo que respalde los avances surgidos en Alaska. Por su parte, Putin cerró la rueda de prensa con un mensaje simbólico: “Next time in Moscow” (“La próxima vez en Moscú”), al que Trump respondió considerando la propuesta como “interesante”. Europa se mantiene en alerta y cautela. Los 27 países miembros de la Unión Europea convocaron reuniones extraordinarias de embajadores en un “formato limitado” para evitar filtraciones. Líderes como Giorgia Meloni y Viktor Orbán calificaron la cumbre de un rayo de esperanza y señalaron que el mundo es “un lugar más seguro” tras el encuentro, aunque enfatizaron que no se prevén cambios en el envío de armas a Kiev ni en el apoyo a la integración de Ucrania a la UE y la OTAN. La cumbre de Alaska marca un punto simbólico y práctico en la política internacional: si bien todavía quedan diferencias importantes, abre la puerta a un diálogo más estrecho entre las dos potencias y sienta las bases para futuras negociaciones sobre la paz en Ucrania y la cooperación bilateral.
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