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Concepcion del Uruguay » 03442noticias
Fecha: 15/08/2025 23:08
Las personas que viven con obesidad, diabetes y/o enfermedades cardiovasculares tienen más riesgo de complicaciones, hospitalizaciones y muerte por gripe. Todas tienen indicación de vacunarse. Sin embargo, es una estrategia de prevención subutilizada en adultos, comprobó un estudio realizado en servicios de cardiología de nuestro país, que advierte sobre las oportunidades perdidas de vacunación. Aconsejan usar vacunas adyuvantadas en mayores de 50 años con comorbilidades. Las personas que viven con obesidad, diabetes y/o enfermedades cardiovasculares tienen mayor riesgo de complicaciones, hospitalización y muerte por gripe. La vacuna antigripal es una herramienta gratuita y efectiva para reducir ese riesgo, por lo que autoridades sanitarias y especialistas refuerzan el llamado a vacunarse a quienes todavía no lo hayan hecho en esta temporada. En lo que va de 2025, de acuerdo con el último Boletín Epidemiológico Nacional, se registraron 159 muertes con diagnóstico de influenza, el virus de la gripe. Una comunicación epidemiológica del Ministerio de Salud emitida a principios de junio destacaba que, de las 38 personas fallecidas hasta ese momento, casi todas (89,5%) contaban con información sobre comorbilidades o factores de riesgo. De ellas, el 91,2 % registraba al menos una comorbilidad o factor de riesgo para enfermedad grave, pero solo dos casos contaban con registro de vacunación antigripal en la temporada actual, aunque todos la tenían indicada. La vacunación antigripal, que desde 2011 se encuentra incorporada al Calendario Nacional, tiene como objetivo reducir las complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas de la infección por virus influenza en los grupos poblacionales de alto riesgo para el desarrollo de enfermedad complicada, entre los que se encuentran las personas con enfermedades cardíacas crónicas, obesidad y diabetes, entre otras. Gripe y enfermedades cardiovasculares Diversos estudios demostraron que la infección por influenza puede desencadenar infartos y ACV en personas con o sin enfermedad cardiovascular previa. «La relación entre influenza y enfermedad cardiovascular es bidireccional. Los pacientes que tienen enfermedades cardiovasculares están más predispuestos a padecer influenza y, al mismo tiempo, la influenza puede generar un empeoramiento de una cardiopatía preexistente o desarrollar una en personas que no la tienen», advirtió Sebastián García Zamora (MP 20.294), jefe del Departamento de Cardiología del Sanatorio Delta de Rosario, Santa Fe y director del Consenso de Inmunizaciones de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y la Federación Argentina de Cardiología (FAC) para pacientes con cardiopatías. La vacunación antigripal puede reducir el riesgo de infarto hasta 10 veces y el de ataque cerebrovascular (ACV) hasta 8 veces. «Por eso desde las sociedades científicas empezamos hace algunos años a trabajar en la concientización acerca de la importancia de inmunizar a nuestros pacientes para prevenir estas complicaciones», destacó García Zamora. No obstante, admitió que queda mucho trabajo por hacer para mejorar las coberturas: «A pesar de que existe evidencia del beneficio de la vacuna contra la influenza para la población en general y sobre todo para las personas que tienen cardiopatías, todavía las tasas de vacunación siguen siendo insuficientes». Así quedó demostrado en un estudio multicéntrico realizado en 30 servicios de cardiología del país, del que participa como investigador y cuyos resultados serán presentados en el Congreso Europeo de Cardiología, que se desarrollará entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre en Madrid. «De casi 3.000 personas que se hospitalizaron por distintas dolencias cardiovasculares, solo la mitad había sido vacunada contra influenza el último año, mientras que casi el 98 % había recibido al menos una dosis de vacuna contra COVID en los últimos años. Y de las personas que no se habían vacunado, el 75 % había realizado una consulta el año previo con un médico de forma programada en consultorio», adelantó durante su exposición en el Flu Forum 2025, el encuentro anual de actualización científica sobre influenza que lleva adelante CSL Seqirus. «Siempre que entremos en contacto con una persona que no ha sido vacunada contra influenza el último año, tenemos que prescribir la vacunación», enfatizó García Zamora. Y subrayó la necesidad de «minimizar las oportunidades perdidas de vacunación e indicarla durante todo el año, no solo en los períodos de mayor circulación viral», porque «hemos aprendido después de COVID que la circulación de influenza es errática y hay picos precoces y tardíos». Diabetes, obesidad y gripe En Argentina, seis de cada diez adultos viven con exceso de peso (la mitad con sobrepeso y la otra mitad con obesidad), mientras que el 12 % de la población tiene diabetes (la mayoría mellitus o tipo 2), según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2018). En muchos casos, esas enfermedades se presentan como comorbilidades (es decir, se dan juntas) y no solo predisponen al desarrollo de otras enfermedades crónicas, sino que también agravan el curso de infecciones respiratorias, a tal punto que las personas con diabetes tienen hasta seis veces más riesgo de complicaciones por influenza, por lo que todas deberían estar vacunadas, subrayó Carla Musso (MN 86.363), médica endocrinóloga, presidenta de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD). «Las personas con obesidad tienen mayor tasa de hospitalización, mayor necesidad de internación en unidades de terapia intensiva, menor respuesta a antivirales o antimicrobianos, una eliminación viral más lenta y menor respuesta a vacunas», dijo Musso, coordinadora del área de diabetes de la Fundación Favaloro, quien destacó que esa es una lección aprendida ya desde la pandemia de gripe H1N1, en la que se observó que más de uno de cada cuatro fallecidos en Argentina tenía obesidad. «La obesidad es la madre de muchas enfermedades, incluida la diabetes, con la que convive: una lleva a la otra. Y es probable que las personas con obesidad y diabetes tengan también enfermedad cardiovascular establecida, enfermedad renal, lo que incrementa aún más el riesgo», añadió. La vacuna antigripal contribuye a reducirlo en forma eficaz y segura. Las adyuvantadas generan una mayor respuesta inmune, lo que las convierte en una opción mejorada para adultos con factores de riesgo. La vacuna antigripal adyuvantada, que en Argentina está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación y se aplica en forma gratuita a mayores de 65 años, obtuvo la aprobación para ser utilizada desde este año en personas mayores de 50 años (para quienes está disponible en el ámbito privado). El adyuvante MF59®, incluido en la vacuna antigripal adyuvantada, es una sustancia natural que potencia la respuesta inmunitaria del organismo contra la influenza y juega un rol fundamental para obtener una respuesta inmune más fuerte, duradera y más amplia. «Genera una respuesta inmune 1,5 veces superior a las vacunas no adyuvantadas», afirmó el médico infectólogo Pablo Bonvehí (MN 62.648), jefe de Infectología del CEMIC y miembro del departamento científico de la Fundación Vacunar. Quiénes deben vacunarse Toda persona mayor de 6 meses puede recibir la vacuna antigripal, según criterio de su médico tratante. El Calendario Nacional de Vacunación la incluye de forma obligatoria y gratuita para los siguientes grupos: mayores de 65 años, personal de salud, embarazadas (en cualquier trimestre de la gestación, para proteger a la madre y al bebé durante sus primeros meses), puérperas hasta 10 días posteriores al parto (si no la recibieron durante el embarazo), niños de 6 a 24 meses (dos dosis solo para aquellos que la reciban por primera vez) y personas que acrediten factores de riesgo como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, enfermedad oncohematológica, trasplante y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis, entre otros. 2500 millones de adultos (18 años o más) tienen sobrepeso, de éstos 890 millones son obesos. 35 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso, y más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años tenían sobrepeso, de los cuales 160 millones eran obesos. Según estos datos de OMS de los años 2022 y 2024, la obesidad es una enfermedad no transmisible que representa una verdadera pandemia con impacto en la calidad de vida y altas tasas de mortalidad asociadas a diversas condiciones como la diabetes y enfermedad cardiovascular. Cuando se produce la convergencia entre obesidad e influenza, se genera un círculo de vulnerabilidad, que demanda intervenciones efectivas como la vacunación con vacunas mejoradas, por ejemplo, la vacuna antigripal que emplea el MF59 como adyuvante que amplifica y mejora la respuesta inmune.
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