16/08/2025 08:33
16/08/2025 08:33
16/08/2025 08:33
16/08/2025 08:33
16/08/2025 08:32
16/08/2025 08:32
16/08/2025 08:32
16/08/2025 08:32
16/08/2025 08:32
16/08/2025 08:31
Parana » AIM Digital
Fecha: 15/08/2025 20:28
En 2024, los centros de datos consumieron alrededor del 1,5 por ciento de la electricidad mundial (415 TWh). Pero a 2035, las proyecciones oscilan entre 700 TWh y 1.720 TWh. El avance acelerado de la inteligencia artificial (IA) está redefiniendo no solo industrias, hábitos y procesos productivos, sino también el mapa energético mundial. Con su expansión, crecen las exigencias sobre la capacidad de generación eléctrica y las redes de transmisión, y la estabilidad del suministro -preferentemente bajo en carbono- se convierte en un requisito clave. Un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), titulado Energía e Inteligencia Artificial, analiza este vínculo y las proyecciones de consumo para la próxima década. En la lógica de las máquinas, un bit (1 o 0) no es solo un dato: representa el paso o ausencia de paso de energía. Este principio está también en la base de modelos de machine learning, como el sistema de Hopfield -galardonado con el Nobel- que minimiza la energía de referencia durante el aprendizaje. Con la caída de los costos de cómputo y el acceso masivo a datos, la IA pasó de laboratorio a industria, impactando en producción, política, arte y en el sector energético. El peso energético de los centros de datos En 2024, los centros de datos consumieron alrededor del 1,5% de la electricidad mundial (415 TWh). Eeuu lideró con el 45 por ciento del total, seguido por China (25 por ciento) y Europa (15 por ciento). Entre 2015 y 2024, el consumo global en este segmento creció en promedio un 12 por ciento anual, cuatro veces más rápido que el consumo eléctrico general. En China el aumento fue del 15 por ciento anual y en Eeuu del 12 por ciento. En países en desarrollo, los centros de datos explican el 5 por ciento del crecimiento energético; en economías estables, el 20 por ciento. Aunque no son el sector de mayor crecimiento global, su conexión local puede tensionar redes y generación. La AIE plantea cuatro escenarios para 2030: Base: 945 TWh (más del doble del nivel actual). Despegue: más de 1.260 TWh. Alta eficiencia: 800 TWh. Viento en contra: 670 TWh. A 2035, la incertidumbre es tan alta que las proyecciones oscilan entre 700 TWh y 1.720 TWh. La adopción masiva de IA en procesos industriales podría ahorrar más de 8 EJ (222 TWh) hacia 2035, equivalente al consumo total actual de México. Este ahorro, junto con mejoras en servidores y refrigeración, compensaría parcialmente la demanda adicional que genera. Hoy, el suministro energético global de los centros de datos proviene del Carbón (30 por ciento), Renovables (27 por ciento), Gas (26 por ciento) y Nuclear (15 por ciento). Se espera una leve caída del carbón tras 2030, estabilidad en el gas y crecimiento de renovables y nuclear. El reto no es solo generar energía: conectarse a la red puede llevar entre 4 y 8 años en países desarrollados, con demoras crecientes en la entrega de transformadores y cables. En 2024, empresas como Oracle, Amazon y Google anunciaron proyectos con reactores modulares pequeños (SMR) o centrales nucleares medianas y grandes para alimentar centros de datos. Oracle prevé usar tres SMR para un centro de 1 GW; Amazon, cuatro unidades avanzadas de 320 MW ampliables a 960 MW en Washington; y Google, un parque de 500 MW para 2035. Microsoft, por su parte, firmó un contrato de 20 años para reactivar un reactor en la central de Three Mile Island, y Amazon Web Services acordó con Talen Energy el suministro de 960 MW desde la central nuclear de Susquehanna. En total, los planes en marcha contemplan hasta 25 GW de capacidad nuclear para alimentar centros de datos, casi todos en Eeuu y en distintas fases de desarrollo. Muchas empresas declaran abastecerse con renovables, aunque en la práctica combinan con gas y carbón. Google y Microsoft avanzan en contratos directos con fuentes de baja huella de carbono, como hidroeléctricas, nucleares, geotérmicas y gas con captura de CO. En Rusia, por ejemplo, la integración entre centrales nucleares y centros de datos está probada: el centro Kalininskiy funciona desde 2019 junto a la planta nuclear de Kalininskaya. La empresa rusa Rosatom ha desarrollado una red geodistribuida de centros de datos y ofrece soluciones energéticas para proyectos de IA en diferentes escalas, tanto en el país como en el extranjero. Una presión creciente sobre la infraestructura eléctrica La velocidad a la que se expanden las aplicaciones de IA obliga a repensar la planificación energética. A diferencia de otros consumos industriales, la demanda de los centros de datos no solo crece rápido, sino que requiere una disponibilidad continua de energía de alta calidad. Esto significa que cualquier interrupción, incluso de segundos, puede generar pérdidas millonarias y afectar servicios críticos. En países con sistemas eléctricos ajustados, la llegada de grandes instalaciones de IA puede exigir inversiones urgentes en líneas de alta tensión, subestaciones y sistemas de respaldo. En Eeuu, algunos estados ya enfrentan retrasos de hasta 10 años para conectar nuevos centros de datos por falta de capacidad en la red. La competencia por energía baja en carbono es cada vez más intensa. Los compromisos de descarbonización de los gobiernos chocan con la urgencia de proveer energía segura para la economía digital. Esto abre un debate político: ¿deben las grandes tecnológicas financiar sus propias fuentes de generación? ¿O debe priorizarse el acceso de la población y la industria tradicional a la energía limpia? Las respuestas definirán la próxima fase de expansión de la inteligencia artificial.
Ver noticia original