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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/08/2025 18:43
Aprender música después de los 40 años ayuda a preservar la salud cerebral y ralentiza el envejecimiento (Imagen Ilustrativa Infobae) A partir de los 40 años, el cerebro humano experimenta una pérdida significativa de volumen. Sin embargo, investigaciones recientes citadas por National Geographic muestran que el aprendizaje de un instrumento musical en la adultez puede revertir o ralentizar este proceso. Expertos en neurociencia y psicología cognitiva coinciden en que desafiar la mente con nuevas habilidades musicales contribuye a preservar la función cerebral y a contrarrestar el deterioro cognitivo habitual del envejecimiento. Según datos recogidos por National Geographic, el cerebro pierde cerca de un 5% de su volumen por década tras los 40, y esta atrofia se acelera a partir de los 67 años. Esta reducción compromete áreas esenciales como la corteza prefrontal —clave en la resolución de problemas y la adaptabilidad— y el hipocampo, relacionado con la memoria y la orientación espacial. La pérdida neuronal, la reducción de sinapsis y la menor producción de neurotransmisores como dopamina, serotonina y acetilcolina explican la disminución de agudeza mental. La afectación de la materia gris y la blanca puede manifestarse en síntomas distintos, condicionados por la genética y el estilo de vida de cada persona. Neuroplasticidad y reserva cognitiva en el envejecimiento cerebral Tocar un instrumento musical en la adultez mejora la función ejecutiva y la memoria de trabajo (Imagen Ilustrativa Infobae) Daniel Gustavson, psicólogo cognitivo de la Universidad de Colorado Boulder, señala que la atrofia cerebral progresa a ritmos diferentes en cada individuo. Al tiempo que Maya Shankar, científica cognitiva, explica que olvidos como no recordar detalles de conversaciones o perder objetos revelan cambios reales en la conectividad neuronal, mientas que la neuróloga Golnaz Yadollahikhales, del Cedars-Sinai Medical Center, advierte que una pérdida de memoria leve es habitual, pero una merma notable podría indicar deterioro cognitivo o demencia. Frente a este escenario planteado por los expertos, la neuroplasticidad se convierte en el principal mecanismo defensivo. Este concepto, ampliamente expuesto por National Geographic, describe la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones toda la vida. “Cuando aprendemos algo nuevo, literalmente estamos creando nuevas neuronas y rutas”, explica Shankar. En ese tono, la experta comparó este proceso con buscar rutas alternativas si el camino habitual se encuentra bloqueado. Esta capacidad da sustento a la llamada reserva cognitiva, que según Yadollahikhales, actúa como un andamiaje mental y permite sostener la funcionalidad cerebral pese a fallos regionales. El piano, la guitarra y la batería destacan como instrumentos recomendados para adultos mayores (Imagen Ilustrativa Infobae) Para fortalecer la reserva cognitiva, los expertos insisten en practicar actividades que exijan esfuerzo mental considerable. En este panorama, aprender un instrumento musical se destaca por implicar múltiples regiones cerebrales y mejorar la comunicación entre ambos hemisferios. “Aprender un nuevo instrumento es probablemente la mejor inversión para el cerebro”, sostiene Shankar y destaca el fortalecimiento de la función ejecutiva y la memoria de trabajo. Beneficios de aprender un instrumento musical después de los 40 La experiencia del actor australiano Chris Hemsworth, relatada en la serie “Limitless: Live Better Now” de National Geographic, ejemplifica este enfoque. Con 41 años, se inició en la batería para actuar en público y también para cuidar su salud cerebral, ya que reveló que cuenta con una predisposición genética a la enfermedad de Alzheimer, debido a la presencia de dos copias del gen APOE4, que eleva el riesgo de desarrollar la patología. Estudios científicos demuestran que clases de música aumentan el volumen cerebral y la conectividad neuronal (Imagen Ilustrativa Infobae) Este caso demuestra que adquirir habilidades musicales en la madurez puede ofrecer una herramienta poderosa para combatir el envejecimiento cerebral y, además, brindar un aspecto esencial ante una patología que impacta en la salud neuronal. La evidencia científica respalda estos efectos. Un estudio publicado en 2022 en Frontiers in Aging Neuroscience mostró que personas mayores que asistieron a clases de piano durante seis meses mejoraron la conectividad estructural en áreas asociadas a la memoria y el lenguaje. Otras investigaciones señaladas por National Geographic indican que aprender a tocar un instrumento en la vejez puede aumentar el volumen cerebral y optimizar la memoria verbal y la función ejecutiva. En un experimento, personas sin experiencia musical previa advirtieron mejoras marcadas en la memoria tras solo tres meses de práctica con el teclado armónica. Cómo elegir el instrumento y mantener la motivación La reserva cognitiva protege la funcionalidad cerebral frente al deterioro asociado a la edad (Imagen Ilustrativa Infobae) Quienes desean iniciarse en la música deben optar por un instrumento estimulante y desafiante, aunque accesible. Yadollahikhales recomienda encontrar el equilibrio que motive y evite la frustración. El piano, la guitarra y la batería destacan por requerir coordinación bilateral, pero Gustavson subraya que cualquier instrumento puede aportar beneficios, siempre que demande un esfuerzo sostenido. “El mejor instrumento es aquel con el que te comprometes”, aseguró el psicólogo. La motivación y la constancia son determinantes. Shankar recomienda valorar si se disfrutará la práctica constante y si el sonido del instrumento inspira, ya que el compromiso emocional favorece el desarrollo de nuevas conexiones neuronales. Para quienes buscan alternativas a las clases presenciales, existen aplicaciones, tutoriales en línea y grupos para adultos, donde el componente social agrega ventajas como la mejora del ánimo y la responsabilidad compartida, según Gustavson. Por su parte, Michael Snyder, profesor de genética en la Universidad de Stanford, destaca que nunca es tarde para empezar. Considera que el esfuerzo de aprender, más que la perfección, impulsa el crecimiento cerebral en cualquier etapa. La investigación sobre la neuroplasticidad presentada por National Geographic deja un mensaje alentador: la capacidad de transformar el cerebro permanece activa a lo largo de la vida, permitiendo influir en su evolución y enriquecer tanto el presente como el futuro.
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