15/08/2025 14:42
15/08/2025 14:42
15/08/2025 14:41
15/08/2025 14:41
15/08/2025 14:41
15/08/2025 14:40
15/08/2025 14:40
15/08/2025 14:39
15/08/2025 14:37
15/08/2025 14:37
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/08/2025 13:02
Una reunión entre el presidente Donald Trump y el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, informada por la prensa de ese país desató especulaciones sobre la entrada del Estado en el capital accionario de la empresa líder en semiconductores El gobierno de Donald Trump evalúa la posibilidad de que el Estado estadounidense adquiera una porción del capital de Intel, de acuerdo a información obtenida por una agencia internacional a partir de fuentes con conocimiento directo de las discusiones. Según esas fuentes, las conversaciones buscan reforzar la posición financiera de la empresa y apuntalar la construcción del gran complejo fabril que la compañía proyecta en Ohio, iniciativa que atraviesa múltiples retrasos. Este potencial acuerdo se apoya en testimonios de contactos reservados. Las personas consultadas solicitaron mantener el anonimato por tratarse de negociaciones privadas y aclararon que los términos siguen abiertos. En este contexto, ni el gobierno ni la dirección de la empresa confirmaron oficialmente la existencia de la negociación ni aportaron detalles sobre el alcance de una eventual participación estatal en la compañía. La Casa Blanca respondió con cautela a las versiones surgidas sobre el tema: “Las discusiones sobre acuerdos hipotéticos deben considerarse especulación a menos que sean anunciadas oficialmente por la administración”, sostuvo el portavoz Kush Desai. Por su parte, un representante de Intel apuntó que la empresa “está profundamente comprometida con apoyar los esfuerzos del presidente Trump para fortalecer el liderazgo estadounidense en tecnología y manufactura”, pero evitó referirse explícitamente al posible ingreso del Estado al accionariado. El interés oficial por intervenir en Intel surge tras una reunión que el presidente Donald Trump sostuvo esta semana en Washington con el director ejecutivo de la compañía, Lip-Bu Tan. El encuentro formó parte de un contexto de tensiones, ya que días antes el presidente había pedido públicamente la salida de Tan, a quien acusó de conflictos de interés relacionados con lazos previos en China. Estas declaraciones incrementaron la presión sobre la estructura de toma de decisiones de la empresa. Lip-Bu Tan, director ejecutivo de Intel (Reuters) El escenario financiero de la compañía jugó un papel central en el resurgimiento de estas discusiones. Intel experimentó dificultades en varios frentes: su posición en el mercado de semiconductores retrocedió frente a competidores asiáticos y americanos, su capacidad de innovación tecnológica se debilitó y la pérdida de dinamismo afectó sus ingresos. La empresa inició una política de reducción de gastos y recorte de empleo. Simultáneamente, la ejecución de grandes proyectos de expansión, como la creación de un polo de fabricación en Ohio, quedó postergada hasta la próxima década. La dirección de la compañía, bajo el mando de Lip-Bu Tan desde marzo, puso como prioridad la estabilidad de las cuentas antes de embarcarse en nuevas iniciativas de inversión. En materia bursátil, la noticia sobre el interés estatal impactó de manera significativa en el mercado. Durante la rueda del jueves, las acciones de Intel escalaron hasta un 8,9%, y cerraron con una suba del 7,4% en 23,86 dólares, lo que llevó el valor de mercado de la compañía a unos 104.400 millones de dólares. Luego del cierre de la jornada regular, la valorización avanzó otro 4%. La propuesta de intervención estatal no representa un hecho aislado dentro de la estrategia reciente del gobierno. En los meses previos, la administración promovió esquemas similares en sectores que considera críticos para la seguridad y la economía. Uno de los antecedentes citados por fuentes cercanas a la negociación fue la entrada del Pentágono como accionista mayoritario en MP Materials Corp., compañía ligada a la cadena de suministros de minerales estratégicos para la industria tecnológica. Además, el gobierno concretó una participación preferente en United States Steel Corp. en el marco de su venta a capitales japoneses. El valor de la acción de Intel subió de forma notable en la bolsa de Nueva York tras la difusión de la posible intervención estatal (Reuters) Según especialistas del Center for a New American Security, esta tendencia se inscribe en una política de mayor involucramiento activo del Estado en el desarrollo industrial de sectores esenciales ante la competencia global, especialmente por el avance de China en áreas tecnológicas clave. Las autoridades de la administración consideran que el respaldo estatal directo, ya sea a través de inversiones de capital, préstamos, compras garantizadas o esquemas mixtos de colaboración, brinda confianza a los inversores y protege los fondos públicos en escenarios de alta volatilidad. La región de Ohio, donde Intel busca instalar el polo fabril más grande del mundo en su rubro, constituye también un enclave de peso en la agenda política estadounidense. Donald Trump obtuvo victorias electorales consecutivas en ese estado y su partido recuperó en 2024 una banca en el Senado local, por lo que la decisión que tome la administración en torno a la presencia estatal en la compañía podría tener consecuencias en varias dimensiones. De momento, las negociaciones entre el gobierno y la empresa siguen en curso y no existe confirmación oficial sobre un acuerdo. Las fuentes consultadas indicaron que los términos siguen sujetos a revisión y que cualquier anuncio dependerá de la evolución de las discusiones y del entorno político y económico. El hermetismo caracteriza el trato de las partes, tanto desde el gobierno como desde Intel, lo que refuerza la expectativa en torno a la definición del futuro de la compañía y el posible nuevo rol del Estado en el sector de los semiconductores.
Ver noticia original