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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/08/2025 10:43
En Argentina, cerca de 40 mil fallecimientos anuales se deben a episodios cardíacos inesperados (Imagen Ilustrativa Infobae) La muerte súbita genera consecuencias profundas en la salud pública de Argentina y el mundo. Cada año, se registran alrededor de 40 mil casos en territorio argentino, una cifra que las autoridades sanitarias consideran de alto impacto. Esta alteración, definida por el doctor Alan Sigal, coordinador de guardia del ICBA Instituto Cardiovascular, consiste en un “fallecimiento abrupto e inesperado que ocurre en una persona aparentemente sana, y casi siempre relacionado con una arritmia grave del corazón (como fibrilación ventricular), en general en el contexto de una enfermedad de las arterias coronarias”. La incidencia muestra crecimiento sostenido a partir de los 45 años y suele asociarse a eventos de arritmias graves y cuadros ligados a enfermedades coronarias. A nivel mundial, las estimaciones indican que una de cada mil personas muere por esta causa, una tasa que se mantuvo estable durante mucho tiempo, aunque evidencia una leve tendencia descendente en los últimos años. Los especialistas atribuyen esta evolución a “una mayor capacidad diagnóstica y terapéutica que favorece la principal herramienta para hacerle frente: la prevención”. Factores de riesgo y hábitos vinculados al desarrollo de muerte súbita Distintos factores de riesgo cardiovascular y hábitos cotidianos poco saludables inciden sobre la aparición de la muerte súbita. El tabaco, el sedentarismo, la alimentación desequilibrada y el consumo excesivo de alcohol destacan entre los principales disparadores. Los especialistas advierten sobre la influencia del sedentarismo y el tabaquismo en la salud cardiovascular - (Imagen Ilustrativa Infobae) “Los factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad, el colesterol elevado, y los antecedentes familiares aumentan el riesgo de padecer una muerte súbita”, detalla el doctor Sigal. El especialista señala que en la mayoría de los casos, estas condiciones operan sobre sujetos aparentemente sanos pero que, en realidad, arrastran trastornos subyacentes que pueden desencadenar un episodio letal. En cuanto a la edad, existen dos picos de incidencia: el primero ocurre durante la infancia y suele estar vinculado a patologías congénitas. El segundo se registra a partir de los 45 años entre los hombres, mientras que en las mujeres esta frecuencia se vuelve mayor una década más tarde. En la adultez, la enfermedad coronaria se posiciona como el principal factor implicado. Estrategias de prevención y pautas para reducir el riesgo El panorama, sin embargo, encuentra lugar para la prevención. “Estos factores de riesgo se pueden contrarrestar de un modo sencillo, adoptando una serie de pautas de vida saludable”, recomienda el doctor Sigal, quien suma datos optimistas: “se estima que 8 de cada 10 eventos cardíacos podrían ser prevenidos”. La muerte súbita causa más de 40 mil fallecimientos anuales en Argentina, principalmente por arritmias y enfermedades coronarias (Imagen Ilustrativa Infobae) Las medidas sugeridas se basan en la alimentación equilibrada, la práctica de al menos 150 minutos semanales de actividad física, la reducción del estrés y el respeto por el descanso nocturno. A estas recomendaciones se suman la abstinencia tabáquica y la mínima exposición al alcohol. La conmemoración de la “Semana de la Lucha contra la Muerte Súbita”, que transcurre del 21 al 27 de agosto, busca instalar la importancia de la prevención y la difusión de información sobre estos episodios, además de generar conciencia sobre el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Importancia de los controles médicos y chequeos periódicos El control médico regular permite anticipar muchos casos de muerte súbita. En palabras del doctor Sigal: “Los chequeos cardiológicos periódicos nos permiten encontrar cuadros clínicos muchas veces asintomáticos, pero que pueden elevar el riesgo de padecer una muerte súbita o un cuadro cardíaco grave”. El profesional insiste en que la casi totalidad de los casos podrían evitarse mediante un “adecuado control y prevención habitual”. El primer paso consiste en identificar y cuantificar los factores de riesgo cardiovascular, entre los que aparecen la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la diabetes y la obesidad. El doctor Martín Fasan, integrante del staff de Cardiología del ICBA Instituto Cardiovascular, indica que estos controles “incluyen desde una consulta clínica hasta estudios complementarios como una rutina de laboratorio, electrocardiograma, ecografía cardíaca y pruebas de esfuerzo, entre otros”. Factores de riesgo como tabaquismo, sedentarismo y antecedentes familiares aumentan la probabilidad de muerte súbita (Imagen Ilustrativa Infobae) La orientación de los estudios responde a criterios de edad y antecedentes médicos de cada paciente. Los especialistas recomiendan estudios específicos a quienes presentan cardiopatías, con antecedente familiar de ACV o infarto a edades tempranas, y a los deportistas de alto rendimiento, que requieren evaluaciones más exhaustivas. Rol del RCP y desfibriladores en la supervivencia ante muerte súbita El acceso temprano a reanimación cardiopulmonar (RCP) y desfibriladores automáticos resulta vital frente a un caso de muerte súbita. Estas intervenciones no quedan restringidas a equipos médicos: “cualquier persona puede aprender a hacer RCP, sin necesidad de tener ningún tipo de conocimiento previo”, recalcan desde el ICBA Instituto Cardiovascular. Los datos explican la urgencia: el 70% de los paros cardiorrespiratorios suceden en la vía pública. El doctor Fasan describe los pasos iniciales: “Cuando sucede un evento que compromete la vida de una persona, nuestro rol es clave tengamos o no conocimientos médicos. Debemos actuar rápido. En primer lugar, hay que identificar la situación: ¿está consciente? ¿respira? Si detectamos que la persona está en paro, debemos activar el sistema de emergencias (911), realizar reanimación cardiopulmonar y conseguir en la medida de lo posible un desfibrilador”. La reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibriladores automáticos son claves para la supervivencia ante muerte súbita (Imagen Ilustrativa Infobae) Según explica, la intervención dentro de los primeros minutos incrementa sustancialmente la sobrevida: “cuando la reanimación cardiopulmonar es realizada de manera temprana y efectiva la probabilidad de sobrevida luego de un paro cardíaco puede llegar a ser de hasta un 50 a 70%”. En Argentina, la Ley de Muerte Súbita promulgada en 2022 exige la presencia de al menos un desfibrilador automático externo (DEA) en “lugares públicos y privados de acceso público en los que haya una concentración o circulación diaria de más de mil personas”. Según la normativa, los espacios cardioasistidos deben asegurar la adecuada señalización y ubicación de los DEA, la capacitación del personal y un sistema efectivo de emergencias médicas. De esta manera, la ley intenta fortalecer la cadena de supervivencia y fomentar la capacitación en RCP desde ámbitos tan variados como instituciones públicas, lugares de trabajo, centros deportivos y comerciales. También, busca expandir estos conocimientos a toda la población: “Además del personal de salud, quienes nos formamos y entrenamos anualmente en estas técnicas para realizar la mejor reanimación posible, esta información debe alcanzar a toda la población”, concluye Fasan.
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