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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 15/08/2025 01:08
Luego de la operación llevada adelante una semana atrás, las niñas de apenas tres meses de vida permanecen alojadas en ese centro de salud, pero evolucionan de manera favorable. Jueves, 14 de Agosto de 2025, 16:26 Redacción EL ARGENTINO Ocho horas fue el tiempo que le llevó a un equipo médico interdisciplinario del Hospital Garrahan preparar y separar a dos bebas siamesas oriundas de la ciudad santafesina de Rosario que estaban unidas por el esternón y que compartían el hígado. “Están estables, en terapia intensiva. Fue una cirugía amplia y compleja, pero evolucionan bien”, contaron dos de los especialistas que participaron de una intervención poco frecuente. Luego de la operación llevada adelante una semana atrás, las niñas de apenas tres meses de vida permanecen alojadas en ese centro de salud, pero ya no necesitan ser asistidas con respirador mecánico, informó, en diálogo con radio La Red, Nicolas Morcillo, neonatólogo de terapia intensiva. La intervención a la que fueron sometidas las bebas no es algo común en el Garrahan. Suele haber entre uno o dos casos por año. No más. Fueron ocho horas en las que las bebas estuvieron dentro del quirófano: dos para prepararlas para que se durmieran, se las entubara y se les colocara una vía central y el tiempo restante fue para, finalmente, separarlas. Mariano Boglione, el jefe del área de cirugía del centro de salud porteño, explicó que existe “una gran variedad de gemelos unidos, como se llama médicamente a los siameses, donde algunos pueden compartir torso, otros la cabeza”. En este caso en particular, las niñas solo estaban unidas por el abdomen y compartían el hígado, no tenían otra malformación. Sin embargo, indicó Boglione, cada una de ellas tenía sus respectivas arterias y venas y la vía biliar propia, “por eso es que las pudimos separar, ya que cada una contaba con su vehículo hepático”. Ahora, tras la intervención exitosa, cada una de las bebes vive con un hígado funcionando correctamente. “Les quedó una marca en la línea media del abdomen. Se cerró la pared abdominal con un cirujano plástico especialista en reconstructiva, pero se es una incisión bastante cosmética”, contó el cirujano ante la pregunta de los periodistas sobre el postoperatorio. “Las chicas van a poder tener una vida totalmente normal”, resaltó, aliviado, Boglione. Por el momento, las niñas van a continuar internadas en el Garrahan hasta que puedan valerse por sus propios medios, como alimentarse. Los padres primerizos de las niñas habían recibido el informe de que sus niñas, que crecían en el útero de la mamá, eran siamesas. “Luego, la familia llegó a nosotros a través de una nuestro programa de diagnóstico fetal, que busca captar este tipo de patologías en las embarazadas par poder brindar una atención inmediata en los casos que lo requieran”, explicó el neonatólogo Morcillo. Tras iniciado el seguimiento, los médicos indicaron que en la semana 33 del embarazo había que hacer la cesárea, procedimiento que se llevó a cabo en el Hospital Argerich, en el barrio de La Boca. Una vez que nacieron las niñas, fueron derivadas al Garrahan, donde estuvieron tres meses hasta que se tomó la decisión de intervenirlas quirúrgicamente para separarlas. Vale aclarar que, previo a la operación, el equipo realizó una simulación para garantizar la precisión del procedimiento que permitió separar los órganos y asegurar que cada bebé conserve su hígado en correcto funcionamiento. “Este tipo de intervenciones son las que estamos haciendo hace tiempo en el hospital. Este es el lugar que ocupa el Garrahan, donde nos dedicamos con mucho amor y orgullo”, cerró Morcillo, en medio de la disputa con el Gobierno por las pasantías y sueldos de los profesionales. (Fuente: La Nación)
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