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  • La contaminación por plásticos preocupa a expertos en todo el mundo: la situación de Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 14/08/2025 22:31

    Ginebra acoge las negociaciones finales para un Tratado Global sobre Plásticos con la participación de 179 países (Imagen ilustrativa Infobae) La ciudad de Ginebra, en Suiza, se transformó en los últimos días en el centro de las negociaciones finales para un Tratado Global sobre Plásticos, un acuerdo internacional que busca establecer reglas jurídicas vinculantes para frenar la contaminación plástica a escala planetaria. Entre el 5 y el 14 de agosto de 2025, delegaciones de 179 países, junto a representantes de la sociedad civil, la ciencia y la industria, se reunieron en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de alcanzar un consenso que aborde la crisis de los plásticos en toda su magnitud. La urgencia de este proceso fue destacada por múltiples organizaciones en todo el planeta, que coinciden en señalar la gravedad de la situación. “El mundo quiere y, de hecho, necesita un tratado sobre el plástico porque la crisis se está saliendo de control, y la gente está francamente indignada”, afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Según estimaciones de la autoridad ambiental, la producción y los residuos plásticos podrían triplicarse para 2060 si no se adoptan medidas inmediatas y coordinadas. Crisis global de contaminación plástica y su impacto en la salud humana La producción de plásticos podría triplicarse para 2060 si no se toman medidas urgentes, advierte la ONU (Imagen Ilustrativa Infobae) El desafío que enfrentan los negociadores en Ginebra es considerable. Cada año, el mundo produce más de 462 millones de toneladas de plástico, según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), de las cuales menos del 10% se recicla; el resto termina en vertederos, océanos o es incinerado. En Argentina, recientemente, desde el CONICET precisaron en un artículo: “El consumo anual de plásticos alcanza aproximadamente 1.900.000 toneladas, lo que representa 40 kilos por habitante al año, un número inferior al de países desarrollados como Estados Unidos o Reino Unido. Sin embargo, solo se recicla el 15 por ciento”. Una investigación publicada en The Lancet advierte que los plásticos representan un peligro grave, creciente y poco reconocido para la salud humana y planetaria, y son responsables de pérdidas económicas relacionadas con la salud que superan los USD 1,5 billones anuales. Los impactos de esta crisis afectan de manera desproporcionada a los países de ingresos bajos y a las comunidades más vulnerables, como reporta la Fundación Vida Silvestre. El ciclo de vida del plástico, desde la extracción de combustibles fósiles hasta su eliminación, está en el centro del debate. Alrededor del 99% del plástico se produce a partir de petróleo y gas, lo que vincula directamente esta industria con la crisis climática. Greenpeace destaca que la industria del plástico emite más gases de efecto invernadero que la aviación y la navegación combinadas, y que, de continuar la tendencia actual, la producción podría triplicarse para 2060. Esta expansión no solo amenaza la biodiversidad y la salud humana, sino que también agrava el calentamiento global. En Argentina, cada persona produce alrededor de 55 kilos de plástico por año (Imagen Ilustrativa Infobae) Los efectos sobre la salud han sido documentados por la comunidad científica. El estudio de The Lancet hace hincapié en que “los plásticos ponen en peligro la salud humana y del planeta en todas las etapas de su ciclo de vida: en la extracción de materias primas, la producción primaria, la fabricación de productos, el transporte, el uso, el reciclaje y su posterior eliminación en el medio ambiente”. Mencionan “enfermedades, discapacidades y muertes” como las principales consecuencias. Los expertos señalan que se detectaron microplásticos y sustancias tóxicas en sangre, placenta, órganos y tejidos humanos, así como en alimentos, agua y aire. Los riesgos incluyen cáncer, trastornos endocrinos, enfermedades cardiovasculares y daños neurológicos, con especial vulnerabilidad en bebés y niños pequeños. Además, la exposición a estos compuestos genera costos económicos y sociales que recaen sobre los sistemas de salud y las economías nacionales. Demandas y puntos clave de la negociación La presión de la sociedad civil y de las organizaciones ambientales ha sido determinante en el impulso de estas negociaciones. “Necesitamos un tratado fuerte y eso significa la inclusión de un objetivo de reducción de la producción de plásticos en un 75% a 2040. Los países más biodiversos y vulnerables a la crisis climática deberán seguir liderando con la ambición y la urgencia que exige esta crisis ecológica y de derechos humanos”, reclamó Laura Caicedo, coordinadora de campañas de Greenpeace Colombia, en declaraciones recogidas por la organización. Menos del 10% de los 462 millones de toneladas de plástico producidas anualmente se recicla, el resto es desechado y gran parte termina en los océanos (Imagen Ilustrativa Infobae) En el centro de las negociaciones se encuentran varios puntos de debate clave. Por un lado, la necesidad de establecer límites estrictos a la producción de plásticos, especialmente los de un solo uso, que representan más del 90% de la contaminación global. Por otro, la urgencia de eliminar los químicos tóxicos presentes en los productos plásticos y de promover modelos de economía circular que reduzcan la dependencia de los combustibles fósiles. El proceso negociador, iniciado en 2022 tras la resolución 5/14 de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha sido comparado en importancia con el Acuerdo de París sobre cambio climático. Desde entonces, se celebraron cinco rondas de negociaciones en diferentes continentes, con la participación de gobiernos, científicos y organizaciones de la sociedad civil. La contaminación plástica representa un grave riesgo para la salud humana y planetaria (Imagen Ilustrativa Infobae) WWF destaca que, más allá de las posibles acciones llevadas a cabo por gobiernos o la sociedad civil, la contaminación plástica creció un 50% en los últimos cinco años, lo que evidencia la necesidad de un marco global vinculante. Las expectativas sobre el resultado de las negociaciones en Ginebra son altas, pero también existen obstáculos significativos. La comunidad científica advierte que la inacción tendría consecuencias devastadoras. “No reciclaremos para resolver la crisis de la contaminación por plásticos: necesitamos una transformación sistémica para lograr la transición a una economía circular”, reiteró Andersen. Las negociaciones incluyen demandas de reducción del 75% en la producción de plásticos para 2040 y la prohibición de productos más dañinos (Imagen Ilustrativa Infobae) En este contexto, The Lancet lanzó el “Countdown on health and plastics”, un sistema global de monitoreo basado en indicadores que permitirá seguir el progreso en la reducción de la exposición a plásticos y en la mitigación de sus daños a la salud y al ambiente, a medida que el tratado entre en vigor. El objetivo es proporcionar datos sólidos y representativos que informen la toma de decisiones a todos los niveles y que sitúen la salud en el centro de la conversación sobre plásticos. El momento de actuar es decisivo, según las organizaciones, ya que establecen que el mundo no puede permitirse más dilaciones ni compromisos insuficientes frente a una amenaza que trasciende fronteras y generaciones.

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