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  • «Tenemos que dejar de esperar todo del Estado y aprender a ganarnos el pan»

    » Primerochaco

    Fecha: 14/08/2025 11:29

    Ramón Fernández, metalúrgico chaueño, habló sobre la realidad del sector, cuestionó la dependencia de los planes sociales y defendió la cultura del trabajo. El empresario del rubro metalmecánico Ramón Fernández habló sobre la realidad de su sector, cuestionó la dependencia de los planes sociales y defendió la cultura del trabajo y la familia como bases para el futuro. Fernández destaca que el valor del esfuerzo personal modifica la realidad y pone como ejemplo su propia experiencia. Desde su empresa, en la que según señala, se sigue trabajando sin despedir personal ni bajar las horas de trabajo, analiza el momento del país, reconociendo que la actividad no está en su mejor momento, pero sigue en marcha. «No como quisiéramos, pero estamos trabajando. No cerré el taller ni bajé las horas. Hay crisis, como en muchos otros tiempos, pero no siempre la realidad es tan grave como se cuenta», afirma. Desde su perspectiva, Fernández destaca que el valor del esfuerzo personal modifica la realidad de las personas, y pone como ejemplo su propia experiencia, ya que relata cómo desde 1997 comenzó a trabajar por cuenta propia, haciendo frente a sucesivas crisis que vivió la Argentina. LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO Uno de los conflictos centrales que marca el empresario es la excesiva intervención del Estado en las cuestiones económicas: «El problema es que nos hemos malacostumbrado a que el Estado intervenga en todo, que mande subsidios y planes. Eso mueve un poco la economía, sí, pero también genera dependencia y distorsiona los precios. Tenemos que aprender a generar lo nuestro», dijo. En este sentido, Ramón Fernández reivindica la figura del empresario, quien debe ser «aquella persona que se levanta todos los días a la mañana, temprano, aclaremos temprano, a ganarse el pan para llevar a su casa dignamente. Y ese empresario, haciendo torta fritas, haciendo choripanes, haciendo un montón de cosas, con cosas que seguramente las produce alguien en el campo y está dando mano de obra de alguna manera. Y dejemos de joder, hay que ganarse el pan dignamente». LOS VALORES Entre otras cuestiones, Fernández remarcó que el espíritu emprendedor no se limita a grandes empresas. Al contar sus experiencias en recorridos por otras regiones argentinas, destaca que «ser empresario no es tener una fábrica gigante. Es levantarse temprano para ganarse el pan: hacer tortas fritas en un cruce de rutas, fabricar artesanías, vender en ferias. Todo eso es trabajo genuino y mueve otras actividades», afirmó. ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA HONESTIDAD En su análisis, uno de los problemas centrales es la educación. «Falla la educación porque no se enseña a emprender. Y sin educación, no hay cultura del esfuerzo ni honestidad. Necesitamos humildad y valores sólidos para salir adelante», reclama. Otro de los tópicos que abordó la charla fue la falta de honestidad de quienes se aprovechan de planes sociales sin necesitarlos. «La asistencia debe ser para el vulnerable real, no para el que miente o se acomoda políticamente. Con lo que se gasta mal, podríamos tener docentes, médicos y policías excelentemente pagados», sostuvo. COSAS DE LA VIDA La conversación derivó en una fuerte crítica a la pérdida de la unidad familiar y la baja natalidad. En esta línea opinó que «hoy muchos eligen no tener hijos, prefieren mascotas y evitan responsabilidades. Pero si no hay familias y no se procrea, el país se vacía y termina en manos de extranjeros. La familia es la base de todo, y sin respeto, sin límites, no hay futuro». Recordando a sus padres que trabajaron desde la infancia sin estudios formales, el empresario metalmecánico reivindicó la capacidad de salir adelante con esfuerzo: «nuestros mayores nos criaron con poco, pero con valores. Hoy, en cambio, muchos jóvenes tienen todo fácil y no aprecian lo que cuesta». Para finalizar, Ramón dejó un mensaje espiritual: «No olvidemos que estamos de paso y que hay un Dios que ve todo. Cada día es una oportunidad para mejorar, para empezar de nuevo y para ser honestos. Si queremos un país distinto, tenemos que dejar de quejarnos y empezar por nosotros mismos». Fuente ; Norte

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