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Concordia » Ciudadsatelite
Fecha: 14/08/2025 02:12
La leche materna no es solo alimento: es un tejido vivo, capaz de adaptarse a la edad gestacional del bebé. En el caso de mamás de prematuros, su composición cambia para aportar más proteínas, inmunoglobulinas y nutrientes específicos que ayuden a ese pequeño a crecer y a protegerse en sus primeros días de vida. Entre sus beneficios, aporta energía, grasas, proteínas, carbohidratos, minerales y vitaminas, además de ácidos grasos esenciales para el desarrollo neurológico y visual. También entrega anticuerpos que fortalecen el sistema inmune, factores de crecimiento y componentes que favorecen la maduración intestinal, pulmonar y cerebral. Incluso nutre la microbiota intestinal, clave para la salud digestiva. Su poder preventivo es enorme: reduce el riesgo de enfermedades graves como la enterocolitis necrotizante, la sepsis, infecciones respiratorias, retinopatía del prematuro, displasia broncopulmonar y hemorragia intraventricular. También se asocia a internaciones más cortas y mejor calidad de vida. La pediatra y neonatóloga del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, Carla Narvaez, explica que la alimentación de un prematuro puede empezar con sonda orogástrica o nasogástrica, usando pequeñas cantidades llamadas “alimentación trófica” para estimular el tracto digestivo, incluso si el bebé aún no puede digerir grandes volúmenes. Si no logra prenderse al pecho, la especialista aconseja iniciar la extracción de leche en las primeras seis horas después del parto, imitando la succión del bebé entre ocho y diez veces por día. “En ese momento, el equipo de salud debe ser red y sostén, no presión. Hay que explicar por qué cada gota cuenta, mostrar cómo hacerlo y acompañar emocionalmente, porque cada mamá vive esta experiencia de manera distinta”, remarca Narvaez. En cuanto a la conservación, puede durar hasta 4 horas a temperatura ambiente (25 °C), 72 horas en heladera (4 °C) y 6 meses en freezer (-18 °C). Siempre conviene etiquetar fecha y hora, usar envases limpios (frascos de vidrio con tapa plástica, recipientes plásticos duros o bolsas especiales para leche materna) y descongelar lentamente en heladera o falso baño maría. Nunca microondas ni fuego directo, para no perder sus propiedades.
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