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Concordia » Hora Digital
Fecha: 13/08/2025 10:06
Las insólitas argumentaciones del Presidente en la demanda judicial iniciada por Ian Moche generan controversia. ¿Hasta dónde llega su libertad de expresión? Javier Milei se rehúsa a borrar un tuit en el que desacredita a Ian Moche, un niño activista con autismo. El jefe de Estado argumenta que tuitea como ciudadano y no como Presidente, ejerciendo su libertad de expresión. Sin embargo, su enfoque parece más orientado a evadir responsabilidades judiciales y seguir utilizando las redes sociales sin restricciones. El abogado Andrés Gil Domínguez, en representación de Ian y su madre, denuncia la contradicción del Presidente al afirmar que la libertad de expresión lo protege de la demanda, cuando en realidad debería velar por los derechos del menor. La justicia federal ha reconocido la competencia de Milei como Jefe de Estado en este caso, a pesar de sus intentos por desvincularse del cargo. Especialistas como Marisa Herrera destacan la delicadeza de la situación, recalcando que la crueldad hacia un niño con discapacidad por parte del Presidente agravaría aún más su responsabilidad. Las implicaciones legales del caso $LIBRA podrían ser más severas de lo que Milei imagina. La tendencia del Presidente a desacreditar a Ian, acusándolo de estar manipulado por terceros, ha sido desaprobada por expertos en derecho constitucional como Sebastián Guidi. La vulnerabilidad del niño exige un trato respetuoso y digno por parte de las autoridades, algo que Milei parece obviar en su actitud defensiva. La libertad de expresión de Milei, según Roberto Saba, choca con los límites éticos impuestos por su cargo, generando un clima de silenciamiento y autocensura. La polémica en torno a la cultura de la cancelación y las responsabilidades del Presidente como figura pública continúa en aumento, desatando un debate sobre los límites del poder y la libertad de expresión en la democracia.
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