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» Diario Cordoba
Fecha: 12/08/2025 17:41
Amanece en Córdoba tras una noche que no bajó de los 22 grados -la mínima registrada a las 7.40 horas-. Para todos los cordobeses fue difícil conciliar el sueño. Lleva días siendo muy complicado. En el bar de la esquina de la plaza Colón solo se habla de eso, del calor. La mujer de la barra dice que no durmió, que el ventilador solo le echaba aire caliente en la cara, pero que poner el aire acondicionado toda la noche tampoco es opción, por el precio de la electricidad. A las 10.00 horas, mientras ponía tostadas y café, el termómetro ya marcaba los 30 grados. La gente que tiene que salir intenta hacerlo pronto. Compras, al parque con los niños y cualquier gestión se hace por la mañana. La otra opción es encerrarse. Es lo que hace mi vecina de la calle Adarve. En agosto en el bloque solo está ella y la puerta suele estar echada. Los estudiantes de la primera planta se fueron al acabar el curso y los demás en julio ya no estaban. La ola de calor en Córdoba, en imágenes / A.J.González En las casas no se escucha el típico sonido de subir las persianas por la mañana. Por el contrario, están cerradas a cal y canto y solo se abren cuando cae el sol, para ventilar un poco el piso, aunque lo que entre por la ventana sea una masa de aire que genera una sensación similar a como cuando abres el horno para sacar una tarta. Cocinar tampoco es la mejor de las ideas. Las ensaladas, el salmorejo o el gazpacho son los reyes del almuerzo por estos días. «Cuando se me acaban las recetas busco una en internet y la guardo, por si la puedo hacer luego, por variar», dice Marta mientras juega con sus niños en la fuente de Las Tendillas. La mayoría de fábricas, empresas o el sector de la construcción y la agricultura tienen jornada intensiva de verano y sus trabajadores se van pronto a casa, pero otros no corren con esa suerte. Trabajadores sanitarios, bomberos, policías, conductores de autobús, algunos repartidores y también periodistas y fotógrafos trabajan todo el día, esperando que ningún suceso grave altere la jornada. La vida parece que se paraliza, pero en realidad sigue, solo se ralentiza, como los cuerpos, que se sienten lentos y agotados cuando el termómetro marca 34,3 grados a las 11.30 horas. Y es que hasta las actividades cotidianas se convierten en actividades de riesgo en las horas centrales del día. Niños se refrescan por el calor en Las Tendillas. / A. J. González Los turistas -los pocos que se aventuran a venir a la ciudad por estos días- también apuran la mañana. Hay algunos visitantes rondando por la Mezquita-Catedral estos días. Ayer había un grupo de chicas de Galicia. «Decidimos venir por invitación de una amiga», dicen, conscientes de que «en Galicia se está mejor», aunque también estén viviendo la ola de calor con temperaturas extremas para esa zona. Por ahora, valoran que «al menos» el calor es seco y creen que así «se suda menos». El sol cae, pero no refresca. Los termómetros aún marcan muchos grados y la gente comienza a salir de sus casas. Sacar al perro, un paseo, la visita a la heladería o una cerveza fría en algún bar abierto. La vida al revés. Montoro registra 44,3 grados Montoro, con 44,3 grados, registra este martes la temperatura más altas de la provincia cordobesa y una de las más elevadas de toda Andalucía, seguida de Córdoba capital, que alcanzó los 43,4 grados a las 16.50 horas. Ningún municipio en los que hay vigilancia de la Aemet bajó de los 40 grados. También se vivió un calor sofocante en La Rambla, con 43,5 grados, o en Aguilar de la Frontera, con 42,7.
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