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  • Dormir bien ayuda a prevenir casi 200 enfermedades, según estudio (y no solo importa la duración)

    » Clarin

    Fecha: 12/08/2025 08:34

    Un estudio internacional “pionero” analizó datos objetivos del sueño de casi 88.500 personas y halló asociaciones significativas entre las características de su descanso y 172 enfermedades. La investigación, publicada recientemente en Health Data Science, destaca la regularidad del sueño -como la constancia a la hora de acostarse y la estabilidad del ritmo circadiano- como un factor poco reconocido, pero crucial, en el riesgo de enfermedad. El sueño y la salud Según allí se indica, a nivel global, crece la conciencia respecto del impacto que el sueño tiene en la salud. Tanto, que hace unos años, fue incorporado por la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), como uno de las 8 pautas esenciales para cuidar la salud cardiovascular. Recientemente, en un artículo publicado en esta sección, Analía Furio, autora de “Mal dormidos”, destacaba el impacto que el sueño tiene en la salud en general. Allí aseguraba que “dormir sirve absolutamente para todo: no hay un solo órgano del cuerpo que no necesite de un buen descanso para completar su correcto funcionamiento”. Y añadía: "El mal dormir se relaciona con la hipertensión arterial, con sufrir un infarto cardíaco o un ataque cerebral, con el cáncer, obesidad, diabetes, trastornos de la memoria (como la enfermedad de Alzheimer), aterosclerosis, depresión, ansiedad, carácter irritable". En este caso, el estudio, dirigido por equipos de la Universidad de Pekín y la Universidad Médica del Ejército, lo señala como "un requisito vital fundamental, crítico para múltiples funciones biológicas, incluyendo la eliminación de desechos cerebrales, la liberación de citoquinas inflamatorias y el metabolismo de nutrientes". Suscribite a Buena Vida Cada quince días, Florencia Cunzolo te cuenta lo último para cuidar tu salud y sentirte bien. Registrate acá. Los autores advierten que con el uso generalizado de la iluminación artificial y el estilo de vida 24/7, la experiencia del sueño humano ha cambiado significativamente. "No solo la duración del sueño sino también el tiempo, la regularidad (robustez rítmica) y la continuidad (fragmentación) del sueño también se han visto profundamente afectados. Si los sistemas fisiológicos humanos que evolucionaron a lo largo de la historia podrían adaptarse al patrón de sueño actual es una pregunta que merece atención específica por su impacto potencial en la salud humana", plantean. Cómo medir el sueño En resumen, el estudio asegura que la evidencia acumulada sugiere que los rasgos del sueño podrían estar asociados con una serie de enfermedades que afectan a diversos sistemas, como las cardiovasculares, mentales y trastornos metabólicos. Sin embargo, plantean que en la mayoría de las publicaciones hasta la fecha, "el sueño se ha medido por el recuerdo subjetivo de los participantes, lo que se ha encontrado que tiene un error sistemático en algunos aspectos y puede llevar a una mala interpretación del impacto del sueño en la salud". Cada vez hay más consenso respecto de la importancia del sueño en la salud integral. Foto Shutterstock. En ese sentido, dicen que la literatura disponible se centra principalmente en ciertos rasgos del sueño, como su duración.Y esa duración autorreportada, es decir, reportada por las propias personas, no siempre es real. ¿Qué significa? Que hay durmientes subjetivos largos (creen que duermen mucho), pero cuando se los evalúa a través de herramientas apropiadas se convierten en durmientes objetivos cortos (no duermen tanto como creen). “Otros rasgos, como el momento y el ritmo del sueño se analizaron con menos frecuencia, a pesar de que los estudios en animales y algunos estudios piloto en seres humanos sugieren que la interrupción de otros rasgos del sueño también ejerce efectos sustanciales en la homeostasis fisiológica". El estudio Utilizando datos de actigrafía (una prueba que se utiliza para valorar el ritmo del ciclo vigilia-sueño) durante un promedio que va de 6 a 8 años, los investigadores identificaron que más del 20% del riesgo de 92 enfermedades se debía a malos hábitos de sueño, entre ellas la enfermedad de Parkinson, diabetes tipo 2 e insuficiencia renal aguda. Notablemente, 83 (48.3%) asociaciones de enfermedades fueron específicas del ritmo del sueño y no de la duración. Entre esos rasgos vinculados al ritmo y no la duración se incluyen, por ejemplo, la hora de acostarse irregular (después de las 0.30) y la baja estabilidad interdiaria (es decir, si la persona tiene un ritmo similar de sueño-vigilia o actividad-descanso cada día). Más del 20 % del riesgo de 92 enfermedades se debía a malos hábitos de sueño. Foto Shutterstock. En tanto, la fragmentación del sueño (que incluye la eficiencia del sueño y el número de despertares nocturnos) se asoció en el estudio con un número "relativamente pequeño" de enfermedades. “El presente estudio ilustra un panorama de 172 enfermedades asociadas con rasgos del sueño medidos objetivamente en adultos. Los resultados revelaron que no solo la duración del sueño, sino también otros rasgos, contribuyeron a diversos tipos de enfermedades con una carga de morbilidad atribuible considerable”, resumieron los autores. Lo que, según su perspectiva, pone de relieve la necesidad de un control integral de múltiples rasgos del sueño, que puede generar considerables beneficios para la salud. “Las mediciones objetivas del sueño pueden ser un complemento útil para los estudios sobre las enfermedades del sueño, y la integración de métodos subjetivos y objetivos puede proporcionar información más completa y precisa sobre el impacto del sueño en la salud”, concluyeron. ***

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