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» AgenciaFe
Fecha: 11/08/2025 22:41
En la era de la Inteligencia Artificial, los límites entre el juego, la superstición y la realidad parecen cada vez más difusos. Así lo demuestra un caso viral ocurrido en Grecia, donde una mujer decidió divorciarse de su esposo tras una insólita "lectura de café" realizada por ChatGPT. Lo que comenzó como una actividad lúdica en pareja, terminó en una separación con consecuencias legales. Según relató el marido, todo empezó como parte de una tendencia que la mujer había visto en redes sociales. Prepararon dos tazas de café griego, tomaron fotografías de los restos que quedaron en el fondo, y se los enviaron a la IA de OpenAI para obtener una supuesta interpretación. Aunque para él se trataba de una broma, los resultados no cayeron bien. La inteligencia artificial analizó las imágenes y arrojó una conclusión inesperada: él estaría pensando en una mujer cuyo nombre comenzaba con "E", con intenciones de iniciar una nueva relación. Además, en la taza de ella, el sistema "detectó" una traición por parte de una mujer que buscaba “cerrarles la casa”. Mientras que el esposo se rió de los resultados, su pareja tomó el asunto con absoluta seriedad. Le exigió que abandonara la vivienda familiar y notificó a sus hijos que había tomado la decisión de separarse. Días después, el hombre recibió formalmente la demanda de divorcio. El caso fue confirmado por el abogado del esposo, Foivos Stroungaris, quien además advirtió que el uso de Inteligencia Artificial como prueba carece de validez legal y podría sentar un peligroso precedente. “No puedo creer que alguien que cría niños actúe guiado por un bot”, expresó con indignación. Además, anticipó que su cliente podría iniciar una contrademanda para solicitar la custodia de sus hijos. No sería la primera vez que la mujer actuaba de forma impulsiva: según el testimonio del esposo, años atrás también había confiado ciegamente en predicciones de un astrólogo, lo que derivó en un largo conflicto matrimonial. Mientras el caso sigue sumando reacciones en redes sociales —algunas de apoyo y muchas de asombro—, el debate se instala: ¿hasta qué punto la IA puede influir en decisiones personales y familiares? ¿Y qué responsabilidad tiene la tecnología en contextos donde se la interpreta como si fuera infalible? La historia de este divorcio viral, aunque insólita, parece ser solo una muestra más del poder que estas herramientas comienzan a tener en la vida cotidiana.
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