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  • Normas que protegen tu vida cuando viajás en avión

    Usuhahia » Diario Prensa

    Fecha: 11/08/2025 21:15

    Seguridad aérea explicada. Cada instrucción dada por las azafatas tiene una razón. Aquí te explicamos por qué se deben abrir las persianas de las ventanillas durante el despegue y aterrizaje, hasta la razón de ajustarse el cinturón. Observarlas puede marcar la diferencia en una emergencia. Cuando viajás en avión, es probable que más de una vez te hayas preguntado por qué el personal de cabina insiste en cumplir ciertas normas que a simple vista pueden parecer exageradas o molestas. Desde pedir que mantengas abiertas las cortinas de las ventanillas durante el despegue y el aterrizaje, hasta exigir que los cinturones estén bien ajustados o que las bandejas permanezcan plegadas. Pero estas reglas no son caprichos: son parte de un sistema de seguridad internacional pensado para salvar vidas en los momentos más críticos del vuelo. ¿Por qué pedir que las cortinas estén abiertas? El despegue y el aterrizaje son las fases de vuelo que representan los mayores riesgos, por lo que dejar las ventanillas descubiertas tiene varias ventajas. Entre otros beneficios permite que tripulación y pasajeros puedan evaluar rápidamente cualquier situación fuera del avión, como fuego, humo, derrames o escombros en la pista. Además, facilita la adaptación visual de los ojos a la luz natural —o a la oscuridad si es de noche— para que en caso de evacuación nadie quede desorientado. Los equipos de rescate también pueden ver desde afuera y decidir con rapidez el mejor lugar para intervenir. Otras normas que salvan vidas • 1. Las luces de la cabina se atenúan en despegues y aterrizajes (especialmente de noche) No es para ahorrar electricidad. Se hace para que tus ojos se adapten a la luz exterior —o a la oscuridad— antes de una posible evacuación. Así no quedás cegado si de pronto hay que abrir la puerta y saltar al tobogán. • 2. El asiento en posición vertical No es para molestarte cuando estabas a punto de dormir. La idea es que, si hay que evacuar, el pasajero detrás de vos pueda salir sin trabas y tú no recibas más fuerza de impacto en la espalda en caso de frenada brusca. • 3. Las bandejas plegadas En una evacuación, cualquier objeto rígido a la altura del abdomen puede retrasarte, golpearte o incluso atraparte. • 4. Los cinturones ajustados En turbulencias fuertes, incluso un salto de pocos centímetros puede hacer que tu cuerpo se desplace con mucha más fuerza de lo que parece. Mantenerlo ajustado evita lesiones y que salgas disparado contra el techo. • 5. No permitir que lleves tus cosas en una evacuación Tu bolso podría trabarte, golpear a otros o destrozar el tobogán inflable. Y aunque a todos nos duela pensar en dejar la laptop o la cartera, ahí la prioridad es que vos salgas vivo en menos de 90 segundos. • 6. La prohibición de fumar Obvio que es por salud, pero también porque un cigarrillo mal apagado en un baño lleno de papel, toallas y residuos químicos podría iniciar un incendio, y en un avión eso es de lo más peligroso que puede pasar. • 7. “Modo avión” en el celular No es que tu teléfono vaya a tumbar el avión. El problema es que muchas señales activas pueden interferir con los sistemas de navegación o comunicaciones, sobre todo si hay muchas emisiones simultáneas. Es más prevención que catástrofe inmediata. • 8. Hacer caso. Es fundamental obedecer siempre las indicaciones de las azafatas y comisarios de a bordo, quienes están entrenados para velar por tu seguridad. La regla de los 90 segundos Esta norma surge de tragedias y pruebas que evidenciaron que en un incendio dentro de un avión, los primeros 90 segundos son decisivos. Más allá de ese tiempo, el calor, el humo tóxico y la oscuridad vuelven casi imposible que los pasajeros evacuen con vida. En los años 60 y 70, muchos siniestros aéreos mostraron que aunque la aeronave no se destruyera, numerosas muertes ocurrieron por no poder evacuar a tiempo. Un caso emblemático fue el vuelo British Airtours 28M en 1985, donde murieron 55 personas principalmente por inhalación de humo, estando muchas de ellas a pocos metros de las salidas. Actualmente, las autoridades aeronáuticas exigen que las aerolíneas demuestren la capacidad de evacuar a todos los pasajeros y tripulación en 90 segundos, de noche y con la mitad de las salidas inutilizadas. Las pruebas se realizan en hangares oscuros, con voluntarios de todas las edades, personas con movilidad reducida y hasta bebés, simulando situaciones reales para garantizar la efectividad de los protocolos. El humo, el enemigo silencioso En un incendio, el mayor peligro no son las llamas, sino el humo denso y tóxico que puede llenar la cabina en segundos, reduciendo la visibilidad y haciendo difícil respirar. Por eso, cada segundo cuenta y las normas sobre cortinas, bandejas, cinturones y equipaje están diseñadas para que la evacuación sea lo más rápida y ordenada posible.

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