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» Clarin
Fecha: 11/08/2025 20:43
Dormir es mucho más que un simple descanso: mientras nuestros cuerpos descansan, nuestro cerebro está en plena actividad, procesando información, consolidando recuerdos y, sorprendentemente, resolviendo problemas. ¿Alguna vez te han dicho que te vayas a dormir y que a la mañana despertarás con la solución para algún problema? Según la ciencia, esta antigua recomendación podría tener una base más sólida de lo que imaginas. Un estudio reciente publicado en el Journal of Neuroscience exploró cómo el sueño afecta la memoria y la capacidad para resolver tareas complejas. En el experimento, 25 participantes realizaron una tarea de memorización mientras se monitoreaba la actividad eléctrica y magnética de sus cerebros con dispositivos especializados (EEG y MEG). Luego, tomaron una siesta corta mientras seguían conectados a los sensores. Los científicos detectaron que durante el sueño, especialmente en una fase ligera llamada sueño con “husos” o “spindles”, ciertas áreas del cerebro relacionadas con la tarea mostraban actividad intensa. Esta actividad cerebral durante el sueño estaba directamente relacionada con la mejora de la memoria para esa tarea al despertar. En palabras de Dara Manoach, profesora de psiquiatría en Harvard y coautora del estudio, “los ritmos cerebrales en esas regiones aumentan después del aprendizaje para estabilizar y mejorar la memoria”. Esto sugiere que dormir no solo ayuda a recordar, sino que potencia la capacidad de nuestro cerebro para procesar información y hallar soluciones. Otro estudio liderado por Alyssa Sinclair, de la Universidad de Pennsylvania, encontró que después de dormir, las personas toman decisiones más racionales y menos impulsivas cuando enfrentan problemas complejos. Esto se debe en parte al trabajo de una zona cerebral llamada hipocampo, que durante el sueño decide qué recuerdos almacenar y cuáles descartar, ayudando a organizar nuestra experiencia diaria para un mejor rendimiento cognitivo. Dormir no solo ayuda a recordar, sino que potencia la capacidad de nuestro cerebro para procesar información y hallar soluciones. Foto: Unsplash El proceso no termina allí. Una vez que el hipocampo selecciona qué información conservar, la transfiere al neocórtex, el área del cerebro encargada de almacenar memorias a largo plazo e integrarlas con conocimientos previos. Durante el sueño, nuestro cerebro no solo archiva datos, sino que también los analiza y reorganiza, creando conexiones nuevas que no eran evidentes durante la vigilia. La importancia del sueño profundo, conocido como sueño de ondas lentas, es fundamental para esta transferencia de memorias. Daniela Grimaldi, investigadora de la Universidad Northwestern, explica que este estado ofrece las condiciones ideales para preservar aprendizajes y filtrar información menos relevante. Además, incluso las primeras etapas del sueño ligero parecen jugar un papel crucial. Un estudio de 2023 reveló que apenas 15 segundos en la etapa inicial del sueño pueden triplicar la probabilidad de resolver un problema matemático complejo. Esto se conoce como el “punto creativo dulce” del inicio del sueño, donde la mente se encuentra en equilibrio entre quedarse despierta y caer en un sueño profundo. Pero, ¿qué significa todo esto para el día a día? Para aprovechar al máximo el poder del sueño en la resolución de problemas, expertos recomiendan mantener un diario de sueños o una grabadora al lado de la cama para capturar ideas e intuiciones que emergen al despertar, antes de que la rutina diaria las borre. Matthew Walker, autor del libro Why We Sleep, compara esta actividad con una “alquimia informativa”, donde la mente reconstituye fragmentos de memoria en nuevas asociaciones creativas durante la noche.
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