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» Elterritorio
Fecha: 11/08/2025 17:55
Trabaja en el caso la Fiscalía en lo Correccional 12 pero reconocen que no habría imputados ni condenados, ya que -según el Código Penal- el delito prescribió. Su hermano Javier compartió las sensaciones de los recientes hallazgos y no descarta que un compañero de escuela de Diego haya sido responsable de su homicidio. lunes 11 de agosto de 2025 | 15:00hs. Las dudas que rodean a la familia de Diego Fernández Lima hace 40 años parecieron condensarse en una respuesta -pero lejos de ser la única- hace apenas dos semanas, cuando confirmaron que sus restos óseos estaban enterrados en un chalet del barrio Coghlan, en Buenos Aires. Su hermana mayor Marcela atraviesa el duelo y sigue la causa judicial desde Misiones, donde vive hace varios años. Mientras que el más chico de los tres, Javier, acompaña el trabajo de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional 12 y es el portavoz de un pedido familiar y comunitario de justicia. “Nosotros lo esperábamos vivo”, confiesa Javier al referirse a las noticias que, como familia, recibieron hace apenas 20 días. Diego Fernández permanecía desaparecido desde julio de 1984 y, con las muestras encontradas recientemente, la Justicia puso la mira en un compañero de colegio del chico, Cristian Graf. El hallazgo pegó de lleno y fuerte en el núcleo familiar, quienes pasadas las décadas sostenían con esperanza la idea de encontrar con vida a Diego. Su mamá hoy tiene 87 años, y “tiene sus días, está muy angustiada, pobrecita. Hace unos 5 días que no prendemos la tele, porque hay muchos datos y muchas imágenes que no quiero que vea, es muy fuerte”, confió el hombre en una entrevista a Radio Up. El Club Excursionistas rindió homenaje a Diego Fernández Lima (Fuente: Olé) Por el tiempo transcurrido desde el crimen hasta la fecha del hallazgo, se considera que el delito prescribió. Sin embargo, Martín López Perrando, al frente de la Fiscalía que interviene en la causa, podría citar a declarar a Graf -único sospechoso por el hecho, dado que era ocupante del chalet donde los huesos estaban ocultos-. Sobre su posible participación en el homicidio de Fernández, su hermano Javier aunque no se explayó en esa hipótesis, sostuvo que “en esa familia tiene que estar el culpable, es obvio porque está el cuerpo ahí: eran compañeros del secundario”. Según contó, desconocían la amistad entre ambos: “No teníamos registro de esta familia, no sabíamos nada. No estaba en la libreta de papá que tenía todos los contactos que fue recabando durante la investigación”, advirtió. El hermano de Fernández Lima compartió que, tras la desaparición de Diego, quien no parecía inmutarse era el sospechoso. “Después de todo lo que pasó, los chicos preocupados por Diego buscándolo y esta persona siguió yendo (a la Escuela Técnica). Y todo eso también indignó a todos los compañeros, que se presentaron de manera espontánea en la Fiscalía a declarar, gracias a Dios”. Derrotero de una noticia trágica Fernandez valoró la rapidez con la que comenzaron a investigarse los restos y la intervención del personal de obras que reveló tal escena. “Gracias a esos albañiles que apenas vieron los huesos, llamaron al capataz, y él a la Policía, y así una cadena de hechos, hasta que descubrimos que ese era mi hermano que estaba ahí hacía 41 años”. En el caso intervino el Equipo Argentino de Antropología Forense, desde donde se confirmó que los huesos presentaban lesiones hechas con objetos punzocortantes. A ello se sumó la notoriedad mediática que cobró el hallazgo, al ocurrir en una casa al lado del lugar donde el artista Gustavo Cerati alquilaba. “Yo siempre digo que fue un suceso de hechos. Como en esa casa que estaban demoliendo vivía Gustavo Cerati se hizo de público conocimiento rápido y salía por todos los medios. Ahí mi cuñado y mi sobrino (pareja e hijo de Marcela) empezaron a armar la información y se contactaron con la Fiscalía. Entonces empezó el Equipo de Antropología Forense: de ahí se le hizo un segundo examen y bueno, apareció”, reconstruyó Javier. En pocas palabras, el hermano de Diego describió las sensaciones que pesan sobre él en un momento de gran incertidumbre y temor de que en lo judicial el caso no prospere, dados los años transcurridos. “Acá estoy: lloro, me río, me quedo en blanco, hace unos días que duermo apenas 3 horas. Pero siento que me está bajando la fuerza de mi papá y de Diego, pero hay que seguir”. Respecto a la causa, reconoció que “está difícil por el tema de que en este país a los 15 años prescribe un asesinato”. Sin embargo, los Fernández Lima no descansan en noticias y persiguen que lo ocurrido con el joven estudiante de la Escuela Nacional de Educación Técnica 36 no quede impune. “Estamos haciendo todo lo posible para que se avance, la fiscalía está trabajando de una manera impecable y también el abogado, para que haya justicia y que el culpable pague por esto”, aseveró Javier. A Diego lo recuerdan como “un excelente hermano y buena persona, jugador de fútbol. Estudiaba… Todo el mundo hablaba maravillas de él: era un pibe común de 16 años”. Por su trayectoria en el deporte, el Club Excursionistas -del que la víctima era hincha- le rindió homenaje y regaló una placa a su familia. “Él estaría orgulloso de eso y mi papá también”, compartió.
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