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Parana » AIM Digital
Fecha: 11/08/2025 01:12
En medio de un contexto económico donde el poder adquisitivo sigue desplomándose, el consumo en Argentina no repunta y cada vez más familias se ven obligadas a usar la tarjeta de crédito para cubrir necesidades básicas como alimentos y productos del hogar. Según un informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, casi la mitad de las operaciones en supermercados se hacen con tarjetas de crédito, una cifra que creció siete puntos porcentuales desde la llegada del gobierno de Javier Milei. Este aumento del uso del plástico no es un signo de recuperación, sino una alerta roja: cada vez más hogares recurren al endeudamiento para sostener su compra cotidiana en medio de salarios que no alcanzan ni para cubrir la canasta básica. La caída del consumo no se detiene: a mayo de 2025, las ventas en supermercados están un 30 por ciento por debajo de los niveles registrados en diciembre de 2023, cuando asumió el nuevo gobierno. Los datos son claros: mientras crece el uso de la tarjeta de crédito, el pago con débito y efectivo retrocede notablemente. El endeudamiento se vuelve la única salida para muchas familias, que además enfrentan un aumento en la mora de las tarjetas. Según el Banco Central, la mora en tarjetas de crédito de las familias alcanzó un 4,2 por ciento en mayo, con un incremento sostenido en los últimos meses, lo que anticipa mayores dificultades para sostener estos gastos financiados. El gobierno, lejos de presentar soluciones estructurales, ha permitido que las promociones bancarias y las cuotas sin interés sean el principal incentivo para que las familias accedan a los productos básicos. Pero esas ofertas esconden la cruda realidad: un salario que no alcanza y una política económica que no logra reactivar el consumo genuino ni mejorar la calidad de vida. La economista Mara Pegoraro advierte que esta dinámica refleja la “necesidad de crédito para comprar bienes básicos”, lo que no es otra cosa que un síntoma del empobrecimiento de amplios sectores. En contraste, sectores como la venta de autos y viajes al exterior muestran un comportamiento dispar, evidenciando que la recuperación es selectiva y no alcanza a la mayoría. La mala gestión económica del gobierno de Milei no solo no logra frenar la caída del consumo esencial, sino que incentiva un modelo insostenible de endeudamiento familiar que puede profundizar la crisis social. La economía real muestra signos de agotamiento y la estrategia basada en promociones y crédito de corto plazo solo posterga la solución de fondo: un aumento real del poder adquisitivo y políticas públicas que prioricen la calidad de vida de la población.
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