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» Clarin
Fecha: 10/08/2025 20:39
En un video publicado en TikTok, el psicólogo español Fernando Azor, responsable de una página web propia, alerta sobre las características de dos de los ansiolíticos más utilizados en su país. La ansiedad es una respuesta emocional a situaciones que sentimos como una amenaza. Un mecanismo de defensa natural que permite mejorar la capacidad de respuesta y anticipación de los hechos. Sin embargo, para la mayoría de las personas tiene un significado negativo. Esta respuesta emocional puede ser percibida como una preocupación excesiva, irracional y persistente, que causa sufrimiento y síntomas psicológicos y físicos. Esto puede ocasionar un trastorno que registra episodios cotidianos como amenazas, cuando, en realidad, no lo son. La ansiedad siempre anticipa un final catastrófico. El camino fácil para tratar esta situación son los ansiolíticos, las benzodiazepinas, conocidas por sus efectos en el sistema nervioso. En pequeñas dosis, estos fármacos ayudan a reducir la ansiedad, pero están lejos de ser la solución a largo plazo. Fernando Azor, psicólogo clínico español, señala que algunos ansiolíticos generan dependencia. Quienes sufren de ansiedad suelen ser medicados con ansiolíticos. Ante esta situación Fernando Azor advierte sobre algunas consecuencias del uso de dos de los ansiolíticos más utilizados en su país. “El Alprazolam y el Lorazepam producen un efecto muy significativo en cuanto a la reducción de los niveles de alerta, de preocupación y de angustia", reconoce Azor. Sin embargo, al igual que otros psicólogos y médicos clínicos, advierte que su uso sistemático puede generar una dependencia emocional y física que impida a la persona aprender a gestionar por sí misma la ansiedad. El problema es que muchas personas no desarrollan estrategias para tolerar las sensaciones físicas que produce la ansiedad. Azor dice que “asociamos el corazón latiendo rápido, la visión borrosa, la sensación de extrañeza o el nerviosismo como algo negativo que hay que evitar a toda costa. Si has tomado Lorazepam o Alprazolam, tienes que entender varias cosas sobre la ansiedad”. Azor propone un cambio de perspectiva. “Decir que sentir angustia está mal es como decir que tener hambre está mal”. Ambas son sensaciones intensas y molestas, pero tienen una función: alertarnos. La ansiedad, cuando aparece, lo hace porque nuestro cuerpo interpreta una amenaza, sea esta real o percibida. El error, para el psicólogo, consiste en actuar como si cualquier signo de alerta fuera peligroso, lo que lleva a buscar un alivio inmediato. “Tomar un ansiolítico puede reducir rápidamente los síntomas, pero también refuerza la idea de que esas sensaciones son inaceptables”, asegura. La alternativa es el trabajo terapéutico, porque mediante la psicoterapia es posible entrenar a una persona en habilidades y vivencias que reduzcan la percepción de malestar ante los síntomas de ansiedad. “Cuando alguien vive una experiencia que demuestra que puede tolerar esa angustia, ya no necesita reducirla tan rápidamente”, explica Azor. El resultado es que la ansiedad deja de ser vista como una amenaza insoportable y se convierte en una respuesta comprensible y manejable. El mensaje de Azor apunta a un uso responsable y complementario de los ansiolíticos. Para el psicólogo hay que identificar el origen emocional o psicológico de una crisis para evitar que se repita.
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