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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/08/2025 04:38
A corazón abierto, la actriz y conductora habla sobre su vínculo con el humor, cómo elige sus proyectos y el trabajar con su hijo en el escenario (Crédito de fotos: @joynixmedia y @agenciacoralok) Hay presencias difíciles de olvidar y Andrea Politti es, sin dudas, una de ellas. Desde el primer encuentro, su energía combina la calidez de los afectos heredados y la determinación de quienes saben que el arte fue escrito en su destino. Hija del inolvidable Luis Politti, actor de una sensibilidad excepcional, y de María Teresa Rubio, pianista de enorme talento, Andrea creció en un hogar donde el humor era parte de la vida cotidiana y la creatividad una forma de abrazar el mundo. En diálogo con Teleshow, se permite abrir la puerta a esos recuerdos, a los días de aprendizajes y adversidades que la formaron en la artista integral que es hoy. A lo largo de los años, Andrea construyó un camino único, combinando la brillantez sobre las tablas con la frescura de la televisión. Desde sus inicios en obras como América de Franz Kafka y Confesiones de mujeres de 30, hasta la conducción de éxitos como 12 corazones y Cuestión de peso, nunca tuvo que elegir entre actuar o conducir. En la actualidad, el escenario también es espacio familiar, compartido con su hijo Galo, sumando una dimensión entrañable a la experiencia profesional y personal que lleva en sus genes. La emoción de un nuevo proyecto se encarna en Tirria, la comedia negra escrita por Lucas Nine y Nancy Giampaolo, dirigida por Carlos Branca. El próximo 14 de agosto, en el Teatro Metropolitan sobre la icónica calle Corrientes, Andrea subirá a escena junto a figuras como su propio hijo, Diego Capusotto y su hija Eva, Rafael Spregelburd, Juano Arana y Daniel Berbedes. Una nueva oportunidad para reconectar con el público y confirmar que el teatro, incluso con todos los cambios de época, sigue siendo el lugar donde la emoción y la magia se encuentran. A poco tiempo del estreno de Tirria, Andrea habla sobre su interés en el proyecto, el humor y cómo es trabajar con grandes figuras arriba de las tablas (@joynixmedia y @agenciacoralok) —¿De qué manera influye el humor en tu vida cotidiana? —Si voy a mis orígenes, el humor siempre estuvo en mi familia; mi mamá y mi papá tenían muchísimo humor. Es algo que requiere mucha rapidez mental, mucho aquí y ahora, y permite decir muchas cosas que de otra forma no se podrían decir. Tiene un lenguaje propio. Es más amable, siempre y cuando no dañe a nadie ni haga sentir mal a otros, porque ahí está el límite. Con el paso de las décadas, por suerte, se ha tomado conciencia sobre qué cosas nos podemos reír y sobre cuáles no. —¿Considerás que sos una persona que se ríe de todo, o descubriste una manera diferente de relacionarte con el humor actualmente? —Soy una persona que tiene muchísimo humor en la vida, y sobre todo me río de mí misma. Eso me alivia, me hace asumir más como persona llena de oportunidades que a veces no toma y de defectos que a veces no quiere que se vean. —¿Eso fue lo que te llevó a aceptar esta propuesta? —Este proyecto me llegó a raíz de un llamado que tuve por parte de Damián Sequeira, un productor que respeto mucho. Hace años que me venía llamando para hacer proyectos, desde 2011, proponiéndome comedias, pero nunca se daba por diferentes motivos. En este último llamado, me dijo: “Tengo el proyecto que es para vos, estoy seguro que te va a encantar y que es el estilo de teatro que querés hacer”. Cuando lo leí, tenía razón: es algo distinto, un desafío, y eso me atrae. Con tantos años de experiencia y oficio en el teatro, soy cuidadosa, y dije: “Sí, me gusta”. Acepté enseguida, apenas me lo propusieron. Después se fue gestando el proyecto y coincidiendo los tiempos y la sala en el Metropolitan, que me parece preciosa y tiene una cartelera muy variada. "Soy una persona que tiene muchísimo amor en la vida", comenta Andrea a este medio (@joynixmedia y @agenciacoralok) —¿Desde el primer momento conociste a tu personaje o lo fuiste construyendo durante los ensayos y al leer el guion? —Cuando tomás un texto de teatro, tenés que leer toda la obra porque tu personaje se relaciona con todo lo que sucede. Desde el comienzo, me pareció atractivo porque es una familia con estética de los años cuarenta, de las películas argentinas que adoraba mi abuela. Es una familia de alta alcurnia que tuvo que empezar a vender todo para poder subsistir y se esconde en baúles para fingir que viaja por Europa. Eso me enganchó absolutamente. El personaje siempre se va creando, está en una construcción constante, incluso cuando comienzan las funciones. Aunque tengas una base y sepas por dónde va, en cada función se descubre algo nuevo. —¿Qué es lo que hoy te inspira al momento de elegir un proyecto? —Que tenga algo original, algo que no haya hecho antes, o que me haga reír. Me atraen especialmente las obras que me hacen reír, aunque después hay que ver si el público comparte ese humor. Cada proyecto es único, tiene una especie de nacimiento, nunca se repite ni en el tiempo ni en el lugar. —Además de actriz, también sos conductora. ¿Cómo apareció esa faceta en tu vida profesional? —La conducción llegó cuando ya tenía una carrera fuerte en teatro y televisión como actriz. Mucha gente empezó a decirme que tenía que ser conductora y llevar adelante un programa. En ese momento había mucho prejuicio hacia la conducción, no se consideraba un trabajo importante. Como me gustan los desafíos, hice un casting para El Trece, más que nada para ver cómo me sentía yo misma. La verdad es que no sabía qué hacer, estaba muy acostumbrada al texto y al trabajo actoral, y de golpe ahí sos más vos misma llevando adelante el programa. Tuve mi debut hace bastantes años y todo salió bien. Me decían: “Esto es como si lo hubieras hecho siempre”. Fue un lenguaje nuevo donde podía divertirme y poner mi personalidad en los programas. Sentí que era otra puerta que se me abría. Ahora hace mucho que no hago conducción y estoy disfrutando mucho el teatro, pero la televisión tiene lo agradable de que entrás a la casa de la gente, por ahí te escuchan, te ven y es como si fueras parte de la familia. Tiene algo muy atractivo, cotidiano, inmediato y fugaz. El cine, en cambio, queda en el tiempo. Nuevamente, Andrea acepta el desafío de subirse a las tablas y sorprender al público (@joynixmedia y @agenciacoralok) —¿Sentiste en algún momento que tenías que elegir entre actuar y conducir, o lograste integrar ambas facetas? —Nunca sentí que tenía que elegir entre una u otra, las integro todas en mi trabajo. Me gustan todas las labores. Me han preguntado muchas veces si prefiero el cine, la tele o el teatro, y la verdad es que cada uno tiene su atractivo. Podría hacerlos tranquilamente en simultáneo, y así lo he hecho. No siento que deba elegir. —En esta obra compartís escenario con artistas muy conocidos y de estilos marcados. ¿Cómo fue ensamblar todo el proceso en escena? —No lo sentimos como una dificultad. Al contrario, disfrutamos los ensayos; todo fue creativo y nutritivo. Tampoco fue como si juntáramos personas muy distintas, sino como algo que fluyó y disfrutamos. —¿Habías trabajado previamente con Diego Capusotto o fue una experiencia nueva? —Con Capusotto no había trabajado nunca. Es prácticamente de mi generación, tiene mi edad, y su humor tiene mucho que ver con nuestra generación. Así que, en esta oportunidad que tenemos de coincidir ambos, fue algo que se dio de manera natural. —En esta obra también actuás con tu hijo, Galo. ¿Cómo vivís la experiencia de ser mamá y colega al mismo tiempo? —Es un proyecto familiar también, porque está la hija de Diego, el hijo de un compañero muy importante en la escena nacional, Juano Arana (hijo del recordado Hugo), y lo siento como una obra familiar. Es muy lindo compartir escenario y, como dije antes, cada proyecto siempre se encara de una forma nueva, sin red. Es muy interesante y lindo compartir esto con la familia. —¿Descubrís cosas nuevas en tu hijo al trabajar juntos en el escenario? —Todos los días, porque son generaciones diferentes. Como hablábamos antes sobre el humor, con las generaciones el humor va cambiando, y eso aporta mucha frescura. La forma de trabajar de una persona joven y una más grande se complementan y le dan otra visión a lo que estás haciendo. —Esta obra retoma clásicos del cine argentino y la estética de los años cuarenta. ¿Pensás que estos temas pueden conectar con el público actual y hacerlo reflexionar? —No sé qué le va a pasar a la gente. Lo único que pretendo es que se dé esa magia de que vengan al teatro, se desconecten de los celulares y estén entretenidos desde un lugar diferente. Cuando entrás a un teatro y te dicen: “Apagá el celular y entregate a esto que vamos a representar”, se da una comunión maravillosa entre espectador y actor. Es mágico, es muy lindo. "Se da una comunión maravillosa entre espectador y actor", asegura Politti (@joynixmedia y @agenciacoralok) — ¿Considerás que la gente sigue apostando por el teatro, a pesar del avance de la tecnología? — En Buenos Aires hay muchísimos espectáculos. Creo que el límite entre teatro off y comercial está cada vez más difuso. Esto pasa porque hay mucho público que disfruta del teatro; si no, no sucedería. Recuerdo que, en la época de mi papá, estaban el teatro de culto, el comercial y el de Calle Corrientes. Ahora esos límites ya se borraron y el teatro es teatro donde vayas y a la hora que sea. Fui a ver obras a distintas horas, y siempre hay mucho público. Aunque a veces las entradas pueden ser caras por los tiempos que se viven, pero siempre hay opciones, el público argentino no falla. Para nosotros es importante, porque nos juntamos para disfrutar y salir de la cotidianeidad, entrar como en otro universo. Siempre fue así y eso es muy interesante. —¿Hay otros trabajos o planes próximos que puedas compartir? — Estoy con otros que fui generando siempre desde lo laboral. Hace poco filmé una película con una productora que todavía no se estrenó, así que no puedo hablar mucho, pero fue un placer hacer cine con Ricardo Darín nuevamente. También me junto con actores y autores para generar un texto que ojalá podamos estrenar, aunque tampoco puedo hablar mucho de eso todavía. Pero sí, tengo cosas aparte para disfrutar como actriz. La escena artística sigue transformándose, pero hay algo que no cambia: la entrega total de Politti cada vez que se anima a un nuevo desafío. Con la memoria viva de sus padres, el humor como refugio y la pasión intacta, logra que cada proyecto tenga el sabor del primer día. Sea en las cámaras, en los escenarios o en un simple encuentro familiar, la actriz confirma que su carrera es, ante todo, una celebración de la autenticidad y la emoción, en la que nada parece detenerla. El arte la eligió y ella lo honra en cada paso, dejando claro que, para algunas personas, el escenario nunca se apaga. Crédito de fotos: @joynixmedia y @agenciacoralok.
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