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Concepcion del Uruguay » Uruguayenses.com
Fecha: 09/08/2025 12:54
Por Alfredo Fabián Basin, A.P.R.O.P.O.L.E.R Es verdaderamente alarmante cómo, ante nuestros ojos, ciertos dirigentes de nuestra institución se esfuerzan por construir un currículum vitae para ascender a cargos de poder, donde se ensalzan sus logros personales y el concepto de meritocracia, pero se olvidan de lo fundamental: el bien común. Lo que exhiben no garantiza nada. Recordemos que académicos y figuras del poder, considerados «altos referentes», nos han llevado al fracaso, no solo a nivel nacional, sino también en nuestras provincias y organizaciones no gubernamentales. En lo personal, no cuento con los mismos «galardones» que ellos. Mi única credencial es una historia de lucha, forjada junto a muchos camaradas, que comenzó hace mucho más que un par de días, cuando decidí involucrarme en la organización sindical A.P.R.O.P.O.L.E.R. Desde ese momento, he sido testigo de la indiferencia y el desdén con el que se nos trata. La Corte Suprema de Justicia se niega a convalidar nuestra existencia como organización, pese a lo que establece nuestra Constitución, y actualmente nuestro caso se encuentra en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Mientras tanto, la Cámara Contencioso Administrativa ha sentenciado que el Estado tiene la obligación de establecer un canal de diálogo para tratar los problemas laborales y salariales de la Policía. A pesar de esto, el Estado sigue incumpliendo con un mandato judicial. Mis reclamos no son caprichos; son derechos fundamentales. Desde lo más básico, como un simple plato de sopa en las frías noches de patrullaje, hasta los chalecos antibalas, pasando por los límites de los horarios de trabajo, las licencias, los abusos, el maltrato, la persecución, y el bienestar en general. Todo esto ha sido parte de una lucha que no se limita a reivindicaciones personales, sino que aboga por una verdadera equidad dentro de un sistema profundamente injusto. Me atrevo a afirmar que estos dirigentes, que ostentan cargos y poder, no tienen ni la más mínima idea de lo que significa caminar con el barro hasta los tobillos o con el agua a la cintura en noches gélidas, donde el frío cala hasta los huesos. No saben lo que es llegar a sus hogares y no encontrar ni una proteína para reponerse tras horas interminables de trabajo, que a lo largo del tiempo derivan en enfermedades crónicas. Yo sí lo sé, porque lo viví. No sigamos el camino del navegante que se deja devorar por el canto de la sirena. Los poderes reales nos quieren disciplinados, obedientes y derrotados. Por el simple hecho de haber enfrentado al poder, he sido denigrado, maltratado, e incluso menospreciado, hasta llegar al extremo de ser subordinado por compañeros a los cuales enseñé a trabajar. A pesar de que mi legajo está lleno de felicitaciones y buenas calificaciones, y de que tengo una larga trayectoria en mi carrera, la política y la justicia han sido cómplices de esta persecución, convirtiéndola en algo más personal. A pesar de todo, y como un mandato de mis convicciones, seguiré trabajando y luchando por la equidad en un sistema que es perverso e injusto. Es fundamental que aquellos que están al frente de la institución dejen sus cómodos despachos y se acerquen a la realidad de lo que viven los policías y penitenciarios de Entre Ríos. Ellos también son responsables de defender a los retirados y las pensiones que nos corresponden. Mi lucha es un compromiso con las futuras generaciones. No busco cambiar la cabeza de nadie, pero es una realidad que no podemos ignorar: quienes tienen la responsabilidad de recuperar lo que nos han quitado, deben entender que la dignidad no se negocia. Es un derecho fundamental que nos corresponde por el simple hecho de ser seres humanos. Alfredo Fabián Basin A.P.R.O.P.O.L.E.R
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