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Parana » Uno
Fecha: 08/08/2025 14:22
En la ciudad de Paraná, Entre Ríos, donde la desigualdad se hace visible en las calles y en los márgenes de la sociedad, una organización trabaja día a día para estar presente donde más se necesita. Suma de Voluntades , una ONG local, sostiene desde hace años una labor silenciosa y profundamente transformadora: acompañar a personas que atraviesan situaciones de extrema vulnerabilidad. Uno de sus principales frentes de trabajo es la entrega diaria de desayuno y merienda en su sede, ubicada en calle Ernesto Bavio 367. Allí, de lunes a viernes, se acercan alrededor de 300 personas en busca de algo caliente para tomar, un plato de comida, abrigo, o simplemente un momento de contención y escucha. Ayuda diaria: Suma de Voluntades necesita colaboración para sostener su actividad Suma de Voluntades (1).jpeg Frente a una demanda que no deja de crecer y a recursos que muchas veces no alcanzan, desde la organización lanzaron un pedido urgente a panaderías, negocios y personas solidarias que puedan colaborar con alimentos o insumos para sostener esta tarea esencial. Camila Lucero dialogó con Diario UNO Camila Lucero, una de las integrantes de la ONG, dialogó con UNO y compartió el estado actual de la situación, las necesidades más urgentes y la importancia de que la comunidad se involucre. —¿Qué significa esta ayuda diaria para quienes la reciben? —En nuestra sede, de lunes a viernes, se brinda tanto el desayuno como la merienda. Por día, alrededor de 300 personas tocan la puerta en busca de alimento, abrigo o escucha por parte de nuestros voluntarios. Creemos que esto no solo representa un alivio económico para ellas, sino también la posibilidad de consumir algo caliente en los días de tanto frío, o hidratarse en los días de extremo calor. Imaginemos el desgaste de cartonear todo el día bajo el sol o dormir a la intemperie. Nuestro abordaje es desde una perspectiva de derechos, no asistencialista. Por eso, no se trata solo de ofrecer un desayuno, una merienda o una muda de ropa, sino también de acompañar en la resolución de distintos problemas y brindar una escucha activa. Es decir, acá estoy para vos, no estás solo. —¿Con qué recursos cuentan actualmente para sostener la actividad? —El recurso para sostener esta actividad es escaso, ya que la demanda es mucha y constante. Por día, se preparan alrededor de 80 jarras, ya sea de leche o alguna infusión. Muchas veces, los mismos voluntarios que atienden la sede se organizan para ir unas horas antes y cocinar, anticipándose a la jornada intensa que les espera. La tarea de atender la puerta conlleva un gran desgaste, porque se trabaja con personas que no la tienen fácil, que atraviesan diversas problemáticas y cargan con historias de vida complejas. Aun así, los voluntarios se toman ese tiempo extra para estar, en un trabajo silencioso, porque saben que ese gesto puede marcar la diferencia para alguien. —¿Cómo puede colaborar una panadería o un negocio? —Pueden colaborar con donaciones, ya sea de materia prima o productos elaborados. Las panaderías, por ejemplo, si al cerrar les queda algo, pueden acercarlo a nuestra sede, que está abierta de 9 a 12 y de 17 a 20. También, pueden aportar su grano de arena teniendo en cuenta que, por la mañana o por la tarde, se reparten alrededor de 150 unidades, ya sean panes o facturas. No es necesario que donen las 150, quizás pueden colaborar con 30 o 50, y para nosotros eso ya es un gran alivio. A lo mejor, en paralelo, otra panadería acerca 50 más y ya tenemos 100. También, se puede colaborar con malteadas, galletitas, o desde otros rubros con donaciones de harina, azúcar, té o yerba. Con eso armamos mate cocido, o muchas veces pasa que nos piden aunque sea un poco de yerba para poder tomar un mate y así sobrellevar la mañana. "Nuestro abordaje es desde una perspectiva de derechos, no asistencialista", aseguró Camila Lucero. "Nuestro abordaje es desde una perspectiva de derechos, no asistencialista", aseguró Camila Lucero. —¿Han tenido apoyo del Estado o de empresas hasta ahora? —Con el Estado tratamos de trabajar de la manera más articulada posible. Nos brindan bolsones de comida, aunque la realidad es que, frente a la demanda que tenemos, no nos resulta suficiente. Por eso, destinamos esos bolsones a las madres que cocinan para nuestros chicos los sábados en los barrios. En cuanto al sector privado, las empresas son un gran alivio para nosotros. Con algunas tenemos convenios, les decimos qué es lo que nos está faltando y, sin dudarlo, nos mandan lo necesario. Muchas veces, cuando realizan eventos, juntan alimentos no perecederos a beneficio nuestro. Por ejemplo, una chica nos contó que en su lugar de trabajo habían vendido unos muebles, y con ese dinero compraron alimentos para donarnos. Son grandes aliados. —¿Qué pasa si no logran conseguir donaciones suficientes? —Cuando no tenemos lo suficiente, muchas veces los mismos voluntarios salen a comprar con su propio dinero. Lo hacen sin dudar, porque saben que hay personas esperando y que un desayuno no puede esperar. Pero claramente, eso no es algo que podamos sostener todo el tiempo. Siempre decimos que en Suma de Voluntades existe la magia, aunque detrás de esa magia hay mucho esfuerzo. Recuerdo lo que pasó en la Navidad de 2023, que cayó un lunes, justo el día de nuestra recorrida nocturna. Ese día diluviaba y aún no teníamos nada. Habíamos hecho campañas por redes, confiábamos en que iba a llegar algo, aunque el tiempo pasaba y estábamos preocupados. De repente, con la lluvia cayendo fuerte, empezó a sonar el timbre sin parar. La gente llegaba con bandejas, con bolsas, con lo que tenía. La ayuda apareció. Salimos, como siempre, porque nosotros no dejamos solos a los demás, y la gente tampoco nos deja solos a nosotros. "El recurso para sostener esta actividad es escaso, ya que la demanda es mucha y constante", remarcó. "El recurso para sostener esta actividad es escaso, ya que la demanda es mucha y constante", remarcó. —¿Cuál es el mayor desafío que enfrentan cada día? —Yo creo que hay muchos desafíos, sin embargo, el mayor de todos es ser unos grandes malabaristas. Ver cómo llegamos con todo, día a día, con la comida para el desayuno y el almuerzo de los dos sábados en los dos barrios, con el desayuno y la merienda de lunes a viernes en la sede, con las cuatro recorridas nocturnas que sostenemos cada semana, con las meriendas para nuestros tres espacios deportivos, que entrenan mínimo dos veces por semana cada uno, y con el desayuno y la merienda de los tres días en los que brindamos apoyo escolar. Además, sostener el compromiso y el bienestar de nuestros voluntarios, que no es algo fácil de sobrellevar. Como dije antes, nos enfrentamos a realidades que nos interpelan hasta lo más profundo.
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