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» Clarin
Fecha: 08/08/2025 10:47
A Cathy y Patrick les encanta contar cómo se conocieron: gracias a un mensaje dejado en una libreta roja, en una cumbre de Suiza. Harta de las aplicaciones de citas, la mujer decidió usar el "Tinder de las montañas". "Era una bella forma de encontrarse", asegura Cathy Rotzetter, de 58 años, durante una reciente caminata por los cerros del cantón de Friburgo, en Suiza. Ella se decidió a dar el paso en octubre del año pasado (2024). Luego de alcanzar la cumbre del Wandflue, a 2.133 metros, escribió sus datos de contacto en un cuaderno rojo que encontró en la cima. Ahora, nueve meses más tarde, está sentada sobre el pasto abrazada a Patrick y la cima del Wandflue completa un escenario idílico. "En el cuaderno anoté que me gustaba caminar tranquila, pero que me gusta una copita después del esfuerzo", dice entre risas. Cathy dejó un mensaje en octubre 2024. Una semana después, Patrick lo vio y la contacto. Foto AFP De la misma edad que Cathy, Patrick recuerda que también subió a la montaña en octubre, pero una semana más tarde. Cuando estaba en la cumbre, le llamó la atención el mensaje de Cathy. Cómo nació el Tinder de las montañas La idea del "Tinder de las montañas" surgió de un momento de soledad en la cumbre del Dent de Broc, otra montaña también de esta misma zona de Suiza y que, desde una altura de 1.829 metros, domina el bello lago de Gruyère. Una apuesta entre amigos hizo el resto. Thibaud Monney es un montañista apasionado de 29 años y cuando contemplaba el espectacular paisaje desde lo alto del Dent de Broc se dio cuenta que quería compartir sus sensaciones con alguien. Sin dudarlo, escribió lo que estaba pensando en un cuaderno con tapa de cuero de los que -por tradición- suele haber en las cumbres del cantón de Friburgo, para que los montañistas dejen ahí su huella. El sistema se expandió a varias montañas suizas y de otros países del mundo. "Subí para la puesta de sol y estaba solo, la próxima seremos dos", escribió Thibaud. Y cuenta que junto a ese mensaje dejó su número de teléfono. Una persona lo contactó. Los colegas de Thibaud, maestro de ebanistería para discapacitados, le dijeron, a modo de broma, que podría dejar varias libretas en las cumbres de las montañas. "Y eso funcionó bien", comentó en una reciente caminata hacia la cumbre de La Vudalla (1.670 m), que ofrece una vista sublime de Gruyère, la región donde se hace el famoso queso. "Varias parejas se formaron gracias a esas libretas", aseguró mientras hojeaba una de estas libretas que colocó al lado del libro de visitantes, ambos protegidos de la intemperie en una taquilla de metal fijada a una gran cruz de madera. Libretas de Suiza al mundo Thibaud colocó libretas en las siete cumbres del cantón de Friburgo, pero la idea tuvo tanto éxito que los cuadernos de amor ya se encuentran en las montañas de toda Suiza y a veces mucho más lejos, hasta en Argentina. Ahora Thibaud se se siente orgulloso cuando oye hablar de parejas que se encontraron gracias a esta iniciativa. "Con frecuencia hay mensajes de agradecimiento por haber creado esto. Cuando alguien encuentra el amor o una amistad gracias a las libretas, es claro que hice feliz a alguien", dice. El cuaderno dejado en la cima de La Vudalla confirma que su sistema está de moda y se llena con rapidez. "Apasionado de montañas, del esquí y la escalada", dice sobriamente uno de los mensajes, junto a otro de alguien que busca un alma gemela que "ame el deporte, el [heavy] metal y las mujeres tatuadas". Una libreta que también tiene "filtros" A diferencia de los algoritmos cada vez más complejos para los encuentros online, el filtro de la libreta roja "es muy simple". "Si uno se contacta con alguien que ha dejado un mensaje, esa persona también alcanzó una cumbre y ama profundamente la naturaleza y las montañas. Ya hay algo en común", explica Thibaud. Cathy Rotzetter coincide. "El amor compartido de la naturaleza es un buen filtro", señala. La elección de las cumbres es también un medio para hacer una primera selección en función de la edad y las capacidades físicas. Aunque La Vudalla es una de las más accesibles, solo los montañistas más aguerridos y de mejor estado físico podrán llegar hasta la libreta roja del Vanil de l'Ecri, a 2.376 metros. Thibaud dejó de lado las plataformas y apps de citas y, con el tiempo, también encontró una pareja. Pero reconoce que fue sin ayuda de las libretas aunque no es del todo cierto. "Ella me vio en televisión" hablar del "Tinder de las montañas", me "contactó" y "ahora soy feliz".
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