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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/08/2025 02:31
Un estudio japonés vincula el gen receptor de andrógenos con el ronroneo, la agresividad y la vocalización en gatos domésticos - (Imagen Ilustrativa Infobae) El viernes 8 de agosto se conmemora el Día Internacional del Gato. Durante el año existen, además, otras dos jornadas dedicadas a celebrar a estos animales: el 20 de febrero y el 29 de octubre. Diversos estudios científicos han analizado su comportamiento, habilidades y la relación que tienen con las personas. En 2025, un trabajo vinculó una variante de un gen con conductas tan reconocibles como el ronroneo, la agresividad y la forma en que los gatos se comunican con los humanos. La respuesta a por qué algunos de estos felinos son más “habladores” o temperamentales comienza a escribirse en su ADN, según estos expertos. El grupo de especialistas japoneses ha logrado rastrear el origen de varias de estas conductas al ADN de los propios felinos. El equipo del Wildlife Research Center de la Universidad de Kioto identificó cómo una variante en el gen del receptor de andrógenos incide en rasgos cotidianos de los gatos domésticos, como el ronroneo, la agresividad y el impulso de vocalizar para llamar la atención. Esta investigación, publicada en PLOS One, marca un avance clave para quienes buscan comprender el enigma tras el característico comportamiento de sus compañeros felinos. La variante genética AR influye en la comunicación y el comportamiento de los gatos, según científicos de la Universidad de Kioto (Imagen Ilustrativa Infobae) El equipo proporcionó indicios sobre la raíz genética de rasgos conocidos en los gatos domésticos, como el ronroneo, la agresividad y la tendencia a la vocalización. El estudio, encabezado por Yume Okamoto, Madoka Hattori y Miho Inoue-Murayama, ofrece nuevas perspectivas para anticipar el comportamiento felino desde el ADN. El análisis se centró en el gen del receptor de andrógenos (AR), reconocido por su relevancia en la respuesta a hormonas como la testosterona, que en otras especies se relaciona de modo directo con la agresividad y la comunicación. Los científicos recopilaron información de 280 gatos domésticos mestizos castrados residentes en hogares de Japón. A partir de un cuestionario extenso, los propietarios evaluaron 23 comportamientos, incluyendo frecuencia y contextos de ronroneo, episodios de vocalización dirigida a humanos y manifestaciones de agresividad frente a extraños. Sobre la secuencia genética, el foco se posó en una región rica en repeticiones del aminoácido glutamina. El número de repeticiones varió entre individuos, generando variantes concretas dentro del gen AR. Según la investigación, se identificaron ocho variantes, clasificadas en dos grandes grupos: alelos “cortos” (con 18 o menos repeticiones) y alelos “largos” (con 19 o más repeticiones). El vínculo entre genotipo y comportamiento aparece de manera clara en los resultados. Los gatos portadores del alelo corto manifestaron una mayor tendencia al ronroneo y la comunicación vocal. Los investigadores detallan: “Los gatos portadores de los alelos cortos presentaron puntuaciones más altas de ‘ronroneo’”. Esta relación se notó especialmente en los machos: “En los machos, los alelos cortos también se asociaron con una mayor frecuencia de vocalizaciones dirigidas, mientras que en las hembras se relacionaron con una mayor agresividad hacia desconocidos”. El alelo corto del gen AR se asocia a mayor ronroneo y vocalización en machos, y a agresividad en hembras - (Imagen Ilustrativa Infobae) Estos hallazgos refutan la idea de que el ronroneo sea un acto enteramente emocional y sugieren en cambio una base genética. Como especifican los autores, el patrón observado responde a cómo las variantes del gen AR modulan las respuestas hormonales en el sistema nervioso, explicando diferencias individuales en la comunicación vocal o la propensión a la agresividad. Diferencias según sexo y origen: machos, hembras y gatos mestizos El análisis de los comportamientos reveló matices notables siguiendo el sexo de los ejemplares y su ascendencia. En los machos, la portación de alelos cortos se asoció al aumento del maullido dirigido y al ronroneo. Por su parte, las hembras con el mismo alelo mostraron un incremento en la agresividad hacia personas desconocidas. Los gatos mestizos analizados, en su mayoría rescatados, exhibieron una variabilidad genética más amplia y mayor prevalencia del alelo corto en comparación con los de raza más homogénea. Según los informes, esta diferencia se puede asociar a la historia de domesticación. Gatos originados en ambientes menos controlados dependen en mayor grado de la vocalización para interactuar y sobrevivir. Por lo tanto, la presencia más alta de alelos cortos en estos ejemplares puede vincularse con su necesidad continua de atraer la atención humana. La domesticación favoreció variantes genéticas que potencian la comunicación vocal y el ronroneo en gatos domésticos – (Imagen Ilustrativa Infobae) Los autores de la publicación compararon el gen AR de los gatos domésticos con el de once especies de felinos salvajes, como linces, leopardos o guepardos. Los análisis demostraron que las versiones más largas del gen (20 a 22 repeticiones) permanecen restringidas a los gatos domésticos. Esto implica un proceso de selección genética ligado a la convivencia con las personas. En especies como el gato pescador o el gato leopardo, estas variantes largas no aparecen. Los investigadores interpretan este hecho como resultado de generaciones de convivencia felina-humana, en las que los animales más comunicativos recibieron mejor cuidado y sobrevivieron con mayor éxito. Así, la domesticación habría potenciado ciertos rasgos de comunicación vocal, favoreciendo el ronroneo como interacción social. Los científicos señalan que “estos resultados tienen aplicaciones potenciales en la mejora del bienestar animal, al permitir predecir tendencias de comportamiento a partir de datos genéticos”. Por ejemplo, un ejemplar con el alelo largo podría mostrar menos vocalizaciones, dificultando que los humanos detecten a tiempo señales de malestar o dolor y exigiendo mayor observación clínica. El análisis genético podría ayudar a predecir el comportamiento felino y mejorar el bienestar animal - (Imagen Ilustrativa Infobae) A pesar de los avances, los investigadores reconocen las limitaciones del trabajo. La muestra se restringió a gatos mestizos japoneses, y la evaluación del comportamiento dependió de cuestionarios subjetivos. Plantean la necesidad de extender estos estudios con observaciones directas y la inclusión de razas puras, además de analizar una diversidad mayor de especies para comprender la evolución del comportamiento felino y su relación con la domesticación.
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