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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 03/08/2025 13:32
Con 60 años recién cumplidos y una vida de trabajo dedicada a la escuela, Luis compartió con El Debate – Pregón sus emociones, recuerdos y reflexiones en este cierre de etapa que lo encuentra rodeado del afecto de toda la comunidad educativa. –Luis, te jubilás. ¿Qué sensaciones te deja este momento tan importante? ¿Cuántos años trabajaste en la escuela? –Trabajé casi 36 años y medio en la escuela, gracias a Dios. La pasé muy bien con toda la gente. Trabajé con muchísimos compañeros, y nunca tuve problemas. La convivencia siempre fue linda. Esta escuela fue como una segunda casa para mí. Treinta años o más en un mismo lugar hacen que uno lo sienta así. –¿Estuviste desde los inicios de la institución? –Ingresé dos días después de que abrió la escuela, cuando el director era Daniel González Rebolledo, que la organizó junto a una señora de apellido Brondi. En ese momento se llamaba Bachillerato Acelerado para Adultos (BAPA). Después, con los cambios educativos, pasó a ser ESJA. –¿En qué año fue eso? –En mayo de 1989. Y desde entonces, pasaron muchísimos docentes, alumnos y compañeros con los que fui construyendo un vínculo. Siempre hubo respeto y compañerismo. Me siento agradecido por eso. –¿Cómo fue convivir tantos años con tanta gente distinta? –No es fácil, pero yo ya venía con algo de experiencia: antes de entrar a la escuela, trabajé casi 12 años en un frigorífico, desde 1984 hasta 1995. Incluso, durante cinco años trabajé en ambos lugares al mismo tiempo. Esa etapa también me enseñó mucho sobre la convivencia en ambientes de trabajo. –¿Qué edad tenés hoy? –Cumplí 60 años el 10 de julio. –¿Y ahora, en esta nueva etapa como jubilado, a qué pensás dedicarte? –Por ahora voy a tomarme el resto del año para descansar y pensar. Gracias a Dios mis tres hijos tienen trabajo. Los dos mayores están acá: uno trabaja en la escuelita de canotaje de la municipalidad y el otro en educación física y el más chico se fue a Nueva Zelanda, aunque si Dios quiere vuelve en diciembre. –¿Cómo viviste esa partida de tu hijo? –Fue duro. Lo acompañé hasta que subió al avión y no lo vi más. Aunque hablamos todo el tiempo por teléfono, no es lo mismo. Ahora estábamos hablando recién. Hace casi un año que se fue, y en diciembre ya vuelve para quedarse. –¿A quién te gustaría agradecer en este cierre de etapa? –Agradezco a todo el personal con el que trabajé a lo largo de estos años. Y especialmente a Osvaldo “Legna” Ibarra, mi compañero de trabajo durante los últimos 15 años. Siempre fuimos muy buenos compañeros, nunca tuvimos una pelea, nada. Nos ayudábamos mutuamente, hacíamos todo juntos. No lo conocía antes, pero cuando lo conocí acá, supe que era una excelente persona. Y eso, construir una buena convivencia, no es fácil. –¿Algo más para cerrar esta charla? –Simplemente, gracias a todos. Son cosas de la vida que van quedando en la historia. Yo me llevo lo mejor de esta escuela y de la gente. Me voy con el corazón lleno.
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