05/08/2025 12:05
05/08/2025 12:04
05/08/2025 12:04
05/08/2025 12:04
05/08/2025 12:02
05/08/2025 12:01
05/08/2025 11:59
05/08/2025 11:58
05/08/2025 11:57
05/08/2025 11:57
» Elterritorio
Fecha: 03/08/2025 08:50
Atendió a su bebé en el hospital local por un resfrío, y hoy está internado en Posadas. El diagnóstico: un inyectable de dipirona inadecuado para menores, que casi lo mata. domingo 03 de agosto de 2025 | 2:00hs. El bebé ingresó a la guardia del Hospital Nivel I de Candelaria el 25 de julio por un resfrío. //Foto: Natalia Guerrero. Ayer Luciano cumplió un año, aunque no lo recibió como generalmente alguien anhela que un chiquito y su familia conmemoren un aniversario. En el hospital de Pediatría de Posadas, “Lucianito” fue intervenido por tercera vez en apenas una semana y permanece allí, bajo recuperación y atención integral. Su situación es crítica. Los médicos concluyeron que sus síntomas -inflamación en una de las piernas, reacciones adversas en la piel y órganos afectados, entre ellos el corazón- son consecuencia de una inyección de dipirona de 0,5 cc que recibió en el Hospital Nivel I de Candelaria el 25 de julio, cuando ingresó a la guardia por un cuadro de resfrío. Según dijeron, fue una dosis inadecuada y un analgésico no apto para un menor de esa edad. Lo que comenzó como una gripe terminó en el período más severo para el chiquito y para su madre Nilda Cabaña (43), que hoy teme por su vida y busca justicia. Ante esto, denunció en la comisaría de Candelaria que lo que ocurrió con su bebé fue mala praxis. Cabaña (43) encabeza la lucha por justicia contra un caso de mala praxis. “Él no es alérgico a nada. En Posadas cuando lo llevé al hospital me dijeron que era muy chiquitito para colocarle el inyectable de dipirona, y más que estaba con las “defensas bajas” porque estaba resfriado”, aclaró la mujer al recalcar que el cuadro se agravó después de haber sido atendido en la guardia de ese centro médico. La exposición policial se hizo el 30 de julio. Ligado a ello, portavoces consultados por El Territorio anticiparon que elevarán una denuncia penal ante el Juzgado de Instrucción Seis de la ciudad capital, contra la médica Ramona Z., que atendió a Lucianito. Sobre la profesional, la madre sospechó que no sería pediatra, lo que podría derivar en investigaciones sumariales internas. Por otro lado, Federico Esquivel, abogado que se presentó para constituirse como querellante en el caso, adelantó a este medio que también presentarán una denuncia al Colegio de Médicos de Misiones. “Mi hijo casi se me va” Todavía con la voz entrecortada, Nilda compartió la angustia que ella y su familia atraviesan. “El miércoles pasé el peor día de mi vida. Me dijeron que mi hijo casi se me va, que estaba bajando los pulsos, su corazoncito estaba parando, estaba dejando de funcionar, ya prácticamente estaba en lo último”, lamentó en una entrevista a Radio Up. Por fortuna, y luego de que le hicieran cirugías de fasciotomías, Luciano mejoró y sus latidos se estabilizaron. “Gracias a Dios ayer (el jueves) me dieron la noticia de que su corazoncito se logró estabilizar y se estaba recuperando después de la cirugía”. El viernes debía ser intervenido nuevamente para determinar qué órganos fueron afectados por esa inyección que, según denunció, casi le costó la vida a Luciano. Sobre esa primera atención en Candelaria, Nilda relató: “Lo llevé porque estaba con un resfrío, le colocaron un inyectable que no le tenían que colocar. Allá me dieron un diagnóstico, que tenía neumonía, y me trasladaron al hospital de Posadas”. Una vez en el centro del Parque de la Salud y tras estudios clínicos de rigor, el equipo le aclaró que lo que Lucianito padecía no era neumonía. “Me volvieron a mandar a Candelaria porque él no presentaba neumonía ni nada. Sí se encontraba resfriado con un poquito de moco, pero ya estaba mejorando, estaba prácticamente bien”, reconoció la madre. Pero el 26 de julio todo empeoró, o así lo recuerda la mujer cuando alertó que una de las piernas del bebé -donde había recibido el inyectable- estaba notablemente inflamada y con manchas. Con preocupación, lo llevó nuevamente al hospital de Candelaria, pero allí “me decían que era normal, pero al segundo día seguía hinchado, decían que era normal, que le ponga un pañito, que se iba a bajar”. El peor día La hinchazón no bajaba y, al contrario, se sumaban más síntomas. Nilda recordó que “el lunes 28 ya nos alarmó, porque empezó a quedar coloradito, la manito se le cambió de color, y urgente lo llevamos a emergencias del hospital”. Allí Luciano fue derivado al hospital de Pediatría Doctor Fernando Barreyro, donde permanece hasta el cierre de esta edición. Lo que le diagnosticaron en Posadas fue un cuadro por demás grave y avisaron a la familia que Lucianito debía ser internado. “Me dijeron que tenían que estudiar lo que él tenía, y ahí me dijeron que fue a causa de la inyección que le dieron que mi hijo estaba así. Comenzó en la piernita y ahí le tuvieron que abrir, el lunes a la noche ya tuvo que ser intervenido”, relató. La urgencia era tal porque, según describió, “se seguía inflamando y haciendo mucha presión, todo avanzaba muy rápido”. Al ser consultada de si su hijo poseía historial médico o padecía alguna enfermedad, la mujer recalcó que “él no presentaba ninguna alergia, ningún antecedente, nada. Desde que nació hasta ese día no tenía nada, se le colocaban sus vacunitas, los controles, todo”. Con esa información, sumado a los estudios previos, en el hospital pediátrico concluyeron que los síntomas se debían a la dipirona aplicada. Piden suspensión de la médica Cabaña se esperanzó porque su hijo “ya está reaccionando un poquito mejor”. Adelantó que, además de nuevos estudios médicos para conocer “qué órgano fue el que se dañó”, deberá someterse a una cuarta cirugía para reconstruir las placas dañadas en las piernas, según le explicaron en el nosocomio. Sobre si tales síntomas podrían deberse a una reacción alérgica, Nilda subrayó sin dudar: “Fue el efecto de la dipirona. Eso me dijeron acá cuando llegué, esa vacuna para los chiquitos menores de un año es muy fuerte”. Aún en medio de la conmoción y el desgaste que implica la alerta constante a los pronósticos médicos, la mujer anhela que la Justicia intervenga y que suspendan a la médica denunciada. Señaló que “que no puedo involucrar a todo el hospital, porque mi otro hijo se atiende y hay especialistas que son muy buenos. Pero esto fue una mala praxis”. “De última, si no había pediatra en emergencias por qué no me derivaban con la ambulancia a Posadas”, cuestionó.
Ver noticia original