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  • Elon Musk, entre Trump y Xi Jinping

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 03/08/2025 04:32

    Elon Musk El conflicto entre Donald Trump y Elon Musk comienza a generar consecuencias políticas, aunque todavía no irreversibles. El argumento de quienes apoyan al presidente sin límites es que el empresario tecnológico tiene una mejor relación con China que Trump y que esto puede acentuarse. De acuerdo a esta visión, los buenos vínculos de Musk con Xi Jinping surgen durante el periodo de Joe Biden. En 2021, en redes sociales, Musk elogió el programa espacial chino, su sistema de transporte, la cultura del trabajo y destacó a la mano de obra china respecto a la estadounidense por su mayor disciplina. La planta más grande de Tesla -la empresa más importante de Musk en el ámbito automotriz- está instalada en Shanghai y fue inaugurada en 2019. De allí provienen cerca de la mitad de sus exportaciones del rubro. Según los críticos del actual enemigo de Trump, él ha recibido préstamos de bancos públicos chinos y firmó contratos para crear la primera estación de almacenamiento de energía a gran escala, la que estará ubicada en las proximidades de la mencionada planta de Tesla. El empresario se reunió personalmente con Xi varias veces antes de que Trump ganara por segunda vez. Pero en última instancia, esta relación entre Xi y Musk no es muy distinta de la que pretendía tener Trump con el presidente chino, la que se frustró por la guerra comercial y las diferencias -pero no choques o enfrentamientos- en los conflictos militares de impacto global. La relación entre Musk y China tiene más de un antecedente en años recientes. Como se dijo, la única empresa automotriz extranjera de envergadura que opera en China es Tesla. En el enfrentamiento entre Trump y Musk, la opinión pública china, a través de redes sociales, tomó posición a favor del segundo y la ruptura entre ellos fue tendencia en la red social china Weibo. Sus usuarios hicieron trascender una mayor valoración positiva respecto a Musk por su “mentalidad impulsada por la tecnología”. Donald Trump y Xi Jinping Frente al proyecto expresado por el dueño de Tesla de crear una tercera fuerza política en Estados Unidos, denominada “Partido América”, esta decisión fue elogiada por los usuarios chinos de redes sociales, con mensajes como “Hermano Musk, tienes más de mil millones de personas de este lado que te respaldan”. Queda planteada la hipótesis de que Musk haya alentado este tipo de reacciones. Cuando se produce la ruptura entre el entonces director de DOGE -la repartición estatal encargada de reducir la administración pública- y el presidente estadounidense, Putin calificó de “interesante” a Musk por su visión tecnológica e innovadora. Pero su relación con el líder ruso viene de años atrás y en realidad se interrumpió con la guerra de Ucrania. El vínculo con Putin no es muy distinto al que Trump pensaba tener hasta hace algunos meses. Cabe recordar también las visitas de Musk a Turquía para reunirse con Erdogan y a Brasil para hacerlo con Bolsonaro. Las hizo durante el gobierno de Biden, cuando todavía no estaba embarcado en la campaña electoral de Trump. El empresario coincidía con la estrategia global del actual presidente estadounidense de buscar relaciones con los líderes de influencia global, sin dar prioridad a los organismos internacionales. Pero en el ámbito específico de la carrera espacial todavía no se ha producido una ruptura, aunque sí hay acciones dirigidas a desprestigiar a Musk. Hasta ahora, el empresario ha continuado recibiendo los fondos de los contratos que tiene vigentes con la NASA. Estos le aseguran un lugar privilegiado en los planes y estrategias para la futura ocupación de la Luna y Marte. Trump envió al Congreso un presupuesto que reduce un 25% los fondos asignados a la agencia espacial estadounidense (el monto reducido pasará a ser tercerizado). Ninguna empresa abocada al ámbito espacial está en condiciones financieras y tecnológicas de manejar esta parte del plan espacial estadounidense. Cabe señalar además que el empresario terminó de obtener las autorizaciones para la instalación de su ciudad, llamada Starbase, ubicada en Boca Chica (Condado de Cameron, Texas). Allí estará una base de lanzamiento privada para los cohetes de SpaceX. Pero se mantienen las dudas sobre cómo seguirá en el futuro la relación entre Trump y Musk, la que puede afectar el objetivo geopolítico más importante de Estados Unidos en el largo plazo, que es ser el primer país en llegar a Marte. Pero en julio Musk recibió un ataque originado en los círculos de Trump: se recordó, a través de un cable de la Agencia Reuters que en septiembre de 2022, a seis meses de iniciada la invasión rusa a Ucrania, los satélites de Starlink -otra de las empresas de Musk- sin razón aparente suspendieron sus servicios en la zona de Ucrania, que desde el primer día de la guerra los utilizaban, lo que sigue teniendo lugar hasta hoy. Esta denuncia periodística sostiene que los satélites de Musk habían suspendido su actividad a favor de Rusia durante un breve tiempo para dificultar una operación clave de las fuerzas ucranianas. La decisión habría sido tomada personalmente por Musk y habría tenido efecto sobre la capacidad operacional de las fuerzas de Ucrania desplegadas entonces en el sur del país. La interrupción afectó a más de cien terminales activas en zonas como Jersón y Berislav. Fuentes vinculadas a Starlink y al entorno de Musk aseguraron que dicha desconexión se produjo para evitar una escalada nuclear por parte de Moscú y fue adoptada tras una preocupación compartida entre el gobierno estadounidense y el empresario, cuyas comunicaciones aumentaron en esos días. Según jefes militares ucranianos, el cerco de las fuerzas rusas en Berislav no pudo completarse debido a la pérdida de comunicación. De acuerdo a oficiales ucranianos, varias misiones de drones fueron pospuestas y otras se ejecutaron sin video en tiempo real, reduciendo fuertemente su efectividad táctica. Cabe señalar que desde comienzos de la invasión a Ucrania, ésta adoptó masivamente a Starlink como su principal medio de conectividad satelital. Más de cincuenta mil terminales fueron distribuidas y donadas por SpaceX a Estados Unidos, Polonia, Alemania y otros aliados internacionales de Kiev. Esta infraestructura fue clave para mantener energía, comunicaciones gubernamentales, atención médica, telecomunicaciones y operaciones digitales. Pero esta denuncia plantea los riesgos que implica la participación de actores del sector privado en los conflictos bélicos entre estados. En varios países aliados de Washington, como Taiwán o Italia, se plantearon debates sobre el tema.

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