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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/08/2025 02:34
Las fabulas de monstruos marinos también son parte de esta leyenda “No existen pruebas que indiquen que las desapariciones misteriosas sean más comunes en el Triángulo de las Bermudas que en otras áreas extensas y transitadas del océano”, aseguró el divulgador científico australiano Karl Kruszelnicki. Con esta afirmación, buscó desestimar todo tipo de especulaciones sobre esa zona del Atlántico, asegurando que no tiene nada de especial, ni relación alguna con cuestiones sobrenaturales, extraterrestres o ciudades perdidas. Pese a ello, hay quienes siguen alimentando las más diversas leyendas y teorías: que en las noches de tormenta, los espíritus de los marineros perdidos se manifiestan como luces extrañas que danzan sobre el agua, como si intentaran señalar su último rumbo. Historias como esta nutren desde hace décadas el misterio que atraviesa generaciones, envolviendo en sombras peligrosas una región donde barcos y aviones parecen esfumarse sin dejar rastro. Enclavado entre Miami, las islas Bermudas y Puerto Rico, este triángulo imaginario abarca más de 1 millón de kilómetros cuadrados. Desde 1964 lleva nombre y desde mediados del siglo XX es asociado con desapariciones inexplicables que desataron una oleada de teorías absurdas y especulaciones, incluso las fábulas de monstruos marinos son parte de esta leyenda. Este fenómeno, más que un simple accidente geográfico, se convirtió en un símbolo de lo desconocido: un espacio donde lo racional se entrelaza con lo fantástico. Y mientras la ciencia intenta explicar cada desaparición, la leyenda persiste, como si el propio océano se negara a revelar todos sus secretos. TBM Avenger volando en formación (Comando de Historia y Patrimonio Naval de Estados Unidos) El nacimiento del gran misterio —No sé dónde estamos. Creo que nos perdimos luego del último giro —avisó el piloto Edward Powers por radio. —Estoy intentando localizar Fort Lauderdale. Estoy sobrevolando tierra, estoy seguro de que estamos sobre los Cayos, pero no sé cuánto nos hemos desviado hacia el sur. No soy capaz de llegar a Fort Lauderdale —respondió el teniente Charles Taylor. Era el 5 de diciembre de 1945. A las 14:10, cinco bombarderos Grumman TBF Avenger de la Marina de los Estados Unidos, conocidos como el Vuelo 19, despegaron desde la base aérea de Fort Lauderdale, en Florida, para realizar una misión rutinaria de entrenamiento sobre el Atlántico. Debían lanzar bombas sobre un arrecife y regresar. La tarde era despejada, sin mal tiempo a la vista, y la tripulación estaba compuesta por 14 hombres, casi todos novatos, bajo las órdenes de Taylor, un piloto experimentado en combate pero con escasa familiaridad con esa zona marítima. Ubicación geográfica del Triangulo de las Bermudas Luego de completar el ejercicio, durante el regreso, comenzaron a surgir problemas: los pilotos reportaron fallos en las brújulas, confusión con el paisaje costero y dificultades para identificar su ubicación. A las 15:40, comenzaron las transmisiones erráticas entre Taylor y otros pilotos. A las 16:45, Taylor ordenó un rumbo insólito: 030 grados durante 45 minutos, que los alejaba aún más de tierra. Los pilotos dudaron, pero lo siguieron. A las 17:24, volvió a cambiar el rumbo y declaró: “Volaremos rumbo 270 grados hasta que encontremos tierra o nos quedemos sin combustible”. Poco después se desdijo: “Lo que debemos hacer es dar la vuelta y volar con rumbo este otra vez”. La última transmisión registrada fue a las 18:20: “Vamos a juntarnos todos lo más cerca que podamos. Lo más probable es que tengamos que intentar un amerizaje. Cuando el primer avión se quede por debajo de los 10 galones (37 mil litros) de combustible, nos vamos todos abajo”. Nunca más se volvió a tener contacto con ellos. Una hora más tarde, cuando ni el cálculo más optimista indicaba que los Avenger aún volaban, se inició una operación de rescate con el hidroavión Martin PBM Mariner, conocido como “tanque de gasolina volador” por su alta inflamabilidad. Pero también desapareció con 13 tripulantes a bordo. En total, murieron 27 personas y nunca se encontraron los restos que pudieran determinar qué pasó ni señales del accidente... Imagen conceptual del misterio que rodea a El Triángulo de las Bermudas y sus leyendas sobre las desapariciones por fuerzas sobrenaturales Esas extrañas desapariciones marcaron el inicio de una leyenda. Aunque ya circulaban relatos sobre otras desapariciones en esa zona, el caso de los aviones encendió el interés mediático y dio forma al mito. En 1950, el periodista Edward Van Winkle Jones contó en el Miami Herald sobre ésos fenómenos ocurridos cerca de las Bahamas. Dos años después, la revista Fate publicó un informe de George X. Sand con tintes paranormales. Pero recién en 1964 surgió el término inmortal: Triángulo de las Bermudas. Fue el periodista Vincent Gaddis quien lo usó en una nota que escribió para la revista Argosy. Un año después publicó el libro Horizontes invisibles, donde dedicó un capítulo al “mortal Triángulo”. Pero el fenómeno ganó fama definitiva en todo el mundo en 1974 con el libro El Triángulo de las Bermudas, de Charles Berlitz. Mezcló hechos reales con ciencia ficción, exageraciones y datos sin verificar, y se convirtió en un éxito editorial. Todo el mundo creía que había un lugar siniestro en el Atlántico donde barcos y aviones desaparecían sin dejar rastro. La goleta Carroll A. Deering, vista desde el buque faro Cape Lookout el 29 de enero de 1921, dos días antes de ser hallada encallada y abandonada frente a las costas de Carolina del Norte (Guardacostas de EE. UU.) Otras desapariciones y sus posibles explicaciones El Vuelo 19 es el caso más citado, pero no el único. El 4 de marzo de 1918, el buque de abastecimiento militar, de la Marina de los Estados Unidos, el USS Cyclops, con 309 personas a bordo, zarpó de Barbados rumbo a Baltimore y desapareció en esa zona sin dejar rastro. En enero de 1921, el Carroll A. Deering, un buque de vela de cinco mástiles, fue hallado encallado y abandonado en Diamond Shoals, cerca del Cabo Hatteras, Carolina del Norte. No había señales de su tripulación. Este caso alimentó teorías sobre piratas, vinculadas al contrabando de alcohol durante la época de la prohibición. Algo similar ocurrió con el avión británico Star Tiger en 1948, o el carguero Marine Sulphur Queen, que se perdió en 1963 con una carga de azufre a bordo. Las teorías que buscan poner razón a estas desapariciones van desde lo científico hasta lo fantástico: portales interdimensionales, abducciones extraterrestres, campos magnéticos anómalos o la mítica Atlántida. Los científicos apuntan a la corriente del Golfo, que es capaz de borrar restos en minutos, pero también hablan de tormentas tropicales repentinas, errores humanos, fallas técnicas y particularidades geográficas como la Fosa de Puerto Rico, de más de 8.000 metros de profundidad. En los años 70, surgió la hipótesis de liberaciones de gas metano que podrían hundir barcos de forma abrupta, aunque no se comprobó su incidencia real en la zona. En 1975, el investigador Lawrence Kusche publicó El misterio del Triángulo de las Bermudas: resuelto, donde desmontó muchos casos, revelando que varias desapariciones ni siquiera ocurrieron dentro del “triángulo”. Desde hace décadas, hay quienes vinculan el Triángulo de las Bermudas con la leyenda de la Atlántida (Freepik) Aun así, el mito persiste. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) reiteró que la región no es más peligrosa que otras zonas de tráfico marítimo o aéreo. “El océano siempre ha sido un lugar misterioso para los humanos, y cuando hay mal tiempo o mala navegación, puede ser un lugar muy peligroso. Esto ocurre en todo el mundo. No hay evidencia de que las desapariciones misteriosas ocurran con mayor frecuencia en el Triángulo de las Bermudas que en cualquier otra zona extensa y transitada del océano”, determinó. Aún así, el nombre “Triángulo de las Bermudas” ya había hecho su trabajo. Hasta el momento, en esa zona se esfumaron misteriosamente al menos 40 aeronaves y casi 100 barcos. El último fue el 16 de mayo de 2017, cuando se perdieron un matrimonio y sus dos hijas, de 4 y 10 años. Según informó entonces la cadena ABC News, la Guardia Costera de Estados Unidos “perdió contacto con un avión bimotor que volaba sobre el Triángulo de las Bermudas con un matrimonio y sus dos hijos a bordo”. La aeronave, que había partido de Puerto Rico rumbo a Florida, desapareció cerca de la isla de Eleuthera, a más de 7.000 metros de altura. Las condiciones meteorológicas eran normales. El piloto profesional, Nathan Ulrich, y su esposa, Jennifer Blumin, dueña del avión. Ambos vivían en Nueva York. El caso reavivó el misterio en torno a la zona. Aunque es el más nombrado, no está solo: el Triángulo del Dragón, en Japón, también conocido como el “triángulo de la muerte”, está ubicado en el mar del Diablo. El Triángulo de Alaska, también acumula relatos de desapariciones inexplicables. Está ubicado al este del lago Ontario, entre Estados Unidos y Canadá.
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