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» LaVozdeMisiones
Fecha: 01/08/2025 23:31
El subsecretario de la Memoria, del Ministerio de Derechos Humanos de la provincia, Augusto Cacho Speratti, repudió el posteo del Falcon verde de la dictadura de la docente y concejal electa de La Libertad Avanza (LLA) en Montecarlo, Patricia Buckmayer. “La verdad que es terrible lo que ha acontecido esta semana con la docente, concejal electa de LLA en Montecarlo”, afirmó Speratti, entrevistado por los periodistas Eduardo Pérez y Sergio Fernández, en el streaming HDP. “Hay que ponerles freno a estos temas, porque, así como vienen, nos van a llevar puestos a todos”, apuntó y disparó: “Qué se puede esperar de la educación si tenemos docentes de esta calamidad, qué se puede esperar de los jóvenes de las nuevas generaciones”. “Lo que ha acontecido es despreciable; no podemos dejar pasar estas cosas”, opinó Speratti y celebró el repudio unánime de los concejales de Montecarlo y la decisión del Consejo General de Educación (CGE) de la provincia, de abrir un sumario y separar del cargo docente a Buckmayer. Speratti, quien también tiene un pasado como preso político de la dictadura, afirmó que la publicación de la maestra libertaria de Montecarlo en su cuenta de Facebook, remite “a una historia reciente de nuestro país, de mucho sufrimiento”. “Muchos argentinos hemos pasado por esta situación, muchos compañeros que nos han llevado en estos Falcon, que no es cualquier Falcon, es el Falcon verde que pertenecía a los grupos de tareas y que representa el terror; y nos devuelve a esos momentos terribles de compañeros secuestrados, torturados, desaparecidos”, argumentó. “Nosotros nunca buscamos venganza y cuando denunciamos, fuimos a la Justicia”, señaló Speratti y distinguió: “Los represores, los asesinos, tuvieron todas las garantías que no les dieron a los 30.000 compañeros que hicieron desaparecer”. Sobre los argumentos de Buckmayer, que justificó su publicación en el derecho a la libre expresión consagrado en la Constitución Nacional, el funcionario advirtió que “la libertad de expresión conlleva responsabilidad, y ella, como docente, tiene una responsabilidad grande, no puede pasarse de ciertos límites”. En la parrilla En otro segmento de la entrevista, Speratti relató el vía crucis que le tocó vivir a los 19 años, cuando en octubre de 1976, fue secuestrado en Posadas por un grupo de tareas de la dictadura y llevado, a bordo del Falcon favorito de Buckmayer, al Departamento de Identificaciones de la Policía de Misiones, donde fue salvajemente torturado día y noche. “Yo estudiaba e el Colegio Nacional Manuel Belgrano, iba a la nocturna y participaba de la UES”, contó, sobre su militancia juvenil en la agrupación política peronista, que se hizo célebre con la película de 1986, La Noche de los Lápices, del cineasta Héctor Olivera, que narra la historia de siete estudiantes de La Plata, secuestrados y torturados. “Me llevaron esposado y vendado al Departamento de Informaciones de la Policía de Misiones; ahí estaban un montón de compañeros en la misma condición”, rememoró. Dijo que en el edificio de Buenos Aires y Santiago del Estero estuvo unos 20 días y que allí fue golpeado y picaneado hasta quedar exhausto, tirado en el piso de una oficina, sintiéndose morir. “Me acostaban en esos escritorios metálicos antiguos y me metían electricidad”, relató. Agregó que una madrugada lo trasladaron a la casita del ex Rowing, ubicada en la boca del arroyo Zaimán, que funcionó como Centro Clandestino de Detención, en una zona hoy inundada por el embalse de Yacyretá. “En esa casa, me colgaron junto a otro compañero”, contó Speratti y, enseguida, recreó en cámara el siniestro mecanismo utilizado por sus captores: “Era como una balanza, nos ataban de las muñecas y nos colgaban hasta las puntas de los pies”, contó. Explicó que el dispositivo obligaba a él y el otro preso a intentar mantenerse todo el tiempo de pie, y mostró las secuelas físicas que lleva como un recordatorio de aquel horror. “Todavía tengo las cicatrices”, dijo Speratti, levantándose las mangas del abrigo para mostrar sus muñecas. Relató que estuvo colgado varios días y que cuando lo bajaron había perdido por completo la sensibilidad en sus brazos. “Me bajaron y me llevaron directamente a la parrilla eléctrica, que era una cama antigua; me acostaron sobre el elástico y me aplicaron electricidad”, recordó. Speratti estuvo tres meses como desaparecido, hasta que lo blanquearon y lo trasladaron, primero al penal de Candelaria y, luego a la cárcel de Resistencia. En su relato, Speratti recordó a varias víctimas de la dictadura que hasta el día de hoy permanecen desaparecidos, como el docente Juan Figueredo y el ingeniero químico Alfredo González. Y en el final, Speratti volvió al posteo de Buckmayer y remarcó la paradoja de que provenga de una maestra de Montecarlo, una ciudad que “tiene una historia de compañeros presos y torturados”. “Sin embargo, aparece esta mujer”, lamentó y afirmó: “La repudiamos como sobrevivientes, como personas; esto va más allá de nuestra condición de funcionarios”.
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