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  • No quiero hablar de Cúneo Libarona

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 01/08/2025 17:40

    Me niego a hablar del escandalete de Cúneo Libarona. No quiero. No acepto que tengamos que discutir el video en el que aparece ofreciendo contactos con periodistas (“Rolando”1), jueces, universidades y legisladores para lavarle la cara al ex agente de inteligencia Tim Ballard, el gringo acusado de una veintena de casos de abuso sexual a mujeres que colaboraban con su supuesta ONG contra la pedofilia y la trata de personas. ¿Por qué tenemos que hablar de este aspecto nimio de la historia personal de este señor? Es como que me digas “hoy vamos a hablar del día en que Jorge Rafael Videla pasó un semáforo en rojo”. A mí me decís “Cúneo Libarona” y yo de lo que quiero hablar, no hoy, no esta semana, sino desde el 10 de diciembre de 2023, es de por qué carajos a un montón de gente le parece aceptable que sea ministro de Justicia de mi país. Porque, seamos serios, lo de Ballard es posiblemente lo menos grave que hizo Mariano Cúneo Libarona desde su nacimiento hasta hoy. Tim Ballard es un ex Homeland Security que hizo una exitosa película sobre su vida rescatando niños de redes de trata de personas en la selva colombiana y que, a partir de ahí, se dedicó a vender esos servicios en distintos países, en especial de América Latina, a través de la organización “sin fines de lucro” Operation Underground Railroad, vinculada a los servicios de inteligencia y la ultraderecha estadounidenses. ¿Por qué las comillas en “sin fines de lucro”? Porque, según explicó Mike Baker en una nota del New York Times del 9 de septiembre del año pasado, para 2020 la organización de Ballard recaudaba $50 millones de dólares anuales en donaciones impulsadas por sus contactos con la derecha trumpista y mediática de los Estados Unidos. Pero el pretenso héroe hollywoodense no era lo que parecía. Ballard tiene una veintena de denuncias de mujeres por grooming, hostigamiento y acoso sexual. El cazafantasmas que llegó a ser asesor de Donald Trump y que, según dicen, estuvo detrás de la rarísima denuncia de la periodista Viviana Canosa a conocidos personajes de la farándula vernácula por supuesta pedofilia, terminó echado de su organización. Según las denuncias, abusaba de mujeres que querían ayudar a víctimas de trata, forzándolas a mantener relaciones sexuales en el contexto de tareas encubiertas en salas de explotación sexual vulgarmente conocidas como “clubes de strippers”, “burdeles” o “salas de masajes”. A Ballard lo hicieron renunciar a Operation Underground Railroad en junio de 2023, cuando empezaron las denuncias. En septiembre de ese mismo año, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que hasta entonces lo bancaba tanto que lo dejaba aparecer en el escenario con sus “apóstoles” (no me preguntes; yo tampoco entiendo qué son los apóstoles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), denunció sus actividades como “moralmente inaceptables”. O sea, en Estados Unidos todo el mundo sabe que Ballard es un fiasco y muy probablemente un depredador sexual desde hace dos años, es decir, desde antes que Javier Milei fuera Presidente. Y, sin embargo, el 22 de febrero de 2025, Milei se reunió con Ballard en el rejunte de derechosos trumpistas de la CPAC en Washington y se lo trajo con él a la Argentina para participar de un operativo de la federal en Mar del Plata. ¿En carácter de qué? Eso es lo que yo les preguntaría a los apóstoles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ¿No se enteró de ese procedimiento de una fuerza de seguridad a su cargo la licenciada Patricia Bullrich? Eso también fue un poco raro, porque dos meses después, en abril, ante una acusación de Canosa diciendo que Ballard tenía información del caso Loan2 y que el Ministerio de Seguridad no le daba bola, Bullrich dio una entrevista explicando con todas las letras quién era Ballard y por qué le había sugerido al Presidente no recibirlo luego de una supuesta foto “casual” en la CPAC de Washington. Raaaari. Porque después de la foto casual el hombre viajó a la Argentina, según él, con Milei y su equipo. Y porque el diario La Capital publicó que, efectivamente, participó de un procedimiento con fuerzas policiales a cargo de Bullrich. En ese contexto, Ballard se reunió con Cúneo Libarona. Lo mostró el periodista Mauro Federico en el programa de TV “Argenzuela”, que conduce Jorge Rial. Lo presentaron como una suerte de “cámara oculta”, pero la verdad es que de oculta no tuvo nada. Cúneo le dice a Ballard que hizo un proyecto de ley inspirado en su película y que se lo va a mandar a una abogada del gringo para que lo revise. También le ofrece ayuda para cambiar “ese malentendido que hubo en nuestro país”. Se debe referir al día en que, con dos años de demora, la licenciada Bullrich se enteró de que el tipo tenía 23 causas de abuso sexual. ¿Y qué ayuda le ofrece? Medios, legisladores, universidades, jueces. Te siento con todos, le dice. Y menciona al tal Rolando que nadie nunca jamás podría imaginar quién es. Voy rápido con lo que veo acá porque, como te dije, quiero hablar de lo que yo quiero hablar. No veo una cámara oculta. Veo una filmación consentida. O sea, a Cúneo lo cagaron desde adentro. ¿Quién? Si me preguntás a mí, posiblemente la gente de Santiago Caputo. ¿Por qué? Porque a Cúneo lo trajeron sus archienemigos (los Menem), porque el segundo del ministerio, Sebastián Amerio, es hombre de él (de Caputo) y porque Amerio es el verdadero gestor del despacho y hace rato se quiere sacar de encima al ministro. Dicen que lo único que hace Libarona es llenar de negocios a su estudio jurídico resolviendo problemitas penales. Parece que le va bien. Y eso que en Comodoro Py nunca lo quisieron. Es que el muchacho de la papa en la boca siempre ha sido un bocón como el que se ve en el video con Ballard. Se le da fácil lo de sobregirar que ya tiene todo cocinado con tal o cual personaje judicial. Y eso, al Club, nunca le ha gustado. En cuanto a si veo posibles delitos, etc., la verdad es que no. ¿Qué hay? No veo dinero, no veo contratos, no veo beneficios para sí o para terceros. A lo sumo hay alguna boludez de violación ética que le chupa tres huevos a todo el planeta y que no puede ejecutarse porque no hay organismos de control ni sanciones. Nada. O sea, sí, re grave para mí, pero nada. Venimos de lugares mucho peores sin consecuencias, chicos. Báez, Avianca, Aranguren, no sé. Boludeces no. Que lo hagan renunciar es otro asunto. Pero a no confundir: sería un asunto político, no jurídico. Si esta pelotudez fuera razón suficiente para hacer caer al ministro, entonces su prontuario moral y judicial debería haber sobrado por 400 pueblos para que jamás fuese ministro. Ahora sí, explíquenme, amiguitos, ¿en qué cabecita cabe siquiera como posibilidad el pensamiento que dice que Mariano Cúneo Libarona es ministro de Justicia? ¿No vive en este país la gente que mira para otro lado mientras esto ocurre ante sus ojos? ¿No fue a la escuela? ¿No leyó un diario? ¿No vio a Guinzburg al menos, o a Tato? Y ni siquiera me refiero a los clientes del señor, eh. Que dicen mucho de un abogado, claro. Y este señor eligió, por ejemplo, defender al principal narco de la provincia de Buenos Aires Mameluco Villalba, al rey de la efedrina Mario Segovia y al violador ex gobernador de Tucumán José Alperovich. Pero ni te hablo de eso. Porque con todo lo demás sobra. ¿No lo saben? ¿No saben los aplaudidores del Gobierno que Lourdes Di Natale, la esposa del ministro, madre de su hija y secretaria del cuñado de Menem y asesor presidencial Emir Yoma y del secretario privado del Presidente Ramón Hernández, se cayó por un balcón de un décimo piso en 2003 amenazada de muerte luego de haber denunciado al propio Cúneo Libarona por violencia de género en 11 oportunidades y a Yoma, cliente del señor, por la causa armas? ¿No lo saben? Yo todavía estoy esperando los documentos que ella decía tener en una caja fuerte. Se deben haber perdido. ¿No saben tampoco los habitantes de este bendito país que Mariano Cúneo Libarona estuvo preso en la causa AMIA por intentar extorsionar ("amenazar”, dijo luego la Justicia, guiño guiño) al ex juez Juan José Galeano junto a su cliente, el ex comisario Juan José Ribelli, usando un video de conversaciones de Galeano con el primer acusado de la causa, Carlos Telleldín, que se robaron de la caja fuerte del juzgado? ¿Los que se solazan con las imágenes de Milei en el Muro de los Lamentos no recuerdan, acaso, quién es Cúneo Libarona? ¿Cómo podemos llamar a este pedazo de tierra Pueblo o Nación si olvidamos deliberadamente cuando nos conviene, si miramos para otro lado, si fingimos demencia cuando este infame se hace presente con el traje de ministro de Justicia de este país en el acto por los 31 años del atentado a la AMIA? ¿Cómo es que nadie lo puteó? ¿Cómo? Necesito que alguien me lo explique. Porque, lo que es yo, estoy convencida de que estamos todos SPOILER ALERT muertos como en Lost y que vamos a mirar seis temporadas al pedo. Así que no, no me pidan que hablemos del videito boludo con el que nos quiere indignar Santi Caputo mientras hace un año y medio tengo que vivir en un país que hizo ministro de Justicia al sobrio doctor Mariano Cúneo Libarona.

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