Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • El FMI estimó que el consumo energético de Bitcoin a nivel global iguala al de la Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/08/2025 14:31

    FOTO DE ARCHIVO: Representaciones de la criptomoneda bitcóin en esta ilustración tomada el 25 de noviembre de 2024. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo El consumo energético de Bitcoin, que iguala al de Argentina, ilustra una paradoja central en la medición económica contemporánea: pese a su impacto tangible, este tipo de criptoactivo no figura en el producto interno bruto (PIB) porque no genera bienes ni servicios tradicionales. Esta omisión, que hasta ahora ha dejado fuera de las cuentas nacionales a una parte creciente de la economía digital, será corregida con la actualización del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), que por primera vez clasifica ciertos criptoactivos como parte de la riqueza nacional. Así lo detalla un informe firmado por Vladimir Klyuev y James Tebrake para el Fondo Monetario Internacional (FMI). La noticia principal reside en la aprobación unánime, en marzo, por parte de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas, de la sexta revisión del SCN, el estándar global que define cómo los países miden la actividad económica. Esta actualización, la primera desde 2008, incorpora de manera explícita los avances tecnológicos, los servicios digitales y los activos intangibles, adaptando la contabilidad nacional a una economía transformada por la digitalización y la innovación financiera. Según el informe del FMI, la revisión responde a la necesidad de que las estadísticas económicas reflejen con mayor precisión la realidad de un mundo donde la tecnología y los modelos de negocio evolucionan a un ritmo acelerado. El consumo energético de Bitcoin, que iguala al de Argentina, ilustra una paradoja central en la medición económica contemporánea El proceso de actualización del SCN ha sido coordinado por el FMI, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El objetivo es dotar a los gobiernos de herramientas estadísticas que permitan tomar decisiones informadas sobre crecimiento, empleo e inversión. La precisión de estos datos resulta esencial para evitar que bancos centrales y ministerios de finanzas diseñen políticas monetarias o fiscales basadas en información incompleta o desactualizada, lo que podría tener consecuencias negativas para la estabilidad económica. Uno de los ejes de la reforma es la digitalización. A pesar de la proliferación de tecnologías digitales, el crecimiento de la productividad reportado en muchas economías avanzadas ha sido modesto. Investigadores citados por el FMI sugieren que esta aparente contradicción podría deberse, en parte, a deficiencias en la medición de la actividad digital. El nuevo SCN aborda este desafío al recomendar que los países desarrollen indicadores específicos para áreas como inteligencia artificial, computación en la nube, plataformas de intermediación digital y comercio electrónico. Además, el marco actualizado introduce una definición operativa de inteligencia artificial para su inclusión en las cuentas nacionales, lo que permitirá hacer visible su peso económico. La inclusión de los criptoactivos representa uno de los aspectos más complejos y novedosos de la revisión. Aunque el peso de estos activos en el total global es aún reducido, su potencial para afectar la estabilidad financiera, la política fiscal y la regulación es considerable. El informe del FMI destaca que los estadísticos han logrado clasificar ciertos criptoactivos como “activos no producidos no financieros”, lo que permite reflejarlos en la riqueza nacional. Esta innovación busca anticipar futuros desarrollos y garantizar que los estándares estadísticos sigan siendo relevantes. El SCN actualizado también responde a las lecciones de la crisis financiera global, proponiendo métodos para captar mejor los riesgos y vulnerabilidades del sistema financiero. A medida que la innovación financiera se acelera y las instituciones no bancarias adquieren mayor protagonismo, los riesgos se diversifican y complejizan. Por ello, el nuevo marco exige desgloses más detallados de activos y pasivos financieros, tanto por tipo de instrumento como por subsector institucional. Aunque el peso de estos activos en el total global es aún reducido, su potencial para afectar la estabilidad financiera, la política fiscal y la regulación es considerable (REUTERS) Otra mejora significativa es la capacidad del SCN para reflejar con mayor fidelidad la producción y distribución de ingresos de las grandes corporaciones multinacionales. Muchas de estas empresas externalizan la manufactura, pero mantienen el control sobre el diseño, la marca y la propiedad intelectual. El nuevo enfoque, alineado con las revisiones del Manual de Balanza de Pagos (BPM), asegura la coherencia en el registro de transacciones transfronterizas y cadenas globales de valor. El informe subraya que esta armonización facilita el acceso y la utilidad de los datos económicos, permitiendo a gobiernos, empresas e investigadores navegar la complejidad financiera global con un conjunto de estadísticas más coherente. Entre las novedades, el SCN otorga mayor visibilidad al producto interno neto (PIN) como complemento del PIB, para reflejar mejor la sostenibilidad. El PIN descuenta no solo la depreciación del capital fijo, sino también el agotamiento de recursos naturales, un aspecto que el PIB tradicional no contempla. Según estimaciones del FMI, el PIN suele ser entre 10 % y 25 % inferior al PIB. La deducción del agotamiento de recursos no renovables tendrá un impacto limitado en la mayoría de los países, pero será considerable en aquellos donde la minería y las industrias extractivas tienen un peso relevante. El informe reconoce que la implementación de estos cambios exigirá un esfuerzo considerable a las agencias estadísticas nacionales, especialmente en contextos de restricciones presupuestarias. No obstante, recalca la importancia de dotar a estas oficinas de los recursos necesarios para aplicar los nuevos estándares y producir estadísticas de calidad que orienten las mejores políticas públicas. El FMI se compromete a ofrecer orientación, asistencia técnica y capacitación para facilitar la transición hacia la adopción del SCN y el BPM actualizados entre 2029 y 2030.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por